Capítulo 3: Puerta 18

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Si, si reconocí esa voz, John. Me voltee a verlo, estaba a unos pocos metros míos y caminaba hacia mi. ¿Como se atreve a hablarme despúes de lo que hizo? Es muy tarde para pedir perdón, demasiado tarde. Sentí el nudo en la garganta y agua en mis ojos ¡Anabeth se fuerte! Me recordé.

-¿Por qué te fuiste ayer? y ¿Por qué no respondiste mis llamadas? Estaba muy preocupado- Dijo inocente tratando de abrazarme, yo me corrí. ¿Preocupado? Sí claro, preocupado que no lo vea con esa zorra -¿Qué te pasa?- Dijo con su voz de angel, aunque por dentro se encontraba el diablo.

-¿Qué me pasa? Que estabas besandote con otra, en frente mío, eso es lo que me pasa- Dije, y me sorprendí, estaba logrando lo que quería, ser fuerte. Me gusta esta Anabeth.

-¿Que dices? ¡A tí sola te besé, luego me dijiste que te ibas a buscar un trago y jamás volviste!- Me dijo elevando la voz -¡Yo tendría que estar enojado!-

-¿En serio? ¿Crees que me olvidé de que te besé? Claro que no, porque yo no fui la que te besó- Le dije, y estaba enojada, esa era su excusa, que era yo la que lo había besado -¡Yo misma te ví con mis propios ojos John!- Dije gritando.

-¿Sabes qué? ¡Estas loca!- Me dijo

-Estaré loca, ¡pero tengo mejores excusas que esa! Confiaba en tí John- Le dije, y me voltee de nuevo para seguir caminando, el también siguó caminando por el lado opuesto. Es un idiota, y me dice loca a mi. 

Llegué al club de anoche, en todo el camino pensé en lo que me dijo John ¿Me había besado a mi? No, el es el loco, no yo. Toqué la puerta y un señor musculoso vestido de negro me abrió. Puedo jurar que es el que sacó a Travis del club la noche anterior.

-¿Que quieres?- Dijo, ¡Que educado!

-Hola, necesito saber si conocen a un chico que se llama Travis, vino aquí ayer y...-

-¿Si lo conozco?- Dijo riéndo- A ese idiota todo el mundo lo conoce-

-¡Genial! ¿Me podría decir su número o donde vive?- ¡Al fin lo encontre! Y fue bastante fácil.

-¿Te usó y te dejo tirada?- Comenzó a reír -Típico de Mills-

-No, en realidad lo estoy buscando porque...-

-¡Eres de la policía! Si es así, no se nada de el- Me interrumpió

-¡No señor! ¡Déjeme terminar! Lo estoy buscando porque ayer hablé con él y necesito verlo- Este hombre está loco ¿Yo de la policía? Ademas, ¿Por qué estaría la policía buscando a Travis? Que raro que es estr guardia.

-Bueno, si es así...-Dijo mirando en su celular y anótando en un papel- Aquí tienes su dirección, pero te aseguro que si estas enamorada de el, Mills no es la clase de personas que tienen novia- Me entregó un papel con una dirección anotada, hice una mueca de asco cuando me dijo que estaba enamorada de el. No más novio por ahora.

-No sabe cuanto se lo agradezco- Le dije, me parece que estoy siendo muy gentil con este hombre grosero.

-Si si, como digas- Dijo y entró al lugar de nuevo.

-Que buena onda- Dije para mi misma.

Miré la dirección de nuevo: Calle 6. Barrios Bajos. Por eso no quería decirme donde vivía. Allí era la zona mas pobre de Nueva York. Dónde ocurrían los crímenes y los robos. Nunca había ido, pasé una vez sola pero en un taxi, y estaba aterrada. No me importa cuan peligroso sea, tengo que encontrar a Travis, no se porque tengo esa necesidad, pero algo me dice que lo debo hacer, algo me mantiene en el estado de desesperación para encontrarlo, y no me puedo resistir. En el papel que me dió el hombre había una número, supongo que de su casa. 

Caminé como por una hora calle abajo. Estaba adentrandome en los Barrios Bajos, las casas eran de ladrillo o estaban mal pintadas, con inscripciones en aerosol. Había hombres fumando, más de uno me gritó o me silbó, pero no le dí importancia, aunque es asqueroso que hagan eso. Estaba a tres casas de  Travis, sentía una felicidad inmensa en mi alma. Llegué a su dirección y toqué el timbre, se veía como una vecindad o algo así. Una mujer de unos 60 años algo gordita me abrió la puerta.

-Hola, estoy buscando a Travis Mills, ¿Sabe si vive aquí?- La señora comenzó a reír, no se por que todos se ríen cuando digo su nombre. 

-¿Te dejó embarazada dulzura?- Me dijo la señora riéndo, a lo que yo hice una mueca de ascó.

-No, no, es mi amigo- Respondí mintiendo ¿Que le respondes a eso? ¿Por qué estaría embarazada de el? No, que asco.

-Oh, en ese caso, puerta 18. Si sigues este pasillo derecho la encontrarás-

-Muchas gracias- Le dije, para luego caminar hacia la puerta 18. Las paredes de la vecindad estaban con la pintura rajada, había algunas plantas en macetas y las personas que estaban allí me observaban raro. Probablemente por mi ropa, ya que la de ellos estaba rota. Llegue a su puerta, como no tenía timbre golpee la puerta.

*Travis* 

No me podia sacar a Anabeth de la cabeza. Ninguna chica se había interesado en mí de esa manera, nadie quería saber mi nombre, ni donde vivía. Y esos ojos verdes, mierda, si que eran bonitos. ¡NO! Travis Mills no se enamora, nunca. Pero Annie tiene algo especial, y lo mejor era que se aleje de mí si quería su bien. Soy una mierda para el amor, nunca tuve novia, nunca la tendré. 

Me encontraba acostado en mi sillon observando el pequeño televisor y fumando un cigarrillo, en la mesa había una botella de cerveza que cada tánto tomaba. Tocaron a mi puera ¿Quién era? Seguro que el loco Steve pidiendo algo. No me levanté a abrir, y los toques se volvieron más fuertes y más constantes. Me paré enfurecido a abrir la puerta. 

Y la vi.

Estaba allí.

Y me había encontrado.

-¿No te dije que no tengo amigos muñeca?- Le dije apollandome en el marco de la puerta.

-Si, lo sé, pero algo me llevó a buscarte ¿Y por qué no tienes amigos?- En serio Anabeth quería ser mi amiga, que curiosa que es. Y yo no tengo amigos.

-¿Como viniste aquí?- Le pregunté.

-Caminando, en el club me dieron tu dirección- Me respondió.

-¿¡Estas loca!? ¡No puedes venir aquí caminando sola! Suerte que es de día- Le grité, y tenía razon. Una chica como ella no puede venir caminando sola, no aquí. ¿Quien sabe que le podría haber pasado?

-Bueno, lo siento, es que te quería buscar- ¿Por que mierda me quería buscar? ¿Se habrá enamorado de mí? No, una chica como ella tiene muchas opciones para enamorarse. 

Por alguna razón saca lo mejor de mí, no soy el Travis hijo de puta que suelo ser.

-Te invitaría a pasar, pero no creo que te apetezca ver mi casa-

-Vamos a mi departamento entonces-

Yo comenzé a reír, esta chica estaba loca si se quería juntar conmigo, lo mejor era que se aleje.

No puedo tener a nadie cerca.

No sin lastimarlo.

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