La difícil

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En esta historia quiero que Spencer sea diferente, lo haré un poco mujeriego y con más ego

El nuevo caso que teníamos era en una empresa de moda en Los Ángeles, tres modelos habían sido asesinada el día de un evento de pasarela.

Junto a Morgan debíamos ir a hablar con la dueña de la empresa. Pero n9 esperábamos que fuera tan joven ni tan hermosa. Traté de acercarme a ella besándole la mano cuando la dio para saludar. Pero ella ni se inmutó.
Nos hizo pasar a su oficina y busqué indicios de alguna relación, sin embargo, no había ninguno ¿cómo era posible que la chica más bella que había visto en mi vida no tuviera novio?

Ese día, nos fuimos luego de la charla por el caso. Pero al día siguiente, yo volví con la excusa de que habían más preguntas por los asesinatos.

- ¿Era cercana a las modelos asesinadas?

- No. Yo sólo diseño y luego veo el resultado en ellas. Numca formo una relación más cercana con mis empleados.

- ¿Tiene enemigos?

- Supongo que sí, mi empresa es la más grande de toda América, la envidia los corroe. Pero no puedo creer que alguien sea capaz de matar por simple envidia.

- Podríamos ir a tomar algo y seguir conversando del caso.

- Mire, Doctor Reid...

- Dígame Spencer.

- Doctor Reid, no coquetee conmigo, conozco a los hombre como usted y no me interesan

- Yo no le estoy coqueteando

- Me besó la mano, no me quita la mirada de encima, hoy volvió cin la excusa de hacerme preguntas que ya había respondido ayer, me invita a salir. Me mira los pechos. Créame, sí está coquetando.

- ¿Usted es diseñadora de modas o perfiladora? - esta chica era difícil, pero me gustaba.

- Soy multifacetica - se paró de su lugar y cerró la puerta de su oficina con llave. Vino hacia mí y se subió a ahorcadas. Me besó apasionadamente - no busco relaciones serias - volvió a besarme - solo quiero divertirme, tengo 22 años y una vida por delante - seguía basándome y yo disfrutaba el momento.

Tuvimos sexo encima de su mesa de escritorio, fue lo más magnífico que había sentido en la vida. Luefo de la acción simplemente nos vestimos y ella abrió la puerta para que yo saliera.

- Adiós, Doctor - me dijo

- Créeme, nis volveremos a ver y no sólo será esto- hablé del sexo.

- No lo creo

- Claro que sí será- no la dejé negar más y me fui. Esta chica sería mi novia, mi esposa, mi todo, me había engatusado duro.

Imagina con Spencer ReidWhere stories live. Discover now