Capítulo 28: Valeria

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Tiempo después...

Jesús: aiko, puedes pasarme ese frasco por favor

Aiko: claro amor, solo espera

Mientras yo estaba haciendo mis cosas, escucho de repente que aiko da un grito de dolor haciendo caer el frasco que le he pedido anteriormente.

Jesús: Aiko, ¿estás bien?

Aiko: n-no, se me rompió la fuente

Jesús: ¡CIELOS SANTO! T-tengo que llevarte rápidamente al consultorio.

Dejo de hacer lo que hacía antes para atender a mi mujer, como era día de descanso aiko acostumbra a ponerse una blusa, ropa interior y andar a la casa con pantuflas, pero no hay tiempo para ponerle un pantalón, opte en ponerle una sábana que le cubra las piernas, esto era mientras la cargaba hasta el consultorio.

Con las prisas que tenía, azote la puerta sin cerrar con llave, simplemente la volví a cerrar con fuerza

Aiko: ¡AMOR! No cerraste la puerta

Jesús; vale madre eso ahora, tengo que apresurarme lo más pronto posible, solo... resiste un poco aiko, por favor

Aiko: l-lo *pujido* apresúrate Jesús

....

Al llegar al consultorio, lo primero que hago es en abrir el consultorio con una patada, no rompí la chapa, pero asusto un poco a aiko, le pido disculpas.

Ya estando en el consultorio, pongo cómoda a aiko en la cama más cómoda que tenía, le pido que se relaje, le doy un pañuelo para limpiarse el sudor.

Jesús: muy bien aiko, ahora procederé a recibir al bebe, ya puse tus piernas en una posición cómoda, solo tienes que pujar

Aiko: e-eso intento... duele... DUELE MUCHO

Jesús: ya se, solo... tu sigue pujando

Parecía que fuera una tortura para aiko, la intento ayudar entregándole un juguete anti estrés, para que se desquite, pero ni con eso.

Cada vez me preocupaba más el estado de aiko, se ponía cada vez más rojiza, sudaba a grandes cantidades, su cabello se descontrolaba, ahora ya no parece la aiko que vi por primera vez.

Jesús: vamos aiko, puja, vas bien

Aiko: ESO HAGO TONTO

Después de decir eso, aiko suelta un potente grito, pero ni con eso pude ver la cabeza del pequeño, esto ya me está preocupando.

Temía lo peor, ni quería pensarlo, pero no me queda de otra, tengo que mantenerme en esta posición esperando la llegada del bebe.

...

Esto ya no me está gustando nada, ya lleva más de 30 minutos pujando, lo único que logro es sacar la cabeza del bebe, pero parece que le cuesta sacar el resto del cuerpo, ya estaba sudando del miedo, de lo que podría pasar ahora.

Finalmente, aiko suelta un grito, sacando el resto del cuerpo, de golpe.

Rápidamente, hago lo típico de un parto, reviso la hora que nació, reviso su sexo, salió niña, y luego la envuelvo en una manta.

Se supone que en estas circunstancias debería de ser felicidad, pero no, el bebe tuvo problemas al respirar, aiko no respondía.

Jesús: aiko... amor... por favor, no me hagas esto.

Bebe: B-BUAA

Jesús: diablos...

Atendí primero al bebe, haciendo los primeros auxilios.

la locura del amorWhere stories live. Discover now