Cómo ser un acosador en 90 días y no ser arrestado en el intento [FINALIZADA]

Paso 30º.

Paso 30º: El camino es largo, no puedes llevar muchas cosas pesadas. Nunca lo olvides."

~N.H.

Near.

—No tienes bolas, no tienes bolas, no tienes bolas, no tienes bolas —repetía Vándalo una y otra vez intentando hacer razonar a Either.

Hace un par de días, después del incidente con Tide, Ei vio un video de chicos a los que le salen bolas en las manos por tocar serpientes, cosa que lo dejó traumado y no hubo dejado de ver a la nada desde entonces—. ¡No tienes bolas!

—No tengo bolas... —susurró Either sin expresión alguna, viendo por la ventana detrás de mí mientras le daba un sorbete a su jugo.

—Eh... ¿No crees que es raro que no tenga bolas? —Inquirí algo asqueado—. Nadie puede perderlas.

Rind se traumó ante mi teoría.

—¡Sí tienes bolas, sí tienes bolas, sí tienes bolas! —comenzó a gritarle a Ei, desesperado. Estudiantes en el comedor dirigieron las miradas a nuestra mesa con hamburguesas de McDonalds por la graduación, todos se veían asqueados.

Either lo volteó a ver, igual de indiferente.

—Tengo bolas.. ¿si tengo yo...?. —Afirmó Ei, aún más traumado, perdido en la nada.

—Son raritos... —me retorcí, arrojándole una mordida a mi comida de ganadores—. Sus chistes sexuales son asquerosos.

—¡¿Y lo dices tú?! —Rind volteó tan rápido que sentí un poco de su saliva dar a mi rostro. Ya me estaba acostumbrado después de el director que escupió en mi boca.

—Si tengo bolas... —repitió Either, una vez más.

Tan pronto terminamos la comida, salimos junto a otros pocos que quedaban en las instalaciones. Estábamos agotados, no habíamos dormido por hacer nuestro grupo de estudio para reponer las clases perdidas. Rind aún así lucía alegre, tal vez porque tomaba sus siestas como buen niño.

—¿Ya tienen pareja para el baile? —Preguntó emocionado.

—No voy a ir —respondió Either sin interés. Todo él es indiferente...

—¡Yo encontré a alguien, incluso lo vería a mi lado en un par de años! Nos conocemos desde hace tiempo, y... —sonreí con ternura, intentando recordar los buenos momentos que pasé con él, realmente siempre estuve enamorado sin haberlo notado. En mi cara se veía la sonrisa tonta de alguien que había caído en las garras el amor, eso sorprendió a los chicos, bueno, al menos los ojos de Either también me decían que le sorprendía.

—¡¿En serio?! ¿De quién hablas? —Rind se descompuso.

Como si no lo imaginaran, ¿no había dejado en claro quién era mi enamorado?

—Encontré mi espejo en casa, y... Em... Le pregunté si quería ir conmigo al baile. —Confesé con un leve rubor de vergüenza tierna.

—Está bien, gracias por eso. Tienes más ego que nuestro narrador —Rind siguió de largo a la salida, parecía que conocía mi respuesta desde antes; no estaba sorprendido.