7.

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Dos semanas después...



—¿Tienes todo? —Scott revisa en el maletín y después de estar seguro me dice que sí. Se lo monta al hombro y yo tomo el bate al cual le he puesto clavos en la parte de arriba, este es de metal, el de madera es preciado para mí, así que no lo destruiría, ambos salimos de su habitación. Gracias al cielo que su mamá está en turno de noche, sino, la pobre Melissa tendría un infarto al ver a su hijo, y al que es casi como suyo también, armados como para matar a alguien, (cosa que precisamente vamos a hacer).

—¿Dónde fue? —Scott le pregunta a Malia que lo espera apoyada contra una de las puertas traseras del auto de Lydia, que justo va sentada de conductora. Isaac también está en la parte de atrás. Delante del auto, está el de Jackson, en el que van, él de conductor, Allison, Kira y Liam. Los gemelos, según me dijo Scott, ya están a donde llegaremos en unos minutos.

—Cerca del Nemetón, casi a unos cien kilómetros de distancia —La cara de Scott no es nada feliz, ambos nos montamos en la parte de atrás con Isaac.

—Chicos, estén atentos en el camino. Mantengan sus sentidos activos en todo momento, no sabemos que pueda ser, así que es mejor estar preparados —Nos dice Scott con voz clara y resonante, tanto a nosotros, como a los del otro auto.

Jackson arranca y Lydia lo sigue. Estoy nervioso, pero oculto el temblor de mis manos tomando con fuerza el bate. Hace unas dos horas, hubo un rugido tan fuerte, que se escuchó hasta mi casa, la cual queda muy apartada del lugar de procedencia del sonido. Todos nos reunimos en casa de Scott casi al instante, y armamos un plan de última hora, y todos salimos a recoger armas y todo lo que nos pudiera servir para combatir lo que sea que eso haya sido. Gracias al cielo, que yo acababa de hacer tareas, de lo contrario eso a John Stilinski no le habría agradado mucho.

Scott se mantiene alerta, y sus ojos son de un rojo intenso. El ambiente es silencioso y tensionante, cuando llegamos todos nos bajamos de los autos con nuestras defensas, Lydia trae unos cuchillos que parecen ser de Allison y parece estar pendiente por si las voces en su cabeza le revelan algo, Allison esta trae un arco, y lo que parecen ser más cuchillos. Lo que son, Liam, Jackson, Isaac y Scott están con las caras llevas de pelo, uñas convertidas en garras, y en posición de ataque, Malia es por completo un coyote, Kira tiene en su mano su catana, y sus ojos son de una llamarada intensa, y yo me sostengo a mi bate con todas las fuerzas que tengo.

Pasos se escuchan, y todos sin tenerlo pensado, formamos un círculo. Miramos en las direcciones que tenemos delante de nosotros, pero no aparece nadie, los pasos son más rápidos hasta que se convierten en corridas, Scott alarga sus garras de una agitada de manos y ruge, los otros lo siguen, yo trago duro y espero mientras trato de escuchar de donde provienen las pisadas. Cuando se detienen en seco, Scott salta hacia la oscuridad, y de pronto formas negras y rápidas salen de las penumbras del bosque, todos se ponen alerta y cuando están casi a cinco metros de nosotros, comienza el ataque, las cosas, que no se que son, gruñen y se mueven tan rápido como un ninja, así que nos toca ser tan rápidos como podamos, Allison y yo somos los únicos completamente humanos, pero ella entrena y tiene más experiencia en esto.

Una de las cosas se me lanza encima, y no se donde, ni como, pero alzo el bate y le apunto a la cabeza, si es que le puede llamar a eso así, la cosa sale volando y traspasa la franja de árboles que está a diez metros de mi distancia, el impacto suena como cuando le das a una pelota de béisbol, Scott le parte el cuello a una de esas cosas y se me queda mirando impactado, yo solo miro el palo. ¿Qué ha pasado? No tengo tiempo de pensarlo, cuando tres de esas cosas me tumban al suelo, siento los golpes, pero la adrenalina me evita que duelan, no sé que hago, solo tomo el bate y doy golpes a diestra y a siniestra, me los quito de encima, cuando siento que soy arrastrado por el suelo, con una agilidad que no sabía que tenía, me volteo y le doy con el bate a una de esas cosas en la cabeza.

Aquello Que Siempre Quise ©Where stories live. Discover now