Luz verde

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A eso de las siete de la tarde Hermione se había arreglado en forma sobria, pero elegante. En realidad, solo quería hablar un par de palabras con Blaise Zabini y dejarle claro que ella, en ningún momento había querido tener una cita con él y que, al parecer, él malinterpretó lo ocurrido. Esperaba que lo entendiera. Además aún era muy reciente lo ocurrido Ron y el solo hecho de recordarlo le provocaba una punzada de rabia en el pecho, algo parecido a la angustia.

Había escondido el llanto para cubrir el dolor que sentía y para no ser objeto de comentarios de sus compañeros. No quería ser la pobrecita de la casa. Ya bastante tenía con haber visto esa escenita poco decorosa de su ex, que prefería mantenerse al margen de cualquier apostilla mal intencionada.

Al salir de la casa, justo al lado del retrato de la Dama Gorda, estaba Ron Weasley. Se notaba nervioso. Al parecer esperaba a alguien. Ella trató de ignorarlo, total en unos segundos llegaría Blaise.

—Hola Hermione —saludó con voz trémula, pero ella no respondió—. Debemos hablar.

—Yo no tengo nada que hablar contigo, Ronald. Ya he visto lo suficiente —respondió en tono calmado.

—¡No! ¡No has visto nada! Lo de anoche fue solo un arranque de locura.

—¿Locura se llama ahora? —estaba de brazos cruzados mirando hacia el piso inferior, no quería ver el rostro cínico de Ron.

—Hermione, somos novios —intentó tocarla, pero ella se alejó un par de pasos.

—¿Así? Pues que yo sepa, hace rato lo nuestro ha terminado. Era yo la tonta que no me daba cuenta de que tú no me querías.

—Eres mi novia y no te voy a dejar escapar. Sé que cometí un error, lo siento, de verdad, pero...

—¿Pero qué? No tienes nada que explicarme, yo lo entendí bien.

—¡No! ¡Tú no has entendido nada! Estuve con Lavander porque tú no quisiste estar conmigo. ¡Yo no sé para qué o para quién te reservas tanto! Pero si es porque te quieres cuidar hasta el matrimonio, ¡vale! ¡Casémonos y ya! Ambos somos mayores de edad y...

—¡Deja de hablar tonterías, Ronald Weasley! ¡Yo no pienso casarme, menos contigo!

—Hermione, ¿algún problema?

En ese momento llegaba Blaise Zabini y se colocaba de lado de ella tomándole un brazo. Hermione aprovechó y se aferró a su cintura de inmediato. Blaise en forma deliberada, cruzó su brazo por sobre el hombro, abrazándola. Era un deleite ver a Weasley completamente rojo de rabia.

—Salgamos de aquí, Blaise —tomó la mano del muchacho y bajó con él las escaleras.

Ron los miró desde el séptimo piso hasta que ambos se perdieron entre los escalones. Tenía una rabia tremenda tanto con él mismo como con Hermione, ¿es que acaso ella no entendía que lo que él había hecho no involucraba los sentimientos? Él la amaba y respetaba sus decisiones. Si no quería tener sexo con él, la esperaría y mientras tanto él buscaría otra que sí se lo diera. Lo que no significaba que él la hubiera dejado de amar. Sin embargo, no iba a permitir que ella se riera de él saliendo con un estúpido Slytherin. Al fin y al cabo, ellos aún no habían terminado. Seguían siendo novios y por lo tanto, ella le debía respeto.

Con estos pensamientos de poderío y convencido de que era el dueño de la razón absoluta, salió en búsqueda de ella. La seguiría. Ahora lo iba a escuchar. No aguantaría ni una burla más. Ella era su novia y como tal debía comportase, no le iba a permitir que se riera en su cara.

Por su parte, Hermione caminaba por los pasillos en compañía de Zabini, con quien conversaba sobre lo ocurrido con Ron hacía unos minutos atrás. Ya estaba oscuro, se notaba que el otoño comenzaba ya que la brisa era bastante fría, así que prefirieron sentarse en una banca del pasillo que estaba tenuemente iluminada por una antorcha.

Ojos de Angel I - El Inicio (Draco & Hermione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora