DIECISEIS🍃Japón

3K 492 105
                                    

Dos manos, dos pentágono. Diez días.

No sabía cómo representar la cantidad de tiempo desde que me sentía completamente solo. Yo realmente me sentía como una basura en medio de una calle... nadie la recoge, todos la patean.

Últimamente no había recibido visitas. Sólo cuando venían a dejar a mi hijo... a mi pequeño inocente, el cual pregunta a cada instante el paradero de su "papi".

La puerta sonó, pero aún así no me levanté de mi lugar, en cambio, me arropé aún más con la manta color verde que cubría mi cuerpo y me prometía sentirme cálido por fuera, aunque no por dentro. Estar todo el jodido día en el sillón acostado se había convertido en mi pasatiempo favorito.

-¿Hyung? -la suave voz sonó tras la puerta, ya sabía de quien se trataba.

-No estoy -hablé con los ojos cerrados.

-Voy a entrar. -escuché unos pasos y a alguien entrando. -Wow, esto empeora día a día. -no dije nada, sólo escuché su voz, por lo cual se desorientó al no ver a nadie ahí -¿Dónde estás, Hoseok?

-Estoy en el mueble -saqué un brazo por debajo de la manta levantándolo y llamando la atención del rubio, para que así notara mi localización.

-¿Otra vez estás enfermo? -escuche esta vez que su voz se acercaba más al sillón en el que me encontraba.

-Sí. -con un par de dedos bajé la manta descubriendo mi rostro hasta el inicio de mis labios. No era mentira del todo, había sufrido un fuerte resfriado hace una semana, pero hoy ya me sentía  bien, aunque no quería salir de mi refugio.

-Vaya, Hoseok, ¡te ves horrible! ¿Y ese aroma? ¿eres tú? -dijo Jimin tapándose la boca junto a su nariz e intentando dejar de respirar por un corto tiempo.

-No exageres -rodé mis ojos -aunque no se como luzco, no me he visto en el espejo por varios días. -el rubio asintió.

-Ya veo... -un ligero silencio se clavó en el ambiente, él se veía algo perdido en sus pensamientos, como si algo lo atormentara. Decidí hablar.

-Jimin ¿Sucede algo? Aún es temprano -me refería a la hora de salida de Kookie de su escuela, ya que el más bajo solo venía cuando debía dejar a mi pequeño en casa, lo dejaba en la puerta, y nuevamente salía a trabajar en el pequeño restaurante que Jin había logrado administrar.

-No... la verdad, es que y-yo, quería hablar con usted. -al ver que parecía algo importante, me quité la manta por completo de mi rostro.

-Te escucho.

-Partiré a Japón mañana, ya no podré cuidar a Kookie como lo he estado haciendo estos días. -abrí mis ojos con gran sorpresa y me senté rápidamente, ¿Jimin se irá?...

-E-esto es repentino. -dije observando confundidamente el suelo.

-Lo sé, pero es por cuestión persona... mi ex-novio tuvo un accidente automovilístico anoche y yo... necesito verlo, él fue un gran apoyo para mí y simplemente no puedo pasar por encima de esto. -Jimin hacía lo posible para que yo pueda comprenderlo, pero no era necesario, él tenía una vida y podía hacer lo que quisiera - Volveré en unos meses, ya que cuidaré a Hiroshi.

-Entiendo, Jiminnie, no te preocupes -sonreí y él hizo un ademán de abrazarme, pero decidió mejor no hacerlo debido al aroma a "flores" que expulsaba mi cuerpo. Jimin era un gran chico, no solo lo pensaba yo, si no todos lo que algún día se toparan con él... Y yo conocía a un pequeño que lo adoraba, por lo que me preocupaba algo en especial
-¿Kookie lo sabe?

-N-no, hyung. -ese pequeño estará destrozado al saber que su hyung favorito se irá por un tiempo y aunque solo fueran meses, en su cabecita de niño sería una eternidad.

O U R • B A B Y - HopeV🐝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora