Capitulo 6

17.7K 793 261
                                    

Alejandra

Desperté gracias a mi terrible despertador que me tenía harta. Me levanté de cama y sentí un mareo junto a unas grandes ganas de vomitar, así que corrí hasta mi baño y me hinqué frente al inodoro. omencé a botar todo lo que tenía en el estómago, lo cual no era mucho.

Al terminar dejé que el agua corra y me senté en el suelo apoyando mi espalda junto con mi cabeza en la pared. ¿Qué fue lo que me cayó mal? Según Niall, la zanahorias serían buenas para mí y el pastelito los va comiendo desde hace un par de días –ya que hasta ahora no se acaban– y no lo he visto mal.

Me paré, me lavé los dientes y volví a la cama. Hoy no iría a clases.

No había ni un ruido en casa así que de seguro que mamá ya se había ido y debía de comer algo de desayuno porque se lo prometí a Niall y no quiero comer nada después de estas grandes nauseas. Pero debía de darle de comer a Jandro.

Con las fuerzas que tenía –las cuales no eran muchas– me paré, me puse mis pantuflas y un salto de cama, ya que en esta época del año estaba fresco; no hacía ni calor ni frío, y bajé las escaleras lentamente y me sorprendí al ver a mi madre sentada en el sofá.

— Buenos días, hija... –me miró de pies a cabeza y se acercó con una cara de preocupación en el rostro–. Alejandra, ¿qué es lo que tienes?

— No lo sé, pero no quiero ir al instituto ma –ella comenzó a tocarme de todo, la frente, los brazos, el estómago y hasta las piernas tratando de buscar cual era mi mal

— ¿Qué te duele?

— El estómago y tengo grandes ganas de vomitar –me sobé el estómago.

— ¿Por qué has bajado en este estado hija? –me dio la vuelta y comenzamos a subir los escalones hasta mi habitación.

— Pensé que no estabas, así que iba a ir a darle de comer a Jandro. –me quité las pantuflas y el salto de cama y me acosté.

— Yo le daré de comer, de eso no te preocupes pero, debo de ir al trabajo. Le pediré a mi jefe si me puede dar la tarde libre para venir a cuidarte ¿va? –dijo arropándome.

— Vale. Te quiero, ma –dije como niña pequeña.

— Y yo a ti. Ahora descansa y no dudes en llamarme si pasa algo –me dio un beso en la frente, cerró las cortinas y luego salió de la puerta dejándola un poco abierta. A los 5 minutos caí en un profundo sueño.


Niall

Llegué al instituto más temprano de lo normal. Quería ver a Alejandra, quería ver si podría seguir ayudándola, quería saber si estaba a gusto con mi ayuda al igual que yo ayudándola.

Entré a la primera clase; Música ¿Ya les mencioné que me encanta tocar la guitarra? ¿No?

Pues ahora les digo que me encanta, tanto como cantar aunque nunca lo hago en público. Por eso es mi baja calificación en esta materia, debido a que me niego cantar y la profesora me pide informes y, o me los olvido, o no tengo intención de hacerlos.

Me senté al final de la clase, dejando el asiento de al lado vacío que es donde normalmente se sienta Alejandra.

Me pregunto, ¿qué pasará cuando se cure? A veces pienso en que ella se podría enamorar de mí, pero le temo a que lo haga. Ella no me gusta, ni siquiera me parece atractiva. No quiero lastimarla. Ya lo he hecho demasiado aquí en el instituto. Gracias a mí y a todo mi grupo ella es así y tiene rota toda su esperanza. No quiero romperle el corazón.

Bullying, Anorexia y un Angel - Niall HoranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora