Érase una vez... Nosotros

Intentos fallidos

¡Muy bien! ¡Hoy es el día! Hoy por fin le diré mis sentimientos. ¡No más rechazos!, ¡No más miedos!, ¡Sí al final feliz! – escucho que gritaban a sus espaldas, volteo y su mirada se encontró con la de Hopper mientras sonreía – Ojalá yo tuviera el valor para decir eso – se lamentó Dexter, poco a poco iba perdiendo las esperanzas para poder declararse a Raven e incluso empezaba a pensar que jamás podría tener su final feliz junto a ella.

¿Qué pasa hermanito? ¿Problemas en el paraíso? – Daring apareció a su lado, desde un principio había estado presente en la vergonzosa escena que estaba interpretando Hopper, pero no pensaba inmiscuirse en sus asuntos ni en los de él ni en los de nadie, sin embargo, no pudo evitar notar que su hermano menor miraba con tristeza la escena y decidido se acercó a él.

Dexter estaba tan distraído en sus pensamientos que ni siquiera notó cuando su hermano Daring se acercó a consolarlo. Esté lo tomo del hombro zarandeándolo un poco para que le pusiera atención - ¡Hey! ¿Dexter me estas escuchando?

Finalmente, Dexter reaccionó y volteo a ver a Daring que se encontraba frente a él con una sonrisa característica suya – Lo siento no me di cuenta de que estabas aquí, estaba observando a Hopper.

-Vaya espectáculo que dio la ranita esa. ¿Cuántas veces van ya?

- Unas quince... supongo – dijo mientras se volteaba a cerrar su casillero logrando evitar la mirada de su hermano

- Wow estoy sorprendido. Ese chico sí que tiene determinación, sabes no quiero tener que ser yo quien lo diga, pero, aunque no lo parezca Hopper es un verdadero príncipe azul

Dexter volteo a mirarlo sorprendido, ahí estaba él, su hermano, quien en muy pocas ocasiones alagaba a alguien y si lo hacía no era precisamente a alguien como Hopper. Daring se miraba en uno de sus espejos mientras se acomodaba un mechón de cabello rubio que se encontraba mal acomodado.

¿A qué te refieres Daring? – comento mientras se recargaba en su locker para mirar de frente a su hermano – obviamente es un príncipe azul, es el hijo de Príncipe sapo después de todo.

-Sabes que no me refiero a eso Dexter, quiero decir que para ser un verdadero príncipe azul hay un factor importante que se debe cumplir y Hopper la cumple al pie de la letra, aunque no se si sea por necedad o estupidez.

- ¿Y qué factor es ese?

- Valor Dexter, valor. – dijo mientras se miraba directamente al espejo, de pronto Daring pensó que esa conversación no era para Dexter sino para sí mismo. – Y no me refiero al tipo de valor que un príncipe debe tener al enfrentar a un dragón, una bruja malvada o a un rey ambicioso, me refiero al tipo de valor que proviene de la determinación, como el de Hopper, tal vez él no tenga que enfrentar a un ser malvado para conseguir a la chica, pero te puedo asegurar hermanito que es mucho más difícil tratar de expresar tus sentimientos aun teniendo la seguridad de que saldrás lastimado. Ahora no sé si lo de Hopper es verdadero valor o estupidez, pero... se ha ganado mi respeto.

Dexter miro sorprendido a su hermano asimilando sus palabras poco a poco. Daring miro una ultima vez a su hermano y se dio media vuelta, lo había comprendido, al fin tenía la respuesta y gracias a Hopper logro juntar el valor que necesitaba para poder aclarar sus sentimientos con una persona, una persona muy especial para él.

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Daring caminaba apresuradamente por los pasillos de la escuela con dirección a las habitaciones de las chicas, estaba seguro de que ella se encontraría en su habitación, pero por prevención caminaba lo más rápido posible. Llego frente a una puerta de madera de caoba y nervioso tocó la puerta, no era momento de arrepentirse. Logró escuchar unos taconeos detrás de la puerta y está se fue abriendo poco a poco.