-Tenemos sueño, Jack.- habla adormilado Dylan.
-Si, es el último día del año.- le sigue su hermano.
-Tu novia ha dicho que como no bajes en un cuarto de hora te quedas sin besos hasta marzo.- el Clifford mayor se levanta de un salto.
-Y por eso mismo hay que aprovechar todas las horas.
-Puff, yo por nada del mundo me levanto tan pronto.- James se acomoda bajo sus sábanas.
-A la propuesta de Emma se han sumado Nicky, Riley, Sophie, y por supuesto, Ellie.- todos incluyendoa a James se levantan de un salto corriendo para adecentarse. -¿Tú no piensas levantarte, hijo?
-A mí no tienes con que chantajearme, no tengo novia.- alza una ceja.
-También lo han tenido en cuenta, y si no bajas ninguna te hablará, nisiquiera te mirarán, entre ellas tus propias hermanas y Emily.
No me jodas.
Pongo cara de horror y resoplo.
-¿Enserio?
-Yo que tú no las pondría a prueba.
-Agh, me chantajea aún dejándome en la friendzone.- al escuchar eso todas las miradas caen sobre mí en un segundo.
-No me lo creo, ¿te has declarado a mi melliza?- aprieto mis labios ignorando los 6 pares de ojos observándome.
-No...- levantan sus cejas sincronizados. -¡Tal vez!
-¿Te rechazó?
-No directamente, pero es que mi declaración tampoco fue muy directa.- me miran sin entender.
-Hijo, te explicas peor que yo.
-¡Fue algo así!
*Flashback*
Jueves, 28 de diciembre.
-Los siguientes en tener sus 7 minutos en el paraíso son... ¡Edward y Emily!- exclama la voz emitida por la app que ha descargado James para distraernos. Nos miran con una sonrisa pícara.
-¡Esa máquina está trucada!
-No te excuses y vete al armario de una vez, Em.- Nicky nos empuja hacia el "paraíso".
Una vez en el armario cierran la puerta con llave y escuchamos como empieza a contar el cronómetro.
Este armario es el espacio más reducido de la mansión, se usa para guardar los productos de limpieza y es tan pequeño como un váter portátil. Nuestros cuerpos están pegados, tanto que con inclinar unos centímetros mi cabeza la besaría.
-Nunca he sentido mi espacio personal tan invadido.- bromea la rubia en voz baja puesto que afuera se escucha todo.
-Hemos estado más cerca las veces que nos hemos besado.- susurro pícaro bajando un poco mi cabeza. -Cuando el otro día fuimos a aquella pastelería, el hombre que la atendía me felicitó por tener una novia tan guapa.- la sangre sube a sus mejillas.
-¿Qué le dijiste?
-Que tenía toda la razón del mundo.- ríe y siento como pasa sus brazos por mi cuello.
-Dos personas como tú y yo no son novios.
-Dos personas como tú y yo formarían una bonita pareja.
-Dos personas como tú y yo están bien como amigos.- me da un beso en la mejilla.
-Pero, ¿y si una de esas personas no quisiera al otro como su amigo?- se tensa.
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Gracias a una mudanza
Teen FictionEmily Miller, una chica generalmente loca, además de, atrevida, impusiva, dulce, sarcástica, melodramática, divertida y tierna, claro, solo con la buena gente, con las que no, se llegará a convertir en su peor pesadilla. Pero, ¿y si apareciera algu...
42. Este año ha sido extraño
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