35. El hombre disfrazado de Santa Claus

155 33 6
                                    

La función había terminado y todos los niños se reunieron con sus padres en el patio del colegio.
Cuando llegó Anissa, todos la felicitaron con besos y abrazos.
—¡Has estado fantástica, Anissa! —Le dijo su padre —.  Lo tengo todo grabado en el smartphone.
Hannah también felicito a su hija. Estaba muy orgullosa de ella y de su generoso corazón.
—Ha sido un detalle muy bonito —le dijo, pero Anissa solo estaba pendiente de Iris.
Esta se arrodilló junto a ella, la miró a los ojos sin poder evitar llorar y la abrazó.
—Gracias, pequeñaja —dijo con un hilo de voz. Estaba tan emocionada que apenas podía hablar —Ha sido el regalo más bonito que me han hecho en toda mi vida.
—Te quiero, Iris  —luego susurrándole al oído le dijo —. Tú me ayudaste, oí tu voz.
—Fue magia, pero no se lo digas a nadie.
Anissa se llevó un dedo a los labios en señal de silencio.
Luego cuando la niña se fue, Iris susurro a su vez.
—Yo también te haré un regalo.
—Bueno, todas al coche —gritó Aaron, para hacerse oír entre la cacofonía de niños gritando, padres hablando y la música navideña que salía por los altavoces.
Hannah iba a subir al coche, cuando vio que una persona disfrazada de Santa Claus, se acercaba a ella.
—Esta noche iré a visitarla. Tengo lo que me pidió.
—¿Jack? —Preguntó ella.
El se limitó a asentir.
—A las diez. Llamaré al timbre de su casa, salga usted a abrir.
Santa Claus se dio la vuelta y se perdió entre la multitud.
Hannah subió al coche y se sentó junto a su marido.
—¿Que quería? —Preguntó Aaron.
—¡Eh! ¡Nada, se ha confundido!
Hannah vio por el espejo retrovisor, como Eris la miraba fijamente.
Al llegar a casa, lo primero que hizo Hannah fue subir al cuarto de Anissa para quitarle el incomodo disfraz. Iris la acompañó.
—Era él, ¿verdad? ¿Era Jack?
Hannah le dijo que sí.
—Vendrá esta noche a las diez. Dice que ya tiene lo que le pedí.
—¿Las grabaciones? —Eris la miraba con curiosidad —¿Sigues fiándote de él?
—¿Por qué lo dices? ¿Has podido leerle el pensamiento? ¿Sabes algo?
—No, no pude y no sé nada. Estaba demasiado lejos y había demasiados pensamientos alrededor, no pude concentrarme en los de él. No sé por qué, pero no me fío...Llámalo intuición.
—En cuanto me entregue esas cintas no tendré que volver a verle —aclaró Hannah.
—Lo extraño de todo esto es que no siento la sombra de Jason manipulando a Jack, es...¡no lo sé! ¡Y detesto no saber lo que ocurre!
—Quiero pedirte un favor, Eris. Cuando Jack venga, me gustaría que te encargases de entretener a Aaron. No quiero preocuparle con estas cosas.
—¡Ya, claro! No te preocupes —dijo la jovencita —. Le entretendré. ¿Quieres que le cuente un chiste o algo así?
Hannah sonrió.
Despues de comer a mediodía, Aaron conectó el móvil al televisor del salón y todos pudieron ver la actuación de Anissa en pantalla grande.
La niña se tapaba el rostro, vergonzosa al verse en la televisión.
—No tengas vergüenza, Anissa —.  Le dijo Aaron —.  Cantas muy bien, quién sabe, de mayor a lo mejor eres una gran artista...
Iris les miró a todos y se levantó.
—Voy un momento al servicio —les dijo.
Cuando entró en el cuarto de baño y cerró el cerrojo por dentro, Eris se miró en el espejo.
—Eres mala —le dijo a su imagen reflejada —.  Pura maldad...Nunca tendrás lo que deseas porque no te lo mereces.
Al salir, su rostro había cambiado de expresión y volvía a ser la dulce y cariñosa niña que aparentaba ser.
Ya era de noche cuando sonó el timbre de la puerta. Hannah miró el reloj que había en la pared y comprobó que casi eran las diez de la noche.
—Iré a abrir —dijo y le guiñó un ojo a Iris.
La jovencita se levantó a su vez y se acercó hasta Aaron.
—Me gustaría ver algún otro vídeo vuestro. Parecéis tan felices los tres. ¿Tienes alguno?
—Sí, tengo el del cumpleaños de Anissa y algunos más. Espera que los busco.
Hannah sonrió. Eris era increíble improvisando.
Acudió a la puerta y tras comprobar que era Jack, esta vez sin disfraz, abrió la puerta.
—Veo que ya se encuentra mejor —le dijo el hombre —.  Pregunté por usted en el hospital y me dijeron que estaba en su casa.
—Sí —reconoció, Hannah —.  Mi hija se puso enferma y tenía que estar a su lado.
Las risas de las niñas llegaron hasta ellos.
—Ya se está mejor, por lo que oigo. Me alegro.
—Sí, ya está mejor. ¿Ha traído eso?
Jack le entregó un paquete envuelto en papel de periódico.
Hannah iba a coger el paquete cuando la mano de Jack le agarró por el brazo.
—Tiene que tener mucho cuidado...
—¿Qué sucede? ¿Es Jason? —Hannah se dio cuenta demasiado tarde de su error.
—Creo que usted ya lo sabe. No sé cómo ha llegado a obtener esa información pero es cierta. Nuestro común amigo sigue vivo.
—¿Estoy en peligro?
—No sé dónde se encuentra, ni lo que planea, pero yo de usted, andaría con cuidado.
—No sé cómo darle las gracias.
—No tiene que hacerlo, Hannah. Espero que esas grabaciones le sirvan de algo y... ¡cuídese!
Jack se desvaneció en las sombras. Hannah se dio cuenta de que ya no usaba muletas, ahora se valía de un bastón de madera, pero a pesar de ello, era muy rápido y sigiloso.
Cuando regresó al salón, después de haber escondido en un armario las cintas de vídeo. Aaron la miró con una expresión interrogativa en la mirada.
—¿Quién era, cariño?
—Un vecino. Dice que se ha quedado a oscuras en su casa y quería saber si a nosotros nos había ocurrido lo mismo.
—¡Vaya faena! Tendrá que llamar a un electricista, claro que a estas horas...¿Lo que no entiendo es cómo no se ha dado cuenta de que nosotros sí teníamos luz? Se ve perfectamente desde la calle, que sí tenemos...
De tonto nada, su marido no tenía ni un pelo de tonto.
—Me preguntó si conocíamos algún electricista de confianza, pero le he dicho que no conocemos a ninguno.
—Ahora es mucho más fácil que todo eso. En San Google tiene todo a mano. No entiendo como la gente no es más espabilada.
Eris sonrió y Hannah le hizo un gesto para que cerrara la boca.
—Tu lo has dicho, Aaron. Hay gente muy poco espabilada.

 Hay gente muy poco espabilada

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Hannah. El despertar. (Terminada)Where stories live. Discover now