Las ventanas del viejo edificio estallaron todas simultáneamente, le siguieron las puertas mientras en el techo se abría un socavón por el que comenzaron a caer Dearg-Due sin control. Kadar dio dos pasos hacia atrás y con la mano comenzó a dar instrucciones a los otros Jӓger para que tomaran sus posiciones y se preparan a atacar.
Dirar observo atentamente como Dearg-Due se arrojaban por puertas y ventanas dispersándose en todas direcciones. Se estremeció ante la imagen de cientos de hermosas mujeres con los ojos inyectados en sangre, largos y afilados colmillos asomándose entre sus labios. En otro tiempo esas mujeres habían sido cálidas y amorosas hijas, hermanas, madres y esposas, pero ahora eran criaturas despiadadas, sin alma y sedientas de sangre. Levanto la mirada hacia el techo y abrió los ojos con estupefacción al notar como hombres con garras, colmillos y ojos rojos brillantes reptaban por las paredes hacia ellos.
Kadar miro a su mejor amigo y le dio una indicación con la mano, Dirar asintió y de inmediato apunto su arco y libero su flecha derribando en el camino a un Dearg-Due. Las criaturas gritaron estridentemente y comenzaron a correr con más rapidez hacia ellos.
No pienso morir aquí, fue el primer pensamiento de Kadar en cuanto las criaturas comenzaron a filtrarse en el edificio. Eran demasiadas solo para ellos diez pero de ninguna manera se permitiría morir en ese lugar a manos de esas despreciables criaturas sin alma, tampoco permitiría que los hijos de Adán bajo su cuidado perecieran y corrieran con la misma suerte de perder su humanidad.
Kadar escucho un grito a su espalda, se giró y vio como un Dearg-Due se inclinaba sobre un Jӓger y rasgaba su garganta provocándole la muerte instantánea. La sangre le hirvió y quemo en sus venas, enfundo su arco en su espalda y libero las dagas que llevaba sujetas en sus botas, se lanzó sobre la espalda del Dearg-Due y con un movimiento ágil y rápido corto su cabeza de tajo.
_ ¡Kadar!_ su nombre reboto en las paredes del edificio como un eco. Se giró solo para ver como otro Faoladh caí a sus pies con una flecha atravesándole el pecho.
Dirar le sonrió a su amigo consiente de haberle salvado la vida.
***
La conmoción atravesó a Tristán en cuanto salió del portal de luz y vio ante sus ojos como sus hombres luchaban con todo lo que tenían contra cientos de criaturas sobrenaturales. En la parte alta de unos contenedores metálicos observo a Kadar luchando cuerpo a cuerpo contra dos despreciables criaturas de la noche mientras que a pocos pasos se encontraban Dirar y otros dos cazadores lanzando flechas y luchando contra todo lo que se les abalanzaba.
Una sensación de furor recorrió el cuerpo de Tristán mientras elevaba su arco y apuntaba su flecha hacia los Dearg-Due que acorralaban a Kadar. Su mirada se clavó a él joven Jӓger mientras corría sobre los contenedores para llegar hasta él.
Kadar empujo con todas sus fuerzas al Dearg-Due que amenazaba con desgarrar su garganta y le corto la cabeza por la mitad. El ver a Tristán le devolvió la esperanza de que podrían superar la situación y que saldrían respirando de ese agujero.
El aroma a sangre golpeo a Kilian y Arwen en cuanto pusieron un pie al otro lado del portal de luz, la imagen de sangre derramándose por el piso y paredes les pareció tanto desagradable como funesta. No se permitieron pensar más de lo necesario, tomaron sus arcos y comenzaron a avanzar lanzando flechas a todo lo que se movía frente a ellos mientras Kilian daba indicaciones a todos los demás Jӓger para que se desplegaran y atacaran.
Solo fueron minutos para que Gurkis, Fuath y Zíngaros estuvieran apreciando el panorama de muerte que se desarrollaba brutalmente. Gallagher dio órdenes a todos sus arqueros para que se movieran y alcanzaran los puntos más altos del edificio mientras Cappi se lanzó con sus guerreros hacia el centro de todo el disturbio.
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Los Hijos de Anac - Las Marcas Sagradas
FantasyDurante años el veredero motivo que comenzó la guerra en el cielo se mantuvo oculto. Solo los siete Arcángeles conocen la verdad detrás del mito. Ahora, la guerra que los ángeles iniciaron en los cielos deberá ser terminada en la tierra por sus hi...