la locura del amor

Capítulo 6: esto debe parar

En el camino estuve pensando en lo que le diré, le compre un ramo de flores en el camino, le gusta este tipo de detalle a aiko.

Aiko se va a su cuarto para probarse el nuevo parche, se fue muy emocionada al cuarto, muy agradecida por haber pensado en ella.

Al salir del cuarto, posa su nuevo parche para mí, como si fuera una modelo.
La alago diciéndole cumplidos, ella se sonroja al escuchar todas esas hermosas palabras que pronunciaba.
Me invita a desayunar, pero desafortunadamente le digo que ya tengo que ir al trabajo, no podía perder más tiempo
-aiko: oh no, no has desayunado, no quiero que te me desmayes en medio de una cirugía
-Jesús: pero amor
-aiko: nada de peros, ven, te voy a preparar unos ricos hot cakes
-Jesús: amor, no es necesario
-aiko: claro que sí, faltaba más, ven, si tienes tiempo, ándale toma asiento

Ya estando lista la comida, aiko pone la mesa mientras que yo estaba poniendo los hot cakes en un plato.
Aiko sirve los licuados mientras que yo pongo los hot cakes en la mesa.
-aiko: ¡WUAU!, nos quedó muy bien el desayuno, y sobre todo esos hot cakes con forma de corazón
-Jesús: eh?

Le doy un abrazo en forma de agradecimiento a aiko, luego de eso recojo mi bata, mi "refrigerio" y me marcho hacia el hospital.

Ya estando en el hospital, lo demás fue algo normal, nada del otro mundo, lo más complicado fue operar a un tipo que sufrió un accidente en estado de ebriedad.

Que se trataba de retirar varios cuchillos y navajas que el mismo se había hecho, supuestamente por una tonta apuesta del macho alfa que hiso con sus amigos.

Ya era hora de mi descanso, decidí recoger mi refrigerio y sentarme en una mesa de una cafetería que esta cercas de aquí.

Ya estaba a punto de ir a la oficina de descanso para nosotros los doctores, para guardar nuestras cosas y etc.
En eso, pude notar que faltaba mucha comida, alguien se había comido más de la mitad del flan y había mordisqueado mis sándwiches.
-hey, ¿te pasa algo?
-Jesús: si, quien se comió mi refrigerio?
-no sé, tal vez sepan algo las enfermeras

En eso, entra un compañero del trabajo agradeciéndome por la comida
-Jesús: a que te refieres?
-ja, que tu almuerzo estaba exquisito, de verdad debes de traer más de esas cosas

En ese instante, tumbe al suelo con un puñetazo al tipo, me decía que me pasaba.
-Jesús: maldito, esa comida me lo había hecho mi novia PARA MI, te quedaras en este hospital como paciente.

Me balance sobre el de manera que no pudiera escapar de mí,
Le di varios golpes en la cara, a tal grado que me pedía piedad para que no le siguiera torturando.
La ira me dominaba en ese entonces.
En eso, uno de mis pocos amigos que tengo como compañero de hospital, intenta detenerme para no excederme de mis golpes.
-Jesús: este imbécil me tiene bien arto, me deja su trabajo, se va a fiestas, se comió el primer almuerzo que me preparo mi novia,
-te entiendo, pero creo que con dejarlo noqueado fue suficiente, aparte, no queras estar en la cárcel verdad
-Jesús:... creo que no

Dejo libre al tipo, llamo una enfermera para que se lo lleven, en eso me habla mi jefe, o mejor dicho el dueño del edificio.
Le explico cuál fue el problema, y de paso el GRAN problema de este edificio y sus irresponsables doctores.
Afortunadamente me comprende, y me propone en identificar a todos los vagos para echarlos y contratar nuevas personas que de verdad necesitan trabajo y sepan de medicina.
-Jesús: me alegra de que por fin pueda ver el problema de este hospital
-sí, y no te preocupes, después de esto podrás retirarte sin ningún compromiso.

Es muy agradable el sujeto, hasta me dio el resto del día libre para estar más tiempo con aiko, ya que el día siguiente le ayudare a identificar a todos los vagos para despedirlos.
-Jesús: al menos estaré un rato con aiko, me alegra mucho.