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Esta semana ha transcurrido bastante anormal para Camila, y aún no sabe por qué. Muchas cosas están cambiando, algunas de las cuales no le agradan, para nada...

- Debo dejar de tomarle cariño rápidamente a la gente, y más cuando mis amigos me anticipan cómo son aquellas – se ordenó rápidamente para dejar de pensar en ese tema al entrar a su hogar un viernes al mediodía.

Al llegar a su habitación, arrojó su mochila y se cambió el uniforme del colegio por la ropa más cómoda que tenía, pues había decidido tomarse un fin de semana exclusivamente para ella; necesitaba tranquilidad, y no había nada que un buen descanso de fin de semana no arreglase. Acompañado de buena música, por supuesto.

Terminó de cambiarse y se dirigió hacia la heladera, buscando algo que comer ya que moría de hambre, aunque para cocinar debió esperar a que llegara su hermano que, curiosamente no lo había hecho aún, ya que salen al mismo horario. Mientras le esperaba optó por tirarse en el sofá un rato.

Tomó su notebook y comenzó a escribir lo primero que se le vino a la mente:

             Las cosas con mi mejor amigo fueron cambiando desde la última vez que hablamos seriamente. A medida que el tiempo pasaba nos íbamos alejando cada vez más, hasta que llegó un día en el cual sólo hablamos por temas de la escuela o cosas por el estilo, sin importancia. A mí esta situación no me gusta, porque esa última charla seria que tuvimos fue cuando le dije que estaba "enamorada" de él, y lo único que recibí como respuesta fue un "aww". Digamos que no es muy lindo declarársele a una persona y que esa sea su única respuesta, acompañada por un "te quiero" sin verdadero sentimiento alguno...

No sé cómo ni cuándo fue que esto comenzó, pero lo que sí sé es que pasó todo muy rápido, y hay cosas que no pueden ser explicadas con palabras.

Estaba a punto de seguir escribiendo pero su historia fue irrumpida por el ruido de la puerta de entrada, su hermano había llegado al fin.

- ¿A qué hora has salido? – le preguntó súbita, Camila.

- A la misma que tú, sólo que me quedé hablando con mis amigos a la salida, por eso me tardé – respondió Tomás, mientras entraba a su dormitorio a dejar sus cosas. Quieren juntarse en la casa de Joaquín mañana por la tarde, ¿crees que mamá me dejará? – preguntó pensativo. Pues él todavía era menor de edad, a diferencia de Camila, y dependía del permiso de su madre para poder salir.

- Seguramente lo haga, si te portas bien... - respondió Camila - ¿Tienes hambre? Porque yo sí, y no he cocinado para esperarte a ti y que comiéramos juntos.

- Sí, muero de hambre, ¿qué comeremos? Si quieres puedo preparar unas hamburguesas- ofreció, a lo que Camila, indecisa ya que las hamburguesas no eran el fuerte de Tomás pues un día casi prende fuego la cocina, asintió contenta sabiendo que no tendría que cocinar.

Mientras esperaba a que la comida estuviera lista, aprovechó sus últimos minutos libres antes de tener que prepararse para ir a su clase de entrenamiento (ella practicaba Hockey por las tardes), así que volvió a acomodarse en su lugar, relajándose cada vez más comenzó a recordar cómo fue que todo empezó desde el inicio de su primer año en la escuela secundaria. 

Flicker {Editando}Where stories live. Discover now