Quédate | COMPLETA

Capítulo 28

-miércoles 9 de agosto de 2017-

Antes de ingresar a clases Stacy, sin dar muchas explicaciones, agarró mi brazo con brusquedad y me guió directo al baño de mujeres. Nos metimos dentro de uno de los cubículos y, casi en un roce de narices, ella me dedicó una sonrisa que me descoloco por completo.

Stacy Luna siempre fue la chica más hermosa y sexy del colegio, pero ocultaba mucho tras esa fachada arrogante y popular que protegía su imagen débil y problemática. Tener un pacto con ella no me agradaba en absoluto, pero le debía tanto que no podía renunciar a nada.

—¿Hablaste con Carolina? —preguntó antes que pudiera pedir una explicación respecto a todo esto—, ella rechazó mi propuesta y creo que estamos al borde de todo. Lo vamos a perder, y ya te imaginarás cómo está él.

—Caro no quiere saber nada conmigo, acordate que es la que tiene el mayor lazo con Alodi.

—Por eso la necesitamos, la muy pendeja de tu amiga se está acercando.

—Tarde o temprano las cosas se iban a saber, además, fue una mala decisión querer ofertar con Caro, ella nunca defraudaría a Alodi.

—¿Y vos sí? —sonrió.

—Fue ridículo lo que le ofertaste, no tenés idea lo que le pasó a Carolina. —Tensé la mandíbula. Mis errores eran completamente míos, no entendía por qué alguien más debía meterse en ellos.

—¿Y vos sí? —se rio—, cerrá la boca, Alexis, vos no podés dar indicaciones a nadie, sabés bien lo que tenés que hacer y lo que no. Me debés tanto que no podés mandarte una ¿escuchaste?

—Estás desesperada, Stacy, no sabés qué hacer. Se acabó todo. Se les cayó la jugada, mañana todo saldrá a la luz.

—¿Cómo estás tan seguro? —frunció el ceño.

—Vos y yo somos los más perjudicados dentro de esto. Ambos queremos que se acabe, y si pasa mañana mejor.

—¿Y vos qué vas a hacer?... ¿qué vamos a hacer? —se cruzó de brazos.

—Alodi me tiene tachado—bajé la vista—, dudo que me perdone, no me quiere escuchar.

—Perdón—susurró.

—¿Por qué? —clavé mis ojos en los suyos.

—Por meterte en algo que destruyó tu amistad—habló como si lo que dijese fuese muy flagrante.

—Amistades hay muchas, Stacy, tal vez no todas sean como las de Odi, pero... entre dos opciones siempre se escoge una, y yo no me arrepiento de mi decisión.

Nos quedamos en un silencio que nos tentó a ambos. Stacy se abalanzó sobre mí y rodeó mi cuello con sus brazos descubiertos. Tomé su cintura, sin entender mucho lo que estaba sucediendo, y la pegué a mi pecho. No había una explicación, un por qué a aquel beso, pero desearse con tanta desesperación nos llevó a un límite que nos alivió a los dos. A un beso. Stacy Luna no me gustaba, y tampoco lo haría, pero un beso no lastima a nadie. O tal vez si...