9. Te Veías Malditamente Sexy

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POV Edward

Los molestos rayos de sol me dan en la cara y me arrepiento de no haber cerrado anoche las cortinas, pero eso me pasa por perezoso. Sin ninguna otra solución, me levanto frustrado y cierro de un tirón las dichosas telas que cubren las ventanas.

<<¿Es que acaso no sabes que son cortinas?>>

Claro que lo sé, era por no repetir palabra, duh.

<<¿Qué más da? ¿Acaso te está escuchando alguien?>>

¡Ay, déjame!

<<Vale, vale, histérico>>

Irritante.

Después de esa "charla" extraña con mi molesta conciencia, mi plan sería volver a la cama, pero una vez que me despierto ya no puedo dormirme de nuevo, así que opto por vestirme con el primer conjunto casual y fresquito que veo en mi armario para dirigirme a desayunar.

-Buenos días.- saludan sonriendo mis padres y padrinos al unísono.

-Hola.- contesto bostezando.

-Que extraño que estés despierto a las 8 de la mañana, pensé que dormirías más.- habla mi madre.

-Y yo, pero el sol me lo ha impedido.- digo frustrado a lo que todos ríen. Mi propia familia se ríe de mi frustración, que humillación. -¿No se ha despertado nadie más?- todos niegan con una mueca y yo suspiro cansado.

-Si quieres puedes ir a despertar a Emily, no le vendrá mal madrugar algún día.- sugiere mi tía Holly haciéndome soltar una carcajada.

-No sé, es bastante agresiva cuando la molestan.- contesto dudoso.

-Vaya, así que ya vas conociéndola, la has sacado de equicio alguna vez, ¿verdad?- esta vez es mi tío el que me pregunta divertido y yo asiento sonriendo.

-Por desgracia ha sido más de una, y las que quedan...- susurro la última parte lo suficientemente fuerte para que todos rían. -Bueno, voy a despertarla, hasta ahora. Si no vuelvo, recordad que os quiero.- dramatizo saliendo de la cocina. Antes de abandonar del todo la sala, puedo llegar a oír sus risas.

Tras caminar un poco, me encuentro frente a su puerta la cual toco suavemente pero no recibo respuesta.

Vuelvo a tocar -esta vez un poquito más fuerte- recibiendo lo mismo que antes, nada.

Llamo por tercera vez y sigue sin contestarme nadie. Cansado de esperar, abro la puerta lentamente entrando a la habitación.

Al entrar, dirijo mi mirada a la cama donde se encuentra una cabellera rubia de espaldas que sé perfectamente a quien pertenece.

Emily está profundamente dormida en su cama cubierta con unas sábanas de verano.

Me acerco a ella y toco su hombro.

-Emily, Emily, despierta.- murmuro cerca de su oído pero ella ni se inmuta. Como ya me he cansado de no hacer ruido, prefiero despertarla de un grito.
-¡Emyyyyyyyyyy!- exclamo sin paciencia haciendo que se dé la vuelta rápidamente mirándome de forma asesina.

-¿¡Por qué entras a mi cuarto a despertarme a las...?- hace una pausa. -No sé que hora es, ¡pero estoy segura de que es muy temprano!- exclama cabreada. Yo contengo una risa.

-Calma, solo quer...- me callo al momento en el que ella se destapa y se sienta en la cama dejando a la vista su camisón extremadamente sexy que pide a gritos que mis ojos lo observen descaradamente porque es lo que hacen casi al instante.

Gracias a una mudanza Where stories live. Discover now