VI

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            Durante el año, Camila se sintió un tanto extraña ya que tuvo una mezcla de sentimientos muy diferentes. Primero se sintió un poco incómoda, no conocía a nadie de su nuevo curso, más que a Nick y a Martin (sus compañeros de primaria), y tendría que pasar los siguientes seis años con ellos, así que debería ir acostumbrándose.

Al mismo tiempo pensó que sería bueno conocer gente nueva, ya que el contacto con sus amigas de la escuela primaria había ido en descenso el último tiempo, pero ella era demasiado tímida, y eso no la ayudaría mucho. Por suerte, logró hacer buenas amigas: Anne, Emily, Katrhina, Lucía y Sandra lograron llegar al corazón de Camila y quedarse allí un buen tiempo, eran muy buenas personas.

Mientras tanto, también debió prepararse para rendir las seis materias que había reprobado, en Diciembre hacía un calor infernal y Camila lo detestaba, prefería el invierno, llevar puesto miles de remeras y camperas antes de que morir derretida por el calor.

Una noche, mientras cenaban a la luz de las velas, pues se había cortado la luz en consecuencia de una gran tormenta que azotó la ciudad en la que vive Camila, su madre logró sacar un gran tema de conversación:

- Y entonces, ¿qué rindes primero? – preguntó Elena a su hija, mientras les servía jugo a sus niños.

- Creo que Biología, a las siete y media - dijo pensativa.

- ¿Pero no rendías Ciencias Naturales primero? - interrogó confundida.

- Sí, ma – afirmó Camila -. Biología está dentro de Ciencias Naturales junto con Físico-Química – explicó.

- Entonces también debes rendir Físico-Química – afirmó la madre -, ¿cierto? También la habías reprobado...

- Sí, ma –rió Camila, por la confusión de su madre, pues hacía más de treinta años que ella había terminado la secundaria-. Lo que pasa es que el horario de Físico-Química es a las nueve y media, y llego con el tiempo justo ya que son dos horas que nos dan los profesores para dar el examen – añadió preocupada.

- ¿Y qué es lo que te preocupa? – interrogó Elena-, no debes ponerte nerviosa y lo sabes, es un simple examen, que tienes que aprobar sí o sí para no repetir el año – agregó obvia, a lo que Tomás rió burlón.

- Ya lo sé, eso es lo que me pone más nerviosa, tengo mucho miedo de reprobar, no quiero repetir el año, sería muy feo perder a todos mis compañeros y mis amigas nuevas – respondió entristecida Camila, haciendo oídos sordos a las burlas de su pequeño hermano.

- ¡Y no lo harás, Cami! – animó -, lo único que debes hacer es estudiar, ya que no trabajas y no te pido que me ayudes con las cosas de la casa porque yo sé que el estudio es muy importante. ¡Ánimo, hija, aprobarás todas las materias y pasarás de año! – agregó una madre entusiasmada.

- Gracias por tenerme fe, mami, ¡claro que lo haré! – dijo la, ahora animada, Camila.

En ese mismo instante, la luz volvió. Parecía todo un show de televisión, el momento dramático seguido de un final feliz. Automáticamente, el hermano de Camila, se levantó de la mesa:

– Permiso, ¡buen provecho! – dijo Tomás, saliendo de la cocina para dirigirse hacia su computadora, donde seguramente seguiría jugando con sus amigos de manera online.

– ¡Gracias! – respondieron madre e hija al unísono.

– Este chico no puede vivir sin su computadora – dijo Camila -, dentro de poco va a tener que usar anteojos.

– No seas mala con tu hermano, que no te ha hecho nada – pidió la madre.

– ¡Pero si no dije nada! Solo dije la verdad – se defendió, incrédula.

– Como digas... - dijo Elena – sólo quiero que dejen de pelear, son solo dos hermanos y se pelean, no quiero imaginarme cómo serían si fueran cinco o más, ¡Me vuelvo loca de sólo pensarlo! – finalizó con ojos como platos, mirando a su hija preocupada.

– Provecho, ma – dijo Camila, levantándose de la mesa mientras ponía los ojos en blanco.

– Gracias, Cami – finalizó la charla Elena, aún pensativa.

La niña se dirigió directamente hacia su habitación, pues debía tomar un baño e irse a la cama rápidamente si mañana decidía despertar temprano para estudiar. Su semana de exámenes comenzaba en dos días.

Buscó su pijama en el ropero y se dirigió al cuarto de baño. Mientras dejaba correr el agua para que se estabilizara, buscó en YouTube aquella (ahora) famosa banda que ella idolatraba como a nadie más. Esos cinco chicos habían lanzado su primer disco titulado Up All Night un mes después de que ella los conoció, hace aproximadamente tres semanas. Aquel amado álbum aún no había sido lanzado para todo el mundo, pues Camila tendría que esperar para conseguirlo, no sabía cuánto y eso la ponía más ansiosa.

No podía creer cómo cinco simples chicos consiguieron hacerla sentir de esa manera, ella era una chica muy diferente antes, pues sus canciones lograron hacerla sentir distinta; más relajada, más acompañada, ella creía estar en paz al ponerse los auriculares y escucharlos, se sentía querida.

Mientras se bañaba, pensaba cómo sería un recital de ellos; lleno de gente por todos lados, con chicas saltando y gritando de alegría, otras llorando de emoción, y ellos tan simples allí arriba del escenario, intentando complacer a todos sus fans en la medida de lo posible... Sería hermoso.

Quiso seguir investigando sobre esos chicos que estaban robándole el corazón rápidamente, pero decidió dejarlo para otro día, ya serían las 22:53 p.m. y debía dormir, sería un largo día estudiando cosas horrendas para ella.


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Sé que este capítulo es malísimo pero bueno, es el único que puedo subir por ahora, mañana seguiré subiendo y, en lo posible, el fin de semana subiré unos cuantos más ya que tendré más tiempo. 

¡Gracias! 

S.

Flicker {Editando}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora