El sabor de tu piel

Mejor guarda silencio

Dulce

Mientras pensaba en la manera a adecuada de decirle a mi papá que mi madre había fallecido en el accidente, mi amiga Marina parloteaba a mi lado sobre cosas sin importancia para intentar distraerme por consejo de su hermano que aparentemente le había mencionado que necesitaba distraerme y apoyo en lo que volvía a terapia, Marina se lo tomó literal, no había día que no estuviera a conmigo en el hospital. La puerta se abrió sacándome de mis pensamientos, Nicolás entró con el expediente de mi padre en la mano

-Buenas tardes, ¿como se siente el día hoy?- dijo mirando a mi papá- ¿se siente cansando?- dijo sonriendo-
- Estoy bien- dijo mirándolo- ¿podré regresar hoy a casa?- escuché que le dijo-

Nicolás lo miro con una sonrisa en los labios y asintió con la cabeza, mi padre suspiró aliviado porque si deben saberlo los hospitales no es uno de sus lugares favoritos, yo sonreí al verle con el semblante calmado, sus mejillas ahora tenían color ya no estaban pálidas cómo los primeros días, pensaba en todo el tiempo que había transcurrido cuando el codo de Marina se incrustó en mi costilla, me giré para verla, ella iba a decir algo pero la voz de Christopher y la puerta cerrándose evitó que lo hiciera

-Buenas tardes- dijo sonriendo pero al ver a Nicolás en la habitación su sonrisa se borró- ¿todo bien?; Marina vine a recogerte como me pediste- dijo mirando a su hermana- dulce- me miro, yo levante mi vista- ¿volverás pronto a terapia?
-Aún no lo se- dije evadiendo su mirada- ahora solo quiero que mi papá mejore
- Está bien pero recuerda que si tú no mejoras eso le puede afectar a él- dijo mirándome-
- Lo se- dije en un murmullo-

Christopher no insistió más y se sentó al lado de su hermana, Nicolás se inclinó un poco para revisar la vista de mi padre entonces marina volvió a darme con el codo en mis costillas

- El doctor- dijo moviendo las cejas- está como un tren, si no estuviera con mi novio feliz, seguro me lo comía

Giré mis ojos y Christopher la fulminó con la mirada, ella volteó a ver a su hermano

-¿Qué?- preguntó inocentemente- solo estoy expresando algo que veo, no quiere decir que porque tenga pareja soy ciega
- Mejor guarda silencio- dijo Christopher-
- Aburrido- dijo su hermana riendo- pero yo creo que dulce debería invitarle un café- dijo mirándome- y tal vez ese café te lleve a otra cita o más bien a la cama- dijo mirándome- porque creo que con todo este estrés necesitas un buen polvo
- Estás loca- dije sonriendo-

Nunca en todo este tiempo me había fijado en Nicolás, era alto con una espalda ancha, mi mirada bajo hasta sus pantalones que estaban ocultos por la bata pero se veía que tenía una buena retaguardia, volví a subir mi mirada justo en ese momento se giraba para decirme algo, me encontré con unos ojos de color azul profundo en tonos un poco verdosos, me sonrió, lo único que tengo que decir es que fue una hermosa y sensual sonrisa, sus dientes perfectamente blancos que combinaban con su cabello castaño claro que estaba perfectamente recortado, sus manos eran grandes y lo noté porque marina se acercó a mi oído para decir suavemente

- Imagina lo que podría hacer con esas manos- dijo sonriéndole a Nicolás-

Me giré para verla y estoy segura que en ese momento mi cara era de color rojo de la pena que sentía al escuchar a mi amiga decir eso, tal vez el la había escuchado. Nicolas camino hasta donde estábamos

- Bueno acabaré de llenar los papeles y haré la alta para que tu padre salga hoy mismo- dijo sonriendo- si quieres puedes pasar a mi consultorio por las instrucciones
- Claro que si- dije levantándome- vamos de una vez si tienes tiempo
- Si, vamos- dijo dándome el paso-

Me giré para decirle a mi papá que un momento volvía, él sonrió y asintió con la cabeza, mi amiga me hizo señales de "bien por ti" haciendo que me pusiera nerviosa pero ¿por qué razón?, antes no me había sentido atraída por el doctor es más ni había reparado en lo guapo que era, caminamos por el pasillo sin cruzar palabra hasta llegar a su oficina...