Capítulo 5

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I sold my soul for you baby.—The Neighbourhood




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Jeon Jungkook. Un nombre dulce para una persona dulce, o al menos, antes lo era. La familia Jeon era como otra cualquiera, no había muchas diferencias con las demás. Su madre era una abogada que pasaba más tiempo en el trabajo que en casa, y aunque eso había afectado a Jungkook al principio, al cabo del tiempo se acostumbró. Su hermana mayor, Jeon Somin, se había graduado con honores en la universidad y rara vez se dejaba caer por casa ya que vivía con su novio J.Seph. 

Jungkook miraba el móvil con aburrimiento tumbado en su cama. Bufó con molestia y cogió un cigarrillo de su mesita de noche. Cuando sus padres no estaban en casa, aprovechaba y se fumaba uno o dos, la nicotina le ayudaba a relajarse. "Siempre con la ventana abierta" le había aconsejado su hermana mayor ese día que se fumaron por primera vez uno juntos, ella le sonrió de lado con complicidad y él soltó una carcajada limpia. La echaba de menos, no iba a mentir, pero ella ya tenía su vida echa y no podía pedirle que volviera a casa, por mucho que lo deseara. Por mucho que lo necesitase. 

Su padre era un caso a parte. Jeon Eun Sung era un médico de prestigio, uno de los mejores del país sin duda. Jeongguk siempre pensó que era una ridiculez lo que hacían algunas familias, eso de que si tu padre era abogado, tu también lo serías en el futuro. El chico definitivamente, pensaba que era un estupidez, pero por desgracia, era una estupidez que le había tocado vivir desde pequeño. Su padre quería que su hijo siguiera sus pasos, que fuera un médico reconocido por todo el país. Pero Jungkook no quería dedicarse a la medicina, quería estudiar bellas artes, el dibujo se le daba muy bien, pintar también, pero sobretodo amaba cantar. 

—Soy un jodido perdedor. 

Sonrió con frustración, y le dio una calada corta a su cigarrillo, para luego dirigirse hacia su toca discos. Miró el estante que tenía al lado, lleno de discos de bandas de rock, grunge, punk y metal, y sonrió cuando encontró el que buscaba. Nevermind de Nirvana, el disco favorito de su abuelo y su hermana, y ahora también, el suyo. 

Lithium empezó a sonar, dejando a Jungkook en trance. Cuando se sentía como una jodida mierda, ponía la música a todo volumen mientras fumaba un cigarrillo, y todos sus problemas se esfumaban, al menos por algunos minutos. 




We've broken our mirrors. Sunday morning is everyday for all I care.




Mientras la voz rasgada de Kurt Cobain lo transportaba a otro lado, Jungkook cogió su móvil y vio que Yoongi le había enviado un mensaje. Cogió su cazadora de cuero negro, su cajetilla de cigarrillos, el mechero y apagó la música para luego bajar las escaleras hacia el salón. Se miró en el espejo, no era presumido, pero tenía que admitir que le gustaba verse bien. Pantalones negros rasgados, botas militares color vino y una camiseta de manga corta del mismo color. Se puso la cazadora, cogió las llaves de casa y salió para luego dirigirse hacia la tienda de discos donde su amigo trabajaba. 

BADLY   [Jinkook]Where stories live. Discover now