Capítulo 16

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-sábado 6 de mayo de 2017-

Desayunar los completos menús que hacía mi hermano por la mañana era lo único que me despertaba la autoestima para seguir con el gran sábado de la semana. El delicioso olor a café con leche y malvaviscos, las tostadas recién sacadas de la tostadora, la mermelada de durazno y los cereales frutales eran la combinación perfecta. Antes de darle un mordisco a mi tostada untada en mermelada, la posicioné junto a mi taza y lo demás y le saqué una foto al gran menú para enviársela a Caro.

"Contempla mi paraíso", escribí con una sonrisa. Y pronto se me ocurrió mandársela a él.

Caro: ¡HDP, que delicia! Ya paso por tu casa, nos vamos a la playa a ver el partido de vóley.

¿Vóley? Esos partidos de la playa me aburrían terriblemente, lo único entretenido era que podías ver los descubiertos cuerpos de los hermosos jugadores y así evaluarlos del uno al diez.

Él: Nunca en mi vida vi un desayuno tan completo. ¿Hoy vas al partido de vóley?

Pero claro que cuando se trata de poder estar respirando el mismo aire con aquel chico que te tiene intrigada respecto a su identidad hace meses no puedes evitar acceder a ir con tu mejor amiga al asombroso y divertido partido de vóley ¿cierto? ¿¡Que si iba a ver el partido de vóley!? ¡por supuesto! Después de todo, tendríamos algo que hablar en común durante la noche.

Antes que nada, abrí el chat con Caro y le respondí con un encantador si, y luego fui hacía el chat con él para contestarle otro asombroso si.

Yo: ¡Si! una amiga me invitó.

Él: ¿Planeas llevar un bikini?

Yo: No te desubiques, después de todo, no te voy a ver ahí.

Él: Es cierto.

Yo: Pero vos si.

Él: No te desanimes, tal vez me veas, pero no lo sepas.

Yo: ¡Wow! ¡eso si que da ánimos!

Él: Al menos lo intenté.

Yo: Necesito terminar mi desayuno, después hablamos.

Él: ¡No te enojes! Por la noche te enumeraré cada rasgo asombroso de vos y te encantará leerlos.

¿Él estaría en la playa para verme? ¿Evaluarme? ¿Observarme? Nervios, alegría y preocupación recorría mi cuerpo con velocidad, debería producirme como los dioses. Terminé mi desayuno y agradecí a Evan por él, siempre era muy detallista con todo.

No acabé de revisar mis cajones que concluí que no había nada en ellos que me viniera bien para una tarde en la playa. La puerta llamó y fui a las corridas a atenderla.

—¿Quién es? —pregunté acercándome a la puerta.

—¡Abre ya! —gritó Caro.

—Okay—abrí con una sonrisa.

—¿Cómo va? —me dio un beso en la mejilla—, ya sé, no tenés un bikini, ni dinero para comprarte uno y querés morir ¡Adivina! ¡soy tu solución!

—¿Trajiste tus conjuntos de bikinis?

—¡No lo digas desanimada! Los chicos que irán allá merecen un buen show de parte de nosotras—me guiñó un ojo, sonriente—, tenemos que producirnos, si es que queremos robar más miradas que Stacy ¿cierto?

—Imposible—resoplé caminando hacia mi habitación.

—¡No te malhumores! —me siguió desde atrás—, tal vez tu príncipe azul esté entre los deportistas.

Quédate | COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora