capítulo 29: familia unida

414 34 10
                                    

3 años después...

Ya ha pasado tiempo desde que Valeria nació, esto llevo un nuevo comienzo a nuestra vida, yo trabaje el doble para ahorrar para los estudios de Valeria, aiko ha estudiado gastronomía para prepararnos los mejores platillos del país según ella, Valeria aun con sus poco años de nacida, se las arregla para aprender rápidamente, sabe hablar, caminar y contar del uno hasta el veinte, eso es un logro enorme para un niño de tres años.

En cuanto a mi madre y la tía de aiko... volvieron a las suyas, intentaron escapar de la cárcel con el fin de secuestrar a Valeria y aiko... otra vez, pero la policía actuó rápidamente llevándoselas a la prisión de máxima seguridad con cadena perpetua sin oportunidad de salir bajo fianza, me entristeció un poco porque aún sigue siendo mi madre, pero ya tengo familia, por eso ya no me preocupa más ella.

Mi familia se ha alejado cada vez mas de mí, pero no por rencor, más bien porque se mudaron de país para buscar su oportunidad de oro al conseguir un trabajo mejor del que tenían.

Esto no me entristece, para nada, más bien me da gusto, así poder pasar todo mi tiempo con mi familia, siempre que tengo días libres, me la paso con aiko y Valeria haciendo diferentes actividades como ir al cine, pasear por el parque, yendo a restaurantes elegantes, etc.

El lugar favorito de mi pequeña es el parque, por eso vamos la mayoría de veces al parque, pero no termina de gustarme la idea, puede haber peligro sin darnos cuenta.

Jesús: Valeria, por favor, no juegues ahí, puedes lastimarte

Valeria: nyeh

Aiko: tú déjalo Jesús, yo estoy vigilando

Jesús: me reocupa, enserio crees que es seguro jugar con una res baladilla a los tres años???

Aiko: exageras, está segura, hay almohadas por todo el suelo, estará bien.

Valeria: está bien papi, no jugare a la res baladilla, pero a cambio iré a jugar con los niños

Jesús: me parece una buena idea

Desde un banco, aiko y yo observamos como nuestra pequeña va hacia los niños a jugar con los cubos, con la arena, con las pelotas, unos jugando a los encantados, otros a las escondidas, esta esencia de niño la extrañaba, no pasarla yo, más bien viendo como los niños juegan sin ninguna preocupación.

Aiko: solo míralo amor, nuestra pequeña jugando con los demás.

Jesús: se, no sabes qué alegría me da al ver a mi hija feliz, pensé que los otros se reirían de ella por sus ojos, pero al parecer son más amables que las personas de 50 años.

Aiko: lo sé, no sabes el alivio que me dio al ver que los demás niños aceptaron a nuestra princesa como otro niño feliz. Pensé que pasaría el mismo maltrato que yo pase de niña, pero me hace feliz verla más feliz que yo de niña, me hace sentir bien de cierta manera.

Jesús: te comprendo, eso significa que estamos haciendo un buen trabajo como padres.

Aiko: si, incluso si eso significa hacer pequeños cambios, como el de ocultar mi regalo en una caja fuerte.

Jesús: ni me lo recuerdes, si dejábamos que Valeria viera el ojo, pensara que tal vez se lo quitamos o te miraría rara cada día.

Aiko: o vamos, no es tan terrible

Jesús: bueno, considerando que me ibas a dar tu dedo, pues lo del ojo no fue tan grave, comparado con la otra vez

Aiko junta sus pies avergonzada por una acción del pasado, al instante acaricio su cabeza como señal de que todo ya ha pasado, de que no volverá a pasar nunca más, en eso, aiko toma de mi mano recargándose en mi hombro, cerrando sus ojos y dejándose llevar por el sonido de la naturaleza.

la locura del amorWhere stories live. Discover now