O U R • B A B Y - HopeV🐝

CUATRO🍃Tropa mariquita

Escuché que alguien llamaba a la puerta. Mordí por última vez mi pedazo de pizza que estaba desayunando y corrí a abrirla. Maldito sea el momento en que me distraje.

-Buenos días señor Jung. -una "adorable" niñita de apariencia tailandesa sonreía enseñando el espacio donde su diente había desaparecido recientemente. -¿Desea comprarnos galletas? -acercó a mi rostro el producto.

-No, gracias. -Sonreí falsamente, juro que intentaba ser agradable, pero la mocosa frunció el ceño y apuntó la caja color verde.

-¡Pero hoy hay un descuento de dos por uno!.

-Ni por que me las dieran gratis las compraría. -solté una sarcástica carcajada.- Parecen rocas.

-¡¿Qué dijo?! -la niña se lanzó a mí, pero debido a su baja estatura, simplemente la detuve con la palma de mi mano mientras ella intentaba avanzar y pataleaba.

-Vamos, es para una buena causa. -dijo la de cabello más claro.

-Sí, sus barriguitas demuestran la buena obra de caridad que realizan.

-Usted es muy molesto, solo compre las malditas galletas. -sentenció la de tez morena.

-No.

-Se lo ruego, la tropa Mariquita lo necesita. -esa niña parecía más tierna, además sus ojos brillaban y tenía un lindo aegyo, pero no iba a caer, ¡esas cuatro son terribles!.

-Prefiro la tropa Abejita. -alejé a la que seguía luchando con mi brazl y cerré la puerta rápidamente antes de que alguna de ella decida morderme. Ya había sucedido un par de veces. El otro día tuve que llamar a la policía, pero obvio que no me creyeron que una de esas niñas intentó golpearme.

-¡Quemaremos su casa!

-¡TEAM ABEJITA FOREVER!- grité más fuerte. No es que sea grocero o infantil, pero esas niñas me llegan hasta el culo y son muy peligrosas ¡Cómo es que pueden dormir de noche!

Después de unos minutos, dejé de escuchar ruidos, así que decidí volver a mi pizza, pero volvieron a tocar la puerta, no iba a caer fácilmente. Hablé mientras abría la puerta poco a poco -Ya mocosas ¿No entienden que las galletas de la tropa abejita son más suav...? ¿Jin?

-Siempre supe que eras infantil. -dijo seriamente, para después de la nada empezar a reir creando el irritante sonido de "limpiando ventanas". Paró de reir al ver mi rostro totalmente serio. Aclaró su garganta y peinó su cabello. -¿Me dejarás pasar o tengo que ser parte de la tropa abejita?

-Cállate y entra. -abrí la puerta y el alto se introdujo.

-¿Noticias nuevas? -pregunté regresando a la mesa donde yacía mi deliciosa pizza.

-El chico del piso de abajo besa terrible, pero el de arriba es un sobresaliente.

-iuhg. -lo miré con asco, eso era normal en él, pero nunca terminaba de acostumbrarme- eso no me ayuda de mucho.

-Lo sé, pero Namjoon está bueno.

-¿Namjoon? ¿Al que le vomitaron al entrada de su casa?

-No entiendo por qué lo recuerdas por eso, pero sí, él mismo

-Él se ve muy hétero.

-Sí, no lo demostró cuando besó mi cuello.

-Vaya, juraría que gustaba solo de mujeres.

-También diría lo mismo de ti, pero ya vemos que no es así. -otra vez empezó ese chillido que crea cuando se ríe.

-No mientas. -le arrojé mi servilleta.