Después del banquete de Navidad que gracias a mi opinión celebramos en la mansión, mi madre, tía Katy, Sophie, Lilly y yo vamos al centro comercial para pasar una tarde madres e hijas.
Los demás van a la bolera y a otros sitios de ocio.
-¿A dónde queréis ir?- pregunta mi tía Katy.
-¿Os apetece una visita al salón de belleza?- sugiere mi madre.
-Pero si yo ya soy muy bella, má.- ríen ante mi ocurrencia para finalmente dirigirnos al salón de belleza.
Nos asignan una sala con 5 sillones y nos dan albornoces que nos colocamos para estar más cómodas. Tres mujeres y dos hombres nos ponen una mascarilla hidratante con pepinos en los ojos y empiezan a hacernos la manicura.
-¿Qué tal te va con mi hijo, Soph? ¿Es un buen novio?- pregunta mi madre con voz tranquila.
-Es un espectacular novia, tía Holly. Muy cariñoso, atento y divertido.
-Desde la primera vez que os conocisteis de pequeños supe que érais almas gemelas.- declara mi tía Katy.
-Hacéis una buena pareja.- esa es la voz de Lilly.
-Tienes razón, son adorables. Me alegro mucho de tenerte a ti de cuñada, Sirenita.
-Y yo de tenerte a ti, Em.
-¿Y tú, Emily? ¿Serás mi nuera?- río nerviosamente ante la pregunta de mi tía.
-Eso, hija, ¿qué tienes con Edward?
-Nada más allá de la amistad. Edward es una muy buena compañía, alguien con quien pasar un día divertido, pero creo que nada más.
-¿Crees?- cuestiona Lilly.
<<Exacto>>
-Edward será un buen novio algún día, pero no será el mío porque a mí no me gusta y yo a él tampoco.
-¿Y tú como sabes eso?- pregunta Sophie.
-Porque me lo habría dicho.
-Venga ya, James lleva toda la vida enamorado de Ellie y se lo dijo anoche.
-¿Qué tendrá que ver?
-Cielo, yo, como madre de Edward, te digo que siente algo por ti.
-Claro, tía Katy, amor fraternal, somos familia.- sueltan una carcajada.
-No compartís sangre.
-¡Pero si te llamo tía Katy!
-Eso es porque es como si fuera hermana de tus padres por el cariño que nos tenemos, pero eso no os convierte en familia.
-¿Tú no sientes algo más que amistad o amor fraternal por él?- pregunta mi madre.
-Sabes que no podría, mamá.
-Claro que puedes, ya te lo dije, no te quedes estancada en el pasado.
-Emily... Puedo preguntar qué es lo que pasó que tanto te afecta.
-Sophie, tú sabes que te consideré una hermana desde que me mudé, y ahora que sales con mi hermano aún más, pero hablar de lo que pasó... Es muy duro para mí, y fue una de las poquísimas ventajas que vi cuando me dijeron que nos iríamos de Florida, que ya no me mirarían con lástima cuando pasara.
-¿Entonces jamás lo contarás?
-Tal vez algún día, pero hoy no.
Después de unos instantes de silencio, mi madre lo rompe dirigiéndose a Lilly.
YOU ARE READING
Gracias a una mudanza
Teen FictionEmily Miller, una chica generalmente loca, además de, atrevida, impusiva, dulce, sarcástica, melodramática, divertida y tierna, claro, solo con la buena gente, con las que no, se llegará a convertir en su peor pesadilla. Pero, ¿y si apareciera algu...