-Ten. -Le paso a mamá el vaso con agua. Ella da pequeños sorbos y luego sonríe.

-Mañana me las podré apañar yo sola. Deberías regresar a la guardería.

-Iré cuando te recuperes.

Ella niega con su cabeza.

-Estaré bien -dice-. Solo es una pequeña operación y ya está sanando. Estoy segura de que necesitan de tu ayuda ahí.

Me da un poco de pena dejar a mamá sola, pero tal vez tenga razón. Estoy seguro de que Steven ya se volvió loco con Gilbert. Hace poco aprendió a decir horóscopo y lo repite cada cinco segundos.

Trabajo a medio tiempo en una guardería, y Gilbert es uno de los niños a los que cuido. Su madre tiene un local donde practica la clarividencia, así que no me sorprende que lo primero que él aprenda a decir sea horóscopo u oráculo sin tropezar ni omitir alguna letra, lo cual en la última palabra podría resultar en algo catastrófico.

Si no regreso pronto probablemente van a despedirme y necesito ese dinero. Y Steven tal vez se enfade demasiado conmigo porque le tocaría hacerse cargo de Gilbert.

-Regresaré temprano -le digo.

Mamá aprieta mi mano y asiente.

Luego de eso la dejo dormir nuevamente y vuelvo al alfeizar de la ventana de mi habitación. La obscuridad de la madrugada no tarda en comenzar a ceder al crepúsculo del amanecer.

Ahí afuera hay muchas estrellas que se esconden de a poco y allá, más cerca que lejos, los colores del día se difuminan en el cielo con mucha lentitud.

Es un precioso amanecer.

Tal vez a Tesla le encantaría ver esto.

Tal vez si le escribo y le digo que despierte y se asome a su ventana a ver el amanecer lo haga. De todas formas, me dijo que podíamos hablar mañana. Y ahora ya es mañana.

O tal vez...

¿Y si le llamo?

No. Eso sería demasiado. Podría molestarse. Ya mucho hace con responder mis mensajes. Pero... ¿y si mira mi mensaje muy tarde y no mira este amanecer?

No es que un amanecer sea muy importante, pero es un bonito amanecer y me gustaría mostrárselo.

Bien. Lo he decidido. Le llamaré. Y si no responde le dejaré un mensaje. Seguramente duerme y lo despertaré, y tal vez se moleste por eso, pero seré breve y trataré de no fastidiarle mucho su sueño.

¡Ay, Dios!

¡Ay, Dios!

Está sonando.

~ [[LLAMANDO A TESLA]] ~

No respondas.

No respondas.

No resp...

¡Mierda, respondió!

-¿Hola?

Una voz somnolienta, grave, muy varonil y bonita se cuela por la bocina de mi celular. Es la voz de alguien que se acaba de despertar. Escucho como las sábanas se frotan en el micrófono y luego a Tesla resoplando ruidosamente por la nariz. Por unos momentos no sé qué demonios decirle, así que respiro hondo y trato de ordenar mis ideas.

-¿Tesla? ¿Eres tú?

Ay, por favor. ¡Claro es él!

-¿Willow? -dice, y lo escucho bostezar.

-Lo siento. No quería despertarte.

La verdad es que sí quería, para que mirara el amanecer. Soy un vil mentiroso.

-¿Sucede algo? -inquiere.

-Está amaneciendo.

-Oh...

-Es un bonito amanecer.

Él vuelve a bostezar. Luego de eso se hace silencio por un rato.

Saco la cabeza por la ventana y dejo que la fresca brisa de la madrugada me enfríe las mejillas. Huele a bruma y tal vez a que lloverá en algún momento del día.

-¿Estás mirando el amanecer? -pregunta de pronto.

-Sí. Y pensé que querrías verlo también.

-Ah.

Escucho como se remueve en su cama y deja escapar otro bostezo.

Me pregunto cómo se verá Tesla bostezando; si se le achinarán los ojos. O si cuando bosteza se le forman hoyuelos o si se le arruga la nariz.

¿Qué demonios estoy haciendo?

-Lo siento. No debí despertarte.

-Voy para la terraza.

-¿Qué?

-Querías mostrarme el amanecer, ¿verdad?

-Sí...

Oh, Dios.

¡Oh, Dios!

-Pues claro que sí -reafirma él, y lo escucho soltar una pequeña risita-. Ahora mismo salgo a verlo.

Escucho que abre una puerta y luego de eso el sonido del viento. Más allá no escucho su voz como por cinco minutos, así que miro mi celular para saber si me ha colgado o algo, pero la llamada sigue ahí.

-¿Tesla? -le digo luego de otros cinco minutos más.

-Estoy aquí.

-Oh.

Y se vuelve a quedar en silencio; él mirando el amanecer desde su terraza, y yo mirándolo desde mi ventana. Luego su voz vuelve a aparecer.

-¿Willow?

-¿Sí?

-Gracias. -Escucho como él deja escapar otra suave risilla y como suspira-. Es un precioso amanecer.

 Es un precioso amanecer

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El universo que llevamos dentro (En corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora