Derek.

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15.




Cinco días, los tengo contados. Han sido los cinco días más largos de mi vida. Cinco días que he pasado sin saber nada de él, y sí, lo sé, suena estúpido ya que antes no lo veía en casi dos semanas, pero ahora es diferente, y no sé que ha cambiado, solo sé que, ese chico despierta cosas en mí que desde hace mucho no siento, no desde que Paige murió, y aunque él no haya muerto, siento que lo he perdido. El solo pensar en eso me hace querer arrancarme la piel a pedazos.

No sé ni siquiera como ir a donde está y decirle que lo siento, porque no se ni siquiera que siento. Pero el mero hecho de haber visto su cara cubierta en lágrimas por mi culpa hace que sienta algo, no sé que, pero no me gusta sentirlo, y si que menos me gusta haberlo hecho llorar, una vez más me creí el tipo que lo sabe todo, y esta vez me ha salido el tiro por la culata, ahora soy capaz de verlo. Aunque no todo es tan malo, algo bueno ha salido de todo esto, aunque no de la manera en la que me hubiera gustado, pero ha sucedido.

Nunca creí que él estuviera enamorado de mí. Recuerdo cuando era más pequeño, como jugábamos, como nos divertíamos juntos. Algo siempre me hacía querer estar junto a él, al principio pensé que era muy inmaduro para andar con un niño de doce años teniendo yo veintiuno, siempre me lo pregunté. Unos meses después murió mi familia, y me alejé, decidí irme, siempre pensé que él no iba a extrañarme, que le iba a dar lo mismo si estaba o no con él, pero me equivoqué, me quedó muy claro cuando hace cinco días me gritó a la cara mientras lloraba lo mucho que me había extrañado.

Tiempo después de irme entendí porque no quería estar lejos de él, porque crecía en mí esa extraña sensación de querer protegerlo, y fue cuando una vieja amiga de mi madre, que era en donde me estaba quedando al principio, me explicó todo, y entendí que él había sido hecho para mí, que era mi pareja predestinada. Pasaron seis años hasta que me sentí listo para volver, y también porque los sueños que tenía con él me dejaron bastante descolocado y preocupado. 

Nunca imaginé que al llegar su presencia me afectara tanto, fue como si todos los recuerdos me golpearan en la cara, y no solo eso, sino que verlo de ser un niño flacucho y sin gracia, se convirtiera en un hombre en progreso, con voz más gruesa que antes, piernas largas y musculosas por el ejercicio, un cuerpo que se ve lo entrenado que es, aunque no deja de ser flaco. Y me sentí culpable al tener deseo por él, porque sí, no se puede negar que es hermoso, cuando era niño era muy tierno, ahora me provoca algo que me hace querer llevármelo lejos y poseerlo hasta el cansancio.

Pero nunca imaginé que él tuviera tales sentimientos por mí, y en estos cinco días he tenido mucho tiempo para pensar, y he llegado a la conclusión de que me importa, me gusta y que necesito arreglar las cosas con él. Había escuchado que una vez tu lobo y tu pareja se cruzarán, ibas a tener la necesidad de estar cerca de él casi todo el tiempo, y vaya que ha pasado. En las noches salgo a lo más profundo del bosque y mi lobo y yo aullamos a la luna para descargarnos del dolor que es no tenerlo cerca.

Cuando se fue mientras por su cara caía un mar de lágrimas estando en la veterinaria sentí una necesidad de abrazarlo y decirle que me encanta el saber que me ama y no me odia. Pero ahí estaba Scott, y mi lobo quería atacar al suyo, pero no puedo hacerle eso a Stiles, tampoco a Scott. No es un mal chico, y menos un mal amigo, Stiles lo llamó y casi a los dos siete minutos estuvo allí estacionando de manera precipitada y demasiado enojado conmigo.

He intentado salir, e ir por él a su casa, pero no puedo, no se que voy a decirle, solo quiero sentir la sensación de envolverlo en sus brazos y evitar ser yo quien provoque lágrimas en él de nuevo. Mi lobo quería aullar en el momento en el que se montó al auto en el que Scott lo había recogido y rogarle que volviera. Necesito hablar con él, hace mucho tiempo que no me siento tan solo, siendo algo demasiado irónico sabiendo que siempre he sido solitario, y más cuando mi familia murió, pero con él todo ha sido diferente, siempre.

Aquello Que Siempre Quise ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora