20.

3.3K 304 17
                                    

Nos besamos como si la vida dependiera de eso, como si fuéramos el aire para respirar del otro, como si no pudiéramos separarnos. Mis pulmones cada vez arden más por conseguir aire, pero siento que si lo dejo, que si suelto sus labios de los míos se irá. Nos separamos apenas unos segundos, tomamos aire y volvemos a besarnos.

Poco a poco, me había dado cuenta de que lo que sentía por él cuando era niño, era como una especie de gusto hormonal, pero con el tiempo que paso a su lado y lo que comenzamos a compartir, me he percatado de que esto ya no es un gusto hormonal, ahora se contenerme y actuar como un adulto, ahora sé que lo que siento por él es amor, amor del puro, del que quema por todas partes cuando lo veo, del que me grita que le diga lo que siento por él, del que me exige que permanezca a su lado a todas horas, de ese amor que me dice que sin él, no soy yo.

Sus uñas siguen teniendo las garras fuera, pero extrañamente a pesar de lo excitado y fuera de que sí que está, no me lastima, pone las manos en lugares en donde no pueda herirme. Pero tengo miedo, a pesar de que esto es lo que he querido desde siempre, tengo miedo, miedo a que él no sienta lo mismo que yo, miedo a que él sea infeliz toda su vida por estar con quien tiene, y no con quiere, miedo a que realmente esté viviendo en una mentira, y se de cuenta y me deje, miedo a que esta sensación que tengo en el pecho tan profundo en mí la sienta solo yo.

—Haz que pare, por favor hazlo —Suplica con la boca, pero su cuerpo me dice otra cosa. Su pelvis queriendo alcanzar la mía me dice algo totalmente distinto —Aun hay algo de cordura dentro de mí, Stiles, aun tengo un poco de fuerza de voluntad. Dime que me detenga y lo haré, por favor, no quiero hacerte daño —Sus labios me recorren las mejillas, sus manos me aprietan en las cadenas y me frotan con cuidado las piernas.

—Esto es lo que he querido toda la vida —Le digo, y siento las lágrimas al borde del abismo —Siempre he soñado con que el deseo por mí te corría por las venas, que el amor hacía mí te quemaba en el pecho y solo podías encontrar alivio en mí —Estamos mirándonos a los ojos, y siento como su respiración se mezcla con la mía. Las lágrimas se asoman en mis ojos y él las limpia con cuidado a pesar de que tiene las manos temblando.

—Me desprecio, me odio —Susurra y la voz se le quiebra en un sollozo —Eres tan puro para mí, sin contaminación, sin sangre en tus manos —Las lágrimas me salen por si solas, y las suyas también —Desde que supe que eras para mí, no quise aceptarlo, no quiero dañarte, no quiero darte más dolor. No tengo como hacerte feliz, soy un hombre roto, un hombre que ha perdido todo lo que amaba, un hombre que cada cosa que toca se acaba, se consume, se va, se rompe —Solloza, me acaricia la cintura y las mejillas. El dolor y la rabia están marcados en su voz —Pero soy egoísta, no quiero que estés con nadie más, no quiero a nadie más conmigo, no quiero la sonrisa de nadie más, los abrazos de nadie más, los labios de nadie. Te quiero a ti, aunque sé que no te merezco, te quiero conmigo, porque me das algo que hace mucho tiempo había perdido, me das todo aquello que creía imposible para mí —Sus labios se juntan con los míos, y mientras nos besamos, también lloramos —Me das la esperanza de que puedo salir del hueco profundo y oscuro en el que estoy desde que mi familia murió, me das el amor que he esperado toda la vida, tienes todo aquello que me desespera y me encanta a la vez. Eres todo lo que quiero, y mucho más de lo que merezco —Se abraza a mi cintura y llora en mi hombro, yo me abrazo a su cuello y me apoyo contra su cabeza mientras las lágrimas me bajan.

—Eres todo con lo que he soñado desde que tenía memoria, todo aquello que siempre he querido en alguien. Eres lo que creía inalcanzable, pero estás aquí, junto a mí. Yo también estoy roto, también he perdido algo que amaba con el alma, también me siento en un hueco, pero verte es lo que me hace luchar cada día, hacerte sonreír se ha convertido en mi misión en la vida, y tenerte es lo que merezco después de tanto sufrimiento. Puedes tenerme, porque yo ya te tengo, puedes amarme, porque yo te amo desde que mis ojos te vieron por primera vez, te amo desde que mis manos te tocaron por primera vez, desde que era un bebé y tu siendo solo un niño hacías lo imposible por hacerme reír de nuevo. Te amo desde que supe que el amor existía —Sus sollozos se hacen más pesados y fuertes, y no sé como llegamos aquí, pero agradezco el poder haber soltado todo. Ahora todo está dicho, y mi corazón espera por una respuesta del amor de su vida.

Aquello Que Siempre Quise ©Where stories live. Discover now