Capitulo 44

4 0 0
                                    

La amistad, el honor y la lealtad son los tres principios por los que se rigen los ángeles. Ningún hijo de Anac ha faltado nunca a esos principios y los llevan grabados en su corazón como un credo sagrado. El día que un amigo caiga en batalla los demás honraran su nombre y cualquier misión que estuviera siendo llevada a cabo en ese momento será terminada por los demás.

Eso era exactamente lo que Lugh estaba haciendo por Cedric, honraba su nombre eligiendo a su espada como su principal arma y pretendía terminar con lo que se había propuesto antes de que Enid le robara la vida así como también le robo el amor.

_ ¿Por qué, Enid?_ Le grito Quinn._ ¿Qué te hemos hecho para que nos traiciones de esta manera?

Enid consiguió quitarse la flecha y se puso de pie, le dio una mirada fría a Quinn y luego a Gallagher. Su sangre hervía con deseos de venganza, tomo la flecha y con suma agilidad la lanzo con sus manos hacia Una. La flecha atravesó uno de los costados de Una, la joven se llevó las manos a la herida con mucho dolor. Sangre comenzó a brotar con rapidez mientras que Gallagher y Alaric la ayudaban a sacar la flecha y contener el sangrado.

_ Ustedes nunca han significado nada para mí._ Enid miraba a Quinn.

_ ¿Por qué? _ El dolor era palpable en Quinn._ Él te amaba.

_ Pero yo no lo amaba a él.

Lugh alcanzo a Quinn y se inclinó hacia ella abrazándola con toda la ternura que le permitía aquel duro momento. Susurro muy bajito en su oído y cuando se separaron ella retrocedió dejándolo a él frente a Enid.

Enid que no había podido apartar la mirada se retorcía por dentro al ver como Lugh abrazaba a Quinn. Pensaba en como ella nunca recibió un abrazo como ese y en por qué todas las demás parecían merecerlo menos ella.

_ Arreglaremos esto entre tú y yo.

Enid se burló con una carcajada.

_ No existe tal cosa.

Lugh abrió los ojos con sorpresa, podía ver con mucha claridad que Enid estaba celosa. El simple abrazo con Quinn la había puesto irritada, así como se irritaba cada vez que él estaba cera de Dika.

_ Ese es el problema ¿Verdad?_ Lugh la miro con seriedad y frialdad._ No existe un tú y yo y eso te molesta.

_ ¡Cállate!

Lugh se comenzó a acercar a ella muy lentamente, cada paso que daba lo dejaba cada vez más cerca de su cometido. Solo tenía que ser cuidadoso para no alertarla de sus verdaderas intenciones.

_ ¿Por qué, Enid?

_ Jamás lo entenderías._ Respondió._ Alguien como tu jamás me entendería.

Lugh estaba muy cerca, tan cerca que si estiraba la mano podría tocar su rostro.

_ Déjame entrar, ayúdame a entenderte.

_ ¿Por qué habría de hacerlo?

_ Porque me importas.

Lugh ya estaba a solo un paso de ella, estiro la mano y la tomo por el codo jalándola hacia su cuerpo. La tenía entre sus brazos y ella simplemente cerro los ojos y apoyo su cabeza en su pecho. Dika aprovecho el momento y creo una barrera de fuego a su alrededor, el fuego se levantaba sobre ellos en grandes columnas; entonces Enid reacciono e intento zafarse de Lugh pero él se lo impidió.

_ ¿Qué estás haciendo? ¡Suéltame!_ La desesperación predominaba en los ojos de Enid.

_ Lo siento._ Le dijo Lugh al oído._ Yo de verdad quise ayudarte, de verdad te quería.

_ ¡Mentira!_ Volvió a gritar desesperada al sentir como el fuego los acorralaba cada vez más.

_ Lo intente._ Entonces Lugh hundió la espada en el tórax de Enid._ Lo siento._ Una lagrima rodo por el rostro de Lugh._ Lo siento, Enid.

Enid dejo escapar un gran suspiro, podía sentir como la sangre brotaba a raudales fuera de su cuerpo, este sería su final y desgraciadamente no había conseguido nada. La oscuridad que una vez había ocupado su corazón comenzó a retroceder al mismo tiempo que se desangraba. De haber sabido que la muerte sería la solución hacía mucho tiempo ella misma se habría atravesado con un cuchillo. Comenzó a llorar y lentamente comenzó a desfallecer en los brazos de Lugh, hizo un esfuerzo y lo miro por última vez.

_ Yo siempre te amé._ Le confeso._ Por favor...

No consiguió terminar de decir lo que quería, sus ojos se cerraron y su corazón dejo de latir. Lugh estrecho el cuerpo sin vida de Enid entre sus brazos y lloro, lloro porque era lo único que le quedaba. La barrera de fuego se desvaneció y él se aferró aún más a Enid como si eso pudiese arreglar todo lo malo.

_ Se fue, Lugh._ Jovanka coloco una mano sobre el hombro de Lugh._ Ya se ha ido.

Lugh coloco el cuerpo de Enid con sumo cuidado sobre el suelo, se arrodillo a su lado y continúo llorando. Quinn, Arwen, Dika y Una mal herida; se acercaron a él y lo envolvieron en sus brazos, con todo lo que habían pasado juntos ahora eran muy unidos y los cinco se sentían igual en relación a Enid. Fueron ellos los que estuvieron a su lado mientras la oscuridad terminaba de apoderarse de su corazón, por ese motivo el dolor de verla perder toda su humanidad los golpeaba con mayor fuerza en su interior, así como también la incapacidad de no haber podido salvarla.

_ Hiciste lo correcto._ Le dijo Arwen._ Era la única manera de salvar su alma de la oscuridad.

_ Has hecho un gran trabajo manteniéndonos a salvo._ Agrego Una._ Lugh, tu nos has salvado.

Los cinco se abrazaron aún más fuerte y lloraron juntos, cuando por fin se separaron Quinn tomo su rostro y le dio un beso en la mejilla, luego Arwen y Una hicieron lo mismo; la última en hacerlo fue Dika quien en lugar de besarlo en la mejilla lo beso en los labios.

_ Por qué te quiero._ Le susurró al oído.

Tiempo después cuando todos se calmaron un poco comenzaron aponerse en marcha para regresar a Taranis. Gallagher, Alaric y Kavi se encargaron de preparar los cuerpos pero en el momento de emprender la marcha Lugh insistió en ser él quien llevara el cuerpo de Cedric.

Kavi utilizo sus habilidades y abrió un portal de luz como se lo había enseñado Raziel, todos lo comenzaron a atravesar uno por uno, el último fue Lugh quien antes de atravesarlo se giró y miro en dirección al bosque.

_ Sé que estás ahí._ Dijo fuerte y claro._ Sé que has estado observándonos. Te juro que descubriré quien eres y te hare pagar por lo que le has hecho a mis amigos.

Lugh atravesó el portal y este se cerró de inmediato.

Azrael salió de su escondite y miro con el semblante constrictor el lugar donde se había formado el portal de luz. Estaba furioso con el joven hijo de Anac y con todos sus estúpidos amigos por haber arruinado uno de sus mejores planes, apretó sus manos en puños y juro que se vengaría de cada uno de ellos y comenzaría por el hijo de Zadquiel.

_ ¿Ahora que hare con la ingenua Sidhe?

Los Hijos de Anac - Las Marcas SagradasWhere stories live. Discover now