22. Un Momento, ¿¡Su Hija!?

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Una semana.

Una semana llevo asistiendo al Harvard Westlake y ya estoy empezando a cansarme de los profesores, de los horarios, de los compañeros y de no tener a Nicky y Riley junto a mí.

<<Y vuelta a las quejas...>>

¡Es que odio no poder estar allí con ellas ayudando a Nicky a que Riley nos contara todo sobre su romance!

<<No seas melodramática sabes que seguramente las verás en Navidad>>

Faltan más 3 meses y nisiquiera está confirmado.

<<¡Es lo que hay! ¡Sal de tu cama de una vez que estás empezando a deprimirme!>>

Es que no tengo fuerzas para levantarme. Prefiero seguir mirando el precioso techo.

Mi puerta se abre sin previo aviso haciendo que me sobresalte y lance un cojín a la persona que acaba de entrar.

-¡Auch!- abro los ojos como platos al escuchar esa vocecita y me levanto rápidamente hasta la puerta de mi habitación.

-Lilly, pequeña, ¡lo siento mucho, no sabía que eras tú! ¿Te encuentras bien?- pregunto sientiéndome culpable por no haberla visto entrar.

-Si, no te preocupes, solo es un cojín.- me sonríe y yo hago lo mismo.

-¿Y qué te trae por aquí?

-Abajo la tía Holly pregunta por ti, ya que se supone que deberías estar terminando de desayunar.

-¿Por qué?

-Porque debes ir al instituto.- responde Lilly confusa ante mi confusión.

<<El conocimiento es poder>>

Shhhhh no tengo tiempo para tu sarcasmo.

-Pero si hoy es domingo.- digo soltando una risita. Lilly frunce el ceño.

-No, hoy es lunes.- mi rostro cambia a uno de miedo.

-No, pero no puede ser, si hoy es...- cierro los ojos con fuerza al ver que en mi móvil pone justo lo que temía: ¡LUNES! Me doy un facepalm por mi estupidez. -Lilly dile a mi madre que estoy abajo en 5 minutos.- ella asiente y sale de mi cuarto.

Pongo 5 alarmas en mi móvil para que suenen cada vez que acabe un minuto y selecciono el modo "Detener con mi voz" el cual uso siempre.

Cojo una toalla y entro corriendo al baño de mi dormitorio.

Me deshago de mi pijama y ropa interior rápidamente dando el agua y colocándome bajo esta. Hoy no hay tiempo para duchas relajantes.

Me enjabono con prisa y me termino de quitar dicho gel justo cuando la primera alarma suena.

-¡Stop!- grito haciendo que mi espantoso tono de alarma pare.

Cubro mi cuerpo con la toalla sujentándola con una mano mientra que con la otra cojo mi cepillo de dientes y estrujo la pasta de dientes sobre este. Seguidamente lo introduzco en mi boca moviéndolo por todos lados limpiando cualquier rastro de suciedad de ésta.

Vuelve a sonar la segunda alarma cuando justo estoy terminando mi rápida limpieza bucal.

-¡STOP!- grito intentando que se me entienda aún con la boca llena de pasta.

No sé como pero milagrosamente la alarma se detiene  y yo escupo bruscamente toda la pasta contenida en mi boca. Me doy una última cepillada por todos mis dientes, escupo de nuevo la pasta y procedo a enjuagarme.

Gracias a una mudanza Where stories live. Discover now