Me acerco a ella sin hacer ruido y me siento a su lado encontrándola contemplando la nieve con tristeza. Pongo el chocolate frente a sus ojos y ella gira para mirarme.
-James... Deberías estar dentro, hace frío.
-Eso tendría que decírtelo yo a ti.- le sonrío y le tiendo de nuevo el chocolate. -Tómalo, lo he hecho para ti.- lo coge y le da un trago.
-Gracias...
-¿Cómo te encuentras?
-Sigo viva.- me río y la veo morderse el labio para no sonreír.
-Sabes que no me refiero a eso.
-Lo sé, ¿qué quieres que te diga? ¿Que estoy bien? Pues no, Lindsay me llamó temprano.
-¿Ha pasado algo?
-Pues si tú llamas algo a que haya ido a mi casa y haya encontrado a mi padre acostándose con una mujer que no hemos visto nunca, entonces si, ha pasado algo.- toma otro sorbo de la taza y esta vez si gira para mirarme.
Veo sus ojos azules cristalizados y siento que se me parte el alma. Mi punto débil siempre ha sido ver a las personas que quiero llorando.
-¿Puedo abrazarte?- pregunto temiendo su respuesta que resulta ser un roto "si". La envuelvo entre mis brazos sintiendo como suspira entrelazando sus manos tras mi cuello. -Te echo de menos.
-Me ves todos los días.- sonrío ante sus típicas respuestas.
-Me ignoras, Elizabeth.- se le escapa una risita.
-Perdón, es que es contradictorio.
-Explícamelo.
-¿Qué día es hoy?
-24 de diciembre.
-¿Y cuándo dije que te lo explicaría?
-El 25.
-Exacto, prometo que mañana te lo contaré todo, pero prométeme tú que no vas a dejar de hablarme.
-Te lo prometo.- la estrecho entre mis brazos. -Y tú vuelve a hablarme.- ríe y nos separamos.
-De verdad siento haberte ignorado, es que no sabía que hacer.
-Cualquier cosa menos dejar de hablarme, castañita.- revuelvo su cabello cariñosamente. -¿Vamos dentro?- asiente y la ayudo a levantarse.
***
POV Emily
-¿A qué esperas para vestirte, hija?- pregunta mi madre cruzada de brazos entrando al dormitorio libre en el que estoy.
-Estoy vestida, má.- mi madre ríe.
-¿Quieres ir a un restaurante con tu pijama de ositos?- río y asiento. -Es Nochebuena, cariño, ¿no te apetece ir a cenar a un buen sitio?
-Eso significa vestirme, peinarme y maquillarme, para luego tener que sonreír a todo el mundo y comer con elegancia. Me da mucha pereza.
-Pues todos están vistiéndose.
-¿No podemos cenar aquí?- se sienta junto a mí.
-No eres la única perezosa, nadie quiere cocinar.- dice divertida. -Vamos, vístete, cielo.
-No es solo por lo que he dicho antes, es que me siento como una traidora.
-¿Por qué?
-Estoy aquí tan feliz con mi nuevo grupo de amigos, ayer comprando regalos con todos y hoy yendo a cenar también con los demás, cuando hace dos años estaba con otra persona que hoy aún está pero parece que lo he olvidado. Soy una traidora.
ESTÁS LEYENDO
Gracias a una mudanza
Novela JuvenilEmily Miller, una chica generalmente loca, además de, atrevida, impusiva, dulce, sarcástica, melodramática, divertida y tierna, claro, solo con la buena gente, con las que no, se llegará a convertir en su peor pesadilla. Pero, ¿y si apareciera algu...
40. ¿Puedo abrazarte?
Comenzar desde el principio