capitulo 59

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Las ventanas del viejo edificio estallaron todas simultáneamente, le siguieron las puertas mientras en el techo se abría un socavón por el que comenzaron a caer Dearg-Due sin control. Kadar dio dos pasos hacia atrás y con la mano comenzó a dar instrucciones a los otros Jӓger para que tomaran sus posiciones y se preparan a atacar.

Dirar observo atentamente como Dearg-Due se arrojaban por puertas y ventanas dispersándose en todas direcciones. Se estremeció ante la imagen de cientos de hermosas mujeres con los ojos inyectados en sangre, largos y afilados colmillos asomándose entre sus labios. En otro tiempo esas mujeres habían sido cálidas y amorosas hijas, hermanas, madres y esposas, pero ahora eran criaturas despiadadas, sin alma y sedientas de sangre. Levanto la mirada hacia el techo y abrió los ojos con estupefacción al notar como hombres con garras, colmillos y ojos rojos brillantes reptaban por las paredes hacia ellos.

Kadar miro a su mejor amigo y le dio una indicación con la mano, Dirar asintió y de inmediato apunto su arco y libero su flecha derribando en el camino a un Dearg-Due. Las criaturas gritaron estridentemente y comenzaron a correr con más rapidez hacia ellos.

No pienso morir aquí, fue el primer pensamiento de Kadar en cuanto las criaturas comenzaron a filtrarse en el edificio. Eran demasiadas solo para ellos diez pero de ninguna manera se permitiría morir en ese lugar a manos de esas despreciables criaturas sin alma, tampoco permitiría que los hijos de Adán bajo su cuidado perecieran y corrieran con la misma suerte de perder su humanidad.

Kadar escucho un grito a su espalda, se giró y vio como un Dearg-Due se inclinaba sobre un Jӓger y rasgaba su garganta provocándole la muerte instantánea. La sangre le hirvió y quemo en sus venas, enfundo su arco en su espalda y libero las dagas que llevaba sujetas en sus botas, se lanzó sobre la espalda del Dearg-Due y con un movimiento ágil y rápido corto su cabeza de tajo.

_ ¡Kadar!_ su nombre reboto en las paredes del edificio como un eco. Se giró solo para ver como otro Faoladh caí a sus pies con una flecha atravesándole el pecho.

Dirar le sonrió a su amigo consiente de haberle salvado la vida.

***

La conmoción atravesó a Tristán en cuanto salió del portal de luz y vio ante sus ojos como sus hombres luchaban con todo lo que tenían contra cientos de criaturas sobrenaturales. En la parte alta de unos contenedores metálicos observo a Kadar luchando cuerpo a cuerpo contra dos despreciables criaturas de la noche mientras que a pocos pasos se encontraban Dirar y otros dos cazadores lanzando flechas y luchando contra todo lo que se les abalanzaba.

Una sensación de furor recorrió el cuerpo de Tristán mientras elevaba su arco y apuntaba su flecha hacia los Dearg-Due que acorralaban a Kadar. Su mirada se clavó a él joven Jӓger mientras corría sobre los contenedores para llegar hasta él.

Kadar empujo con todas sus fuerzas al Dearg-Due que amenazaba con desgarrar su garganta y le corto la cabeza por la mitad. El ver a Tristán le devolvió la esperanza de que podrían superar la situación y que saldrían respirando de ese agujero.

El aroma a sangre golpeo a Kilian y Arwen en cuanto pusieron un pie al otro lado del portal de luz, la imagen de sangre derramándose por el piso y paredes les pareció tanto desagradable como funesta. No se permitieron pensar más de lo necesario, tomaron sus arcos y comenzaron a avanzar lanzando flechas a todo lo que se movía frente a ellos mientras Kilian daba indicaciones a todos los demás Jӓger para que se desplegaran y atacaran.

Solo fueron minutos para que Gurkis, Fuath y Zíngaros estuvieran apreciando el panorama de muerte que se desarrollaba brutalmente. Gallagher dio órdenes a todos sus arqueros para que se movieran y alcanzaran los puntos más altos del edificio mientras Cappi se lanzó con sus guerreros hacia el centro de todo el disturbio.

Los Hijos de Anac - Las Marcas SagradasWhere stories live. Discover now