Capítulo IV: Incógnito Espectador

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Inmediatamente después de cerrar la puerta del despacho del Sr. D’Arce Grazia, que al parecer estaba escuchando tras la puerta, salió a abrazarme y me acompaño a donde Roger y Anna me enseñarían mi habitación, que era de lo mas encantadora, quedaba en el ala de la servidumbre, en la segunda planta, era pequeña y acogedora, no tenia más que la cama sencilla, un nochero a su lado, un closet al lado de la puerta y frente de la cama y justo detrás de ella estaba una enorme ventana que daba al jardín trasero, quede encantada con la vista: los rosales en su extensión y mas allá de la mansión se veían las faldas de las montañas vecinas adornadas con cientos de ovejas o vacas o caballos; me instale rápidamente y baje para escuchar el resto de indicaciones, Grazia estuvo conmigo todo ese tiempo, riéndose de mis comentarios o preguntado acerca de todo, y parecía todo menos una niña triste, más bien diría yo que era toda una risueña, ¿Cómo haría para hacerla sonreír? ¿Tendría que contarle mi secreto enseguida o debería esperar a conocerla? Tenía miles de preguntas  y aun no sabía cómo llamar a Lullaby.

Roger fue claro y conciso, las reglas eran pocas y debían cumplirse a cabalidad: debía levantarme a las 6:00am levantar a Grazia y alistarla para que recibiera a su tutor el señor Duncan que se encargaría de enseñarle todo menos etiqueta, música y pintura las cuales eran todas mías, además debía comer solo en el comedor de empleados a menos que el señor D’Arce me invitara a cenar con ellos y como ultima regla debía leerle todas las noches a Grazia antes de dormir.

Pase el resto de la tarde en compañía de Grazia desempacando mi pobre maleta, del señor D’Arce no sabía mas nada, de seguro esa ausencia ero lo que tenía tan triste a Grachi, Grachi era la manera en que llamaba a Grazia y ella a mi Nía, sonaba mas cariñoso y cómodo llamarnos de esa manera.

Después de cenar subí a mi habitación, mientras Grazia se ponía su pijama y me esperaba en su alcoba para la lectura nocturna, decidí buscar en mi libro de hechizos alguno que me ayudara a llamar Lullaby y Eureka encontré uno, me tarde alrededor de 5 minutos en memorizarlo y luego con varita en mano lo proclamé, ella apareció al instante y me regañó por haber tardado tanto, tanto ella como Viola estaban preocupadas, me disculpé y comencé mi interrogatorio del cual no extraje mucha información, solo que debía lo más pronto posible decirle la verdad a Grazia y encontrar mi misión.

Lullaby no permaneció mucho tiempo después del anuncio, se marcho tras una ráfaga de viento, me hizo prometer le llamaría más a menudo y me informó que cada viernes en la noche traería información de Viola, mis compañeras y tendría que rendir reporte, ¡yo tenía que rendir reporte! Ahora si  sentía la presión, pero la disipé tarareando una canción de camino al cuarto de Grachi, recorrí a oscuras el resto de la mansión hasta llegar a mi destino, solo la luz que se colaba del despacho del Sr. D’Arce me ayudo a no trastabillar subiendo las escaleras de la casona principal y llegar al cuarto donde Grazia me esperaba.

Al verme entrar dibujó una sonrisa en su rostro, pensaba que había olvidado el cuento nocturno, dio un brinco de alegría cuando del estante pedí que escogiera el que más quería escuchar, al parecer las antiguas nanas solo le leían el que a ellas se les antojara.

Mientras leía Grachi me observa minuciosamente, si el punto de todo esto era que se durmiera, conmigo era imposible, soy aficionada a la lectura y aunque de pequeña nadie me leyó yo misma lo hacía cada noche antes de dormir, hacia las voces de los personajes, la graves, las agudas, hablaba como pajarito, como elefante y así…, Grachi estaba encantada, siendo sincera el lado maternal –que creí extinto en mi- apareció dejándome una sonrisa en los labios.

Hubo un momento aquella noche, en que  nos quedamos mirando a los ojos, como si las almas estuvieran hablando, entonces, supe que era el momento ideal para contarle, una parte de mi decía que era muy pronto y otra parte de mi me impulsaba a hacerlo y siendo como soy nunca escucho a  esa parte de mi que  decía que era muy temprano, creo que es la conciencia, o la razón, bueno sea lo que sea esa noche fue ignorada y justo cuando acabe el capítulo de esa noche me arme de valor y le  dije toda la verdad.

_Grachi-dije mientras la cubría con la cobija- ¿tú crees en la magia?

_no lo sé Nía-me respondió dubitativa- mi papá dice que eso es mentira, que solo son tonterías de libros.

_pero no es lo que crea tu papá, es lo que tú creas, anda dime, ese será tu secreto y yo prometo guardarlo.

_ Bueno, la verdad si-dijo con una sonrisa apenada- pero promete no decirle nada a  papá, la última vez que le hable de hechizos para devolverle a mamá me castigo y despidió a mi nana… él decía que era una bruja.

¡Oh, oh! El Sr. D’Arce culpa de brujería a la magia, ¿y si se entera de lo que soy antes de culminar mi misión? Creo que en ese momento mi razón comenzó a gritarme “corre, corre” pero  no hice caso nuevamente y en vez de darle un beso en la frente a Grazia y retirarme a mi habitación me aventure a contarle todo.

_ ¿Si te digo un secreto mío prometes no decírselo a nadie nunca? –Dije  bajito y la niña asintió alegremente con su cabeza- ¿has escuchado alguna vez de las hadas madrinas cierto?

_si, muchas veces, ¿Por qué?

_pues, resulta que yo....-comencé diciendo rayando en el nervio-

_ ¡¿eres un hada madrina?!-grito de emoción Grazia-

_ ¡shhh! Es nuestro secreto y si soy tu hada madrina y tengo una misión importante.

_¡¿Cuál, cual, cual, misión?! – Los ánimos de Grachi iban en aumento-

_no lo sé aun pequeña-dije con ganas de ser sincera-pero tengo 3 meses para averiguarlo y ayudarte a sonreír desde el corazón, ¿me ayudaras guardando el secreto?

_ ¡claro que sí!, ¡yo sabía que tú eras especial, desde que entraste!

_bueno, tampoco es para tanto-dije apenada- ahora debemos esconder el secreto de todos, solo podre usar mis poderes contigo.

_ ¡¿puedes hacer hechizos como la de cenicienta?! –gritó emocionada

_ ¡no sé porque esa es la única hada madrina que recuerda este mundo!-dije exasperada-  conozco millones de otras hadas que han ayudado a muchísima gente importante, solo que  es siempre un secreto, los únicos bocones fueron los Green… pero créeme les salió bien caro esa traición.

La niña tenía mil preguntas y yo  mil respuestas, me pidió que no le leyera  nunca más, sino que le contara todos los cuentos mágicos que conocía, las versiones reales de los que ella conocía o hasta invenciones de mi cabeza, yo asentí y luego de una pequeña muestra de mis poderes arreglando su estantico de libros con mi varita mágica le anuncié que era hora de dormir, la metí de nuevo en su cama, la arropé, le di un beso en la frente y me preparé para regresar a mi habitación.

Al acercarme a la puerta noté que estaba entreabierta, yo estaba segura de haberla cerrado, ¿habría escuchado alguien mi conversación con Grazia? ¿y si era el señor D’Arce? Sería mi fin sin duda. Salí temerosa del cuarto, cerré la puerta a mis espaldas y no vi a nadie en el pasillo, ni en la sala ni en las escaleras, ¡no había nadie! Sin embargo sentía que me observaban, de pronto seria psicosis mía, tal vez no había cerrado la puerta bien y esta se habría abierto, pero tal vez alguien si había escuchado y visto todo, la incertidumbre nunca me ha sentado muy bien y esta me estaba matando, pase la noche mal, creo que hasta pesadillas tuve.

Solo tendría una manera de reconocer quien me había escuchado anoche: analizando el comportamiento de todos al día siguiente, y me sorprendí, pues todos estaban de lo más normal, Anita muy amable en el desayuno, Roger igual de bailador, el arre como siempre preocupado, todos los demás con los que no hablaba solo me miraban como bicha rara mientras se acostumbraban a mí, pero cuando subí a despertar a Grachi supe quien había sido el incognito espectador.

_Armonía-gritó amargada una voz de madera desde el despacho- ya te escuche subir, entra inmediatamente.

¡Era mi fin, lo sabia! El sentimiento de muerte inminente de nuevo se apoderó de mi, entraría y encontraría al demonio D’Arce, con su furia implacable…

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¡Espero les guste este capítulo!  y ya qe esta es una histotria para todos y no tenemos caracterización de personajes, me gusatria saber ustes que opianan, ¿quien les gustarian que fueran los personajes de esta historia?

espero sus comentarios, votos y sujerencias!

Dani*

Un Cuarto para las 12.Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora