42. Este año ha sido extraño

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POV Emma

Son algo más de las doce y media y todos ya están arriba rendidos por el cansancio, pero Liam y yo seguimos conversando tranquilamente sentandos en los sillones que están el uno junto al otro.

-No exageres, sé perfectamente que has estado con chicas más guapas que yo.

-Te aseguro que no, nunca he visto a una chica tan bella como tú, y juro que no es palabrería barata. Eres la chica más hermosa del universo, además, la única que tiene mi corazón.- sonrío sin poder evitarlo sintiendo como mis latidos aceleran y las mariposas aletean en mi estómago.

Beso sus labios y pienso que nuestra cercanía no es suficiente por culpa de los reposabrazos de los sillones, así que me paso al suyo acomodándome en su regazo.

-Te amo, Chica Fuego.- son palabras muy fuertes pero demuestra que las siente por mí cada instante.

-Yo... También... Chico Agua.- declaro entre besos.

Sus manos se cuelan bajo mi suéter acariciando la piel de mi cintura. Suben y bajan lentamente explorando los costados de mi torso y es cuando me permito yo también disfrutar un poco de su trabajado abdomen. Imito su acción y pasando mi mano bajo su camiseta acaricio sus abdominales para finalmente quitarle la prenda de arriba dejando al descubierto su tan tentador tronco.

Él besa mi cuello haciéndome cerrar los ojos disfrutando de sus caricias. Una de sus manos acaricia mi espalda suavemente mientras que la otra sube hasta llegar a tocar uno de mis pechos, que acaricia y aprieta suavemente haciéndome soltar un gemido amortiguado por sus labios. Me quita el jersey y me acaricia con libertad, haciéndome soltar más de un sonido de placer y sentir cosquilleos por todo mi cuerpo que piden más.

Nos besamos desesperadamente, sin preocuparnos de nada porque esto se siente demasiado genial como para detenernos, pero entonces...

-¡Mierda!- exclamo al notar la presencia de alguien más en el salón.

-¡Emma!- grita una voz llena de sorpresa sobresaltándonos a mí y a mi novio.

-¡Ni una palabra!- exclamo en respuesta intentando cubrirme al ver a Emily y Edward incrédulos frente a nosotros. Me pongo mi suéter y salgo corriendo.

¿¡Cómo diablos he sido tan inconsciente para no pensar en lo que podría ocurrir!?

-¡Espera, Chica Fuego! ¡Dime que no te has enfadado, por favor!- escucho la tan conocida voz de Liam acercarse a mí.

Demonios, sí, pero no con él, conmigo.

Lejos del salón, me siento con el suficiente valor como para mirarlo a la cara. Rápidamente me abraza a lo que le correspondo.

-Ey, no te avergüences, pelirroja, lo que ha pasado entre nosotros no tiene nada de malo. Somos novios y adolescentes, tenemos las hormonas revolucionadas, por eso estas situaciones son normales.- habla con dulzura y compresión en su voz lo que me enternece.

-Eres un amor, Liam, pero debemos ser más conscientes. Tienes razón, no tiene nada de malo pero no pueden pasar en un sitio en que el nos pueden ver, son situaciones de intimidad.- asiente y me da un pequeño beso.

-De acuerdo, tal y como mi espléndida novia quiera se hará.- río negando divertida y tras unos besos y palabras cariñosas subimos hasta nuestras habitaciones a las cuales entramos después de otros besos y despedidas cursis.

***

Domingo, 31 de diciembre.

POV Edward

Las vacaciones se nos escapan de las manos a tal velocidad que en horas será otro año.

-¿Por qué siempre tenemos que llamaros? Las chicas se levantaron hace una hora y no pueden desayunar porque no estamos todos, y yo tampoco.- hoy es mi padre quien nos reclama ser dormilones.

Gracias a una mudanza Where stories live. Discover now