Capítulo 14: Connor Moore

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*Anabeth*

- ¡Aquí dice 7! Tiene que ser la puerta ¿Que otra cosa puede ser 7?- Le dije, estábamos parados en el aeropuerto hace media hora discutiendo por la puerta donde teníamos que ingresar.

-¡7 es el número del vuelo!-

-¡No! ¿Donde es la puerta entonces?-

-¡Las puertas de las terminales tienen letras no números!- Me dijo levantando la maleta de mano del suelo.

-¿Y en donde está aquí escrito la puerta de la terminal, señor aeropuerto?- Dije dándole el pasaje. Estábamos gritando como una pareja casada. Ni siquiera eramos pareja. Parecía un reality show de televisión malo como los que ve Chloe.

-Aquí- Dijo señalando una letra "B" gigante del otro lado del pasaje.

 ¿Quien vé esa parte de todos modos? En mi defensa, nadie ve la parte de atrás de los pasajes de avión, es estúpido- Dije cruzándome de brazos. El comenzó a reírse.

-¿Qué harías sin mi?-

-Buscar la puerta de la terminal 7- Los dos comenzámos a reír levantando nuestras maletas del suelo. 

Travis se ofreció a llevar mis maletas hasta despacharlas dentro del aeropuerto. Así que el tenía tres maletas y yo una pequeña. El se ofreció a llevarlas, después de todo no traía demasiada ropa, y hablo de el, no de mí. Mis maletas explotaban. Acostumbro a llevar muchas cosas por si acaso. Pero no se estaba quejando, por lo menos no me decía que le molestaba. Se notaba que era fuerte. Y no era para nada parecido al Travis de hace un mes. 

Llegamos a nuestra terminal y despachamos nuestras maletas, como siempre, tuve que pagar por mi exceso de equipaje. Tampoco me sorprendía ya que me pasaba siempre. Lo que tampoco me sorprendía y ya esperaba era la cantidad de personas que había allí. Encontré a muchos chicos de la academia y de la universidad, aunque ninguno era mi amigo. En realidad tampoco tengo muchos, reales solo dos, Travis y Chloe. No es porque sea depresiva y odie a la gente, mi problema es que soy demasiado tímida. Tengo algunas especies de amigos, pero los diálogos se basan en un "Hola", "¿Como has estado?", "Me alegro", "Adiós". Y nada más que eso. A diferencia de Chloe, todo el mundo en Sudbury la conoce. Es la persona mas social que conozco.

-¿Cuánto tendremos que esperar hasta que salga el vuelo?- Preguntó Travis, sentándose en una silla y apoyando su mochila en el piso de alfombra azul.

-Como una hora- Dije mirándo mi celular.

-Odio esperar- Y puso cara de niño molesto.

-Pareces de 5 años- Dije sentándome a su lado.

-Prefiero parecer de 5 años que de 60- Me sonrió -Anabeth Henman, edad mental: 60 años- Y comenzó a reír, unos minutos despúes yo también lo hice.

-¿Por qué dices eso?-

-Eres la persona mas aburrida que conozco-

-¿Y por que estás conmigo entonces?- Pregunté mirándolo.

-Me gustan las chicas testarudas y caprichosas- 

-Oh, entonces ¿Te gusto?- Dije sonriendo. Y el comenzó a reír.

-Si, no sabes cuanto- Dijo sarcástico.

-Gracias por tu sinceridad-

-¿Le avisaste a tu madre que vendría?- Preguntó sacando su celular de su mochila.

-Si, estaba feliz de que lleve amigos a casa- Dije sonriendo -Me disculpo desde ahora si ella te llega a incomodar-

-No te preocupes- Dijo triste. Seguramente extrañaba a sus padres. Después de todo, esta era su primera Navidad que no festejaría solo.

-No estés triste- Las palabras salieron de mi boca solas ¿Por qué rayos pienso en voz alta?

-No lo estoy- Una sonrisa hermosa se pintó en su cara, yo también le sonreí. 

Esperamos allí sentados como una hora y algunos minutos hasta que la voz de los parlantes llamó a nuestro vuelo. Nos paramos y caminamos con las otras personas hasta llegar a los controles. Estábamos casi últimos en la fila, y odiaba eso. No tendría nada de espacio para guardar mi equipaje de mano. 

No tardamos en abordar al avión. Odiaba los pasillos tan estrechos. No había casi espacio, pero me concentré en encontrar el asiento 13C en el mar de personas llamado avión. Para empeorar todo, mi asiento era donde estaban ubicadas las alas del avión. Sí, después del vuelo estaría sorda. Finalmente encontré el asiento. No estaba al lado de Travis, el estaba dos filas mas atrás que yo. En el asiento del lado de la ventana había un chico, no me miró ya que estaba atrapado en un libro. No ví el color de sus ojos, pero su cabello era oscuro y su estatura mediana. 

Abrí la puerta para guardar el equipaje que estaba en la parte superior. Solo había una maleta verde pantano, supuse que era del chico. Intenté subir mi maleta pero no funcionaba, estaba muy pesada. Todos en el avión se habían sentado, yo era la única estúpida intentando guardar mi maleta, pero no había caso. Estaba muy pesada. Todos me miraban y nadie se acercó a ayudarme, como si estuviera subiendo y bajando mi maleta para divertirme. 

Después de la décima vez de intentar largué un suspiro. El chico del asiento me notó y rápidamente dejó su libro en donde antes estaban sus piernas para moverse donde yo estaba.

-Lo siento, déjame ayudarte- Dijo muy gentil levantando mi maleta. Yo me corrí hacia un lado para que el pueda subirla. Y sin ningún problema lo hizo. A veces desearía ser hombre para tener fuerza.

Después de cerrar la puerta blanca con el seguro volvió a su asiento, y yo finalmente me senté en el mio.

-Gracias- Dije sonriendo y mirando sus ojos azules.

-No te preocupes, era lo correcto- Dijo sonriendo también -Connor Moore- Extendió su mano en frente de mi pecho.

-Anabeth Henman- Dije tomándola y saludándolo. 

-¿Sabes Anabeth? Siento que ya he visto tu cara ¿A qué universidad asistes?- Yo también veía su cara bastante familiar.

-Columbia- Respondí sin dejar de mirarlo. 

-Creo que me he equivocado entonces, yo a Cornell- Dijo negando con su cabeza -Pero tu cara sigue pareciéndome conocida- Dijo sonriendo con sus blancos y grandes dientes. Yo también sonreí y abroché mi cinturón. 

Tomé mi celular para apagarlo y en el mismo momento que estaba por pulsar el botón, un nuevo mensaje llegó. Era de Travis.

"Tiene cara de idiota"

Reí al leerlo, sabía que hablaba de Connor. Luego miré hacia atrás y su cara me estaba sonriéndo. Reí de nuevo y apagué mi teléfono. Connor hizo lo mismo con el suyo y luego de algunos avisos del capitán y las azafatas el vuelo comenzó.

Cada vez estaba más cerca de volver al lugar que tanto anhelaba, mi hogar.

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