Eres peligrosa

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Christopher

Estoy seguro que su lengua se metió hasta el fondo de su garganta, el beso parecía no querer terminar y mi hermana todavía susurro un "¡bien por mi amiga!", en ese momento me dieron ganas de quitarla de los brazos de ese tipo para demostrarle como ella reaccionaba cuando yo la besaba. Trataba de controlar mi enojo pero no podía, mi mejor amigo reía a mis costillas y la mirada de dulce era de "lo arruiné, lo siento" pero en vez de tratar de ser sensato con la situación hice lo mejor que podía hacer: dar media vuelta y adentrarme al estadio. Me senté al fondo de los asientos donde tenía una vista un poco más alta, la chica que siempre estaba a cargo de nuestro palco se acercó para saludarme, vi que entraban los demás y que dulce me miraba muy atentamente, el doctor tenía la mano en su cintura en ese momento los celos salieron a relucir, le di una mirada a la situación, bien con que esas teníamos así que hice lo mejor que podía hacer "causar celos" para que supiera cómo me sentía lo que ella no sabía es que podría jugar este juego todo el partido, coloqué mi mano en la cintura de la chica que nos atendía de manera descarada y me hice un poco para atrás para que me viera cuando su mirada cruzó con la mía ella tenía la cejas juntas y sus labios apretados lo que atiné a hacer fue sonreírle para después regresar mi vista a la chica.

-Lo mismo de siempre, nena- sonreí coquetamente, ella me devolvió la sonrisa- supongo que Axel pedirá lo mismo- pero antes que pudiera decir que tomara la orden de los demás a mi cabeza llegó un golpe, me giré a ve de donde había provenido y era de mi querida y traicionera hermana- ¿Por que hiciste eso?- pregunte molesto-
-Yo quiero una botella de agua quina y un martini seco- contestó mi hermana- en un momento te digo si queremos algo más, ahora puedes irte- contestó molesta- tienes una fascinación por las lagartas- me miró reprochándome-

Escuché una pequeña risa de dulce y mi amigo me miraba con burla, el tal Nicolás veía la cancha fijamente

-Creo que soy un adulto y puedo coquetear con quien quiera- digo molesto-
-Yo creo que piensas con lo que tienes abajo y estaría bien que para variar el día de hoy lo tuvieras adentro de tus pantalones controlado- me señaló la entrepierna-
-Sinceramente- sonreí descaradamente y vi por un breve momento a dulce- No planeó hacerlo-
-¡Agh! Me das asco- se giró para ver a su novio- le dire a mamá que no me respetas-
-Y yo le dire a mamá como te encontré por primera vez con Axel - sonreí, golpe bajo-
-Creo que deberían dejar de estar peleando como niños chiquitos- por primera vez hablo Dulce- ahora veamos el partido-

Nos concentramos en lo que sucedía en la cancha, el alcohol de las cervezas comenzó a fluir junto con las bebidas preparadas de las chicas, al medio tiempo Dulce se levantó para ir al baño y yo salí detrás de ella aprovechando que mi hermana estaba entretenida con mi amigo.

Vi su melena castaña adentrarse al sanitario de mujeres, caminé más a prisa para esperarla a fuera vi la puerta abrirse unos minutos después  una rubia exuberante caminaba pasando de largo mientras se giraba para verme, yo le sonreí mientras la seguí con la mirada negando con la cabeza entonces escuché la puerta nuevamente, me giré precipitado y ahí estaba ella que venía distraída secando sus manos, pasó a mi lado aún con el papel mire a los laterales para fijarme si había alguien y estaba de suerte estábamos completamente solos, ella tiró el papel en un bote para después agitar su cabello que lo vi ondearse en su espalda apreté el paso y cuando pasaba junto a una pequeña puerta  tome su pequeña cintura con una mano y con la otra tape su boca para ahogar su grito

-Eres un tonto- dijo golpeándome el brazo- ¿Por que lo hiciste? Casi me desmayo del susto-
- Estabas muy a gusto con el doctorcito- dije caminando a donde estaba-
-¿Donde estamos?- dijo mirando alrededor-
- Es la oficina de alguien- sonrío acorralándola en el escritorio- ahora necesito hacer algo-
-¿Qué?- murmuró nerviosa-

El sabor de tu piel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora