Aquello Que Siempre Quise ©

6.

—Bueno, la verdad es que, no encuentro nada relacionado con lo que buscas, Sti, lo siento —Allison cierra el libro y lo pone sobre los otros tres sobre la mesa.

—Yo tampoco, amigo —Scott repite la acción de Allison, y se sienta con la espalda pegada a la silla, su cara tiene una expresión de disconformidad.

Hemos pasado casi toda la tarde buscando en los libros de Allison, pero no hemos encontrado nada para lo que me está pasando. Frustrado, me echo los brazos sobre la mesa frente a mí, y pongo mi cabeza entre ellos. Pensar tanto está haciendo que tenga dolor de cabeza, y no sé en que más concentrarme que no sea esto. Nunca en mi vida me había pasado algo como esto, y el hecho de que sea así me está sacando de quicio.

—Scott, vamos a tu casa —Él me mira sorprendido, pero creo que al verme casi a punto de llorar de nuevo, no pone resistencia y dice que sí.

—Nos vemos mañana, ¿está bien? Cuídate, y avísame como están las cosas con tu padre —Le susurra Scott a Allison, pero al parecer no lo hace tan bajo como quiere hacerlo.

—Está bien, cuídate tu también y por favor, déjame saber como sigue Stiles —Su tono es preocupado y hasta algo triste. Amiga, sigo aquí, ¿recuerdas?

Tomo mi mochila y decido esperar a Scott en la sala de estar de Allison, él llega unos momentos después, pero sin su novia detrás de él. Nos montamos en mi auto, pero acepto a que él conduzca, pero me arrepiento de que lo haga, de esta manera no tengo la cabeza ocupada, y pienso hasta en lo que no tengo que pensar.

Cuando llegamos a su casa, decidimos pasar la tarde jugando en su Play, así que mientras él lo enciende y prepara las películas que vamos a jugar, yo me pongo a hacer un par de sándwiches para cada uno, pero cuando estoy a punto de terminar de ponerlos sobre un plato para servir refrescos, cuando un dolor me atraviesa el estómago de extremo a extremo, no soy consciente de si alcanzo a gritar o no, pero Scott aparece a mi lado casi al instante, no puedo moverme, el dolor me tiene paralizado, y no me deja respirar bien, y unos segundos después, se vuelve tan agudo, que no alcanzo a gritar, cuando ya me he desmayado.

•••

—Hey, ¿estás ahí? —La voz de Scott se escucha cerca, abro los ojos y su cara está encima de la mía. Me sonríe aliviado cuando me ve despertar. —¿Cómo te sientes? ¿Te duele algo? —Instintivamente me toco el estómago para comprobar si aun tengo el dolor punzante y asfixiante de hace un rato, pero respiro con tranquilidad al darme cuenta de que no.

—No, ya no, ¿Qué pasó? —Me doy cuenta de que estoy en su habitación. Él me ayuda a levantarme y me siento en la cama.

—No lo sé, Sti, tú dime. Yo estaba activando los controles y preparando el juego cuando escuché tu grito. Me asustaste demasiado —No sé si esto le haya pasado a alguien más, pero tengo miedo, miedo autentico y real, del que pone los pelos de punta, te pone a temblar y tienes ganas de llorar.

—Llegaste a tiempo de nuevo, gracias —Él sonríe y le quita importancia con la mano.

—Llamé a Deaton, ya viene en camino, y tu padre tiene su celular apagado

—No, se le ha descargado, si no le recuerdo, deja el cargador en casa y pasa todo el día con el aparato apagado —El timbre de la casa suena, y Scott se levanta de la puerta y corre hacia la primer planta

Yo trato de acomodarme mejor contra el respaldo de la cama y unos momentos después, Scott entra seguido de Alan que como siempre, trae su maletín con utensilios de enfermería, lo cual es gracioso, ya que se supone que él es veterinario, pero de igual forma no voy a cuestionar al hombre que me revisará y en quien extrañamente confío para que lo haga.

—Hola, Stiles. ¿Cómo te encuentras? —Me pregunta Deaton poniendo su maletín sobre el escritorio de Scott y sacando un estetoscopio de él. 

—No lo sé, no recuerdo muy bien que pasó, y aunque no me duela, sí siento un malestar extraño en el estómago —Él asiente y con el aparato se acerca a mí, me pide permiso antes de ponerlo sobre mi estómago a lo que asiento. Él me revisa y me dice si siento dolor, digo que no varias veces, hasta que me toca cerca por mi lado izquierdo y un ardor igual al que tuve antes de desmayarme me quema el estómago.

—Debo decir que esto es muy extraño, ¿Te arde, verdad? —Asiento —Pero no estás quemado en ningún lado, ni siquiera una pequeña parte, todo está normal.

—¿Sabes algo más de esto? No sé que está pasando, y de verdad comienzo a asustarme

—Sí, sí sé algo, pero ... —Se voltea hacia Scott y luego me mira a mí esperando que hacer 

—Si es algo que tienes que decirme solo a mí, él puede quedarse, lo sabe todo —Él parece un poco sorprendido por eso, pero no dice nada más, simplemente asiente.

—He consultado con una tía que es bruja, y al parecer sabe algo sobre el tema, pero no me dijo mucho, así que me presto unos libros muy antiguos para que investigara allí, y aunque parece que encontré lo que te pasa, creo que es un poco surrealista —Una pequeña luz de esperanza se enciende dentro de mí, solo espero no perderla igual que cuando Scott me dijo que en casa de Allison podría estar mi respuesta. Casi después de un minuto meditando, él habla —Stiles, ¿estás enamorado? —Su pregunta me toma por sorpresa y apenas si soy capaz de reaccionar.

—¿Es necesaria la pregunta? —Él voltea la cara apenado, pero asiente —Sí, sí lo estoy —Scott levanta un hombro y hace una mueca de pena.

—Bueno, en uno de los libros de mi tía, he podido ver algo que se relaciona con lo tuyo, aunque te repito que puede ser algo que no tenga que ver con lo que te está pasando, pero es mejor asegurarnos —Toma su bolso del escritorio y busca en su interior por algo, saca unas hojas y me doy cuenta de que son unas fotocopias —Te las pasaría para que las leyeras, pero todo está escrito en Latín, y no creo que sepas algo de ese idioma.

—Desearía en este momento, pero no —Lee las hojas con detenimiento hasta que llega a la parte que estaba buscando.

—Aquí dice que, tus sueños te están tratando de decir algo, pero tienes que vincular todo lo que te pasa con el mundo real —Oh, vaya ayuda, Todo eso lo he intentado ya y no encuentro nada —Según el libro, si sueñas con alguien es porque esa persona está tratando de llegar a ti, pero solo puede hacerlo en el mundo de los sueños. Tienes que intentar que hablar con quien sueñas en tu mente cuando sueñes con esa persona —¿Derek tratando de llegar a mí? Es algo muy ilógico, si en clase me ignora, ahora si que más lo haría.

—¿Hay alguna manera de que el libro se equivoque? Sé de quien Stiles está enamorado, y créeme, no quisiera verlo ni en pintura —Scott pregunta, y al principio le agradezco y luego, me dan ganas de darle patadas. Lo fulmino con la mirada y él me pide disculpas, si está tratando de ayudarme, pues no lo está haciendo bien dejándome como alguien indeseado.

—No creo que sea posible que el libro se equivoque, en uno de estos libros, encontré la guía para ayudarte en tu fase de lobo primerizo —Algo en sus palabras me hace caer en cuenta de una posibilidad con mi caso.

—¿Quieres decir que lo que me está pasando tiene que ver con el mundo sobrenatural? —Deaton se gira hacia mi de nuevo, y ojea las hojas otros momentos

—Bueno, el libro fue escrito para el mundo sobrenatural, así que sí, Pero según lo que dice aquí, todo apenas está comenzando, así que tienes que estar preparado —¿Comenzando? Si ya estoy harto de esto y apenas está comenzando, no me imagino como será estando en la mitad o casi para terminar.

—¿No puedo salir de esto? ¿Hay alguna posibilidad de que esto se quite con psicología, o pastillas? —Deaton le da una mirada más a las hojas, y la mueca que pone me da la respuesta antes de que la diga.

—No, según lo que dice el libro, si tienes contacto con el mundo sobrenatural todo será más fuerte, ya que conoces lo que hay en él —La ganas de llorar me embargan, pero no lo hago gracias a una extraña fuerza que encuentro dentro de mí —Hay una parte aquí que dice que esto no te está pasando por coincidencia —¿Cómo que no? Es obvio que sí, Derek no me ama, y no hay razón para que él me esté buscando a través de sueños —. Seguiré investigando, Stiles, espero poder encontrar algo más y llamarte pronto. Cualquier cosa, son libres de llamarme y avisarme que tal van las cosas —Deaton se despide de ambos, y así como llegó, así mismo se fue.