Capítulo 23: noche de travesuras

370 21 3
                                    

Jesús: maldición, hasta dormida me hace bromas

Aiko: ja ja, solo bromeo, si estoy despierta, solo me estaba haciendo la dormida

Jesús: diablos aiko, sabes todo lo que pase por rescatarte.

Aiko: l-lo siento

Jesús: no te disculpes, tú no tienes nada de culpa, la culpa es mía, si tan solo te hubiera al menos acompañado, nada de esto hubiera pasado... soy un pésimo marido.

Aiko: nada de eso, eres el mejor marido que una chica pudiera desear, me cuidaste, me alimentaste, me cumpliste mis caprichos, me diste un hogar, me diste un trabajo, eres la mejor persona que eh conocido en mi vida, por todo eso y más te he elegido a ti.

Aiko se levanta de la camilla dirigiéndose hacia mí, me tomo de la mano y me repitió esas palabras, pero con una voz más tranquilizante que antes.

Rápidamente cambia de tema preguntando sobre él bebe, afortunadamente todavía seguía en su lugar sano y salvo, aiko lo comprueba tocándose la barriga, sentía como el niño daba pataditas, hiso llorar a aiko de felicidad.

Sin decir nada, toma de mi mano y la dirige a su barriga, se sentía tan bien la sensación, definitivamente valió cada segundo que estuve con aiko, en rescatarla, en quererla y amarla, todo esto valió la pena con tan solo poder sentir las pataditas de mi hijo.

Jesús: ya verás aiko, de ahora en adelante tendré más cuidado tanto de ti como de nuestro hijo, no dejare que nos lo quite nadie.

Aiko: hablando de eso, que paso con esos doctores que estaban en el edificio, lo último que recuerdo es que me estaban quitando la ropa interior mientras que me sometían tres tipos, el otro me estaba anestesiando, se sintió horrible que me manoseara alguien que no fueses tu Jesús.

Jesús: (ese maldito hijo de puta)... n-no te preocupes por eso, ya se los llevaron a pudrirse en la cárcel por cómplices de secuestro y por falsificar los diplomados de doctor, prácticamente trabajaban sin idea de lo que estaban haciendo.

Aiko: ya veo, que bueno que me pudiste rescatar a tiempo,

Jesús: si, cuando te encontré, estabas cubierta de sangre, esos imbéciles te estaban descerrando parte de la pierna, pero gracias a mis cuidados ya cicatrizaron, en unos cuantos días te curaras por completo.

Aiko: me da gusto que tú seas mi doctor <3... oye, y mi tía y suegra?
Jesús: ellas escaparon, cuando entre al edificio no había rastro de ellas, lo más probable es que hayan dejado a solas con esos tipos para escapar de la justicia, la tipa que te ayudo antes fue la que me ayudo a encontrarte

Aiko: ¿enserio? Vaya que es increíble ella, ojala pudiera volver a verla para agradecerle como es debido

Jesús: no estoy seguro de eso, en estos momentos están decidiendo sobre su juicio, si él va bien a lo mucho que cumplirá son servicios comunitarios. Pero olvidemos no de eso, lo importante ahora es tu salud y tu bienestar, mejor vayamos a casa, debes de estar muriendo de hambre

Aiko: je, bastante.

La llevo a darle de comer, hoy pienso en cuidar solo a ella, incluso si eso significa en no salir de casa, obviamente eso lo haría en mis tiempos libres.

Al día siguiente, mientras desayunábamos, han informado a través de las noticias la gran Azaña que ha hecho un joven doctor para salvar una joven mujer embarazada de ser obligada al aborto,

Aiko: mira amor, hablan de nosotros

Jesús: sí, creo que Karen conto sobre nosotros, solo espero que no haya revelado nuestra identidad

la locura del amorWhere stories live. Discover now