Capitulo 25

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El viento comenzaba a soplar con fuerza, el cielo estaba encapotado con nubes negras y pequeñas gotas de agua comenzaban a caer sobre la gran explanada. Clío dio un largo suspiro, se sentía no solo atrapada sino también ajena a todas aquellas personas. Nadie les quería, todos desconfiaban de ellos y los miraban como si fuesen a matarlos de un momento a otro. No los culpaba, el haber nacido bajo la protección y tutela de Metatron los convertía en el enemigo; aunque sus corazones no le siguieran.

Todas sus vidas siempre fueron así, destinados a ser temidos y odiados desde la cuna de su nacimiento. La ironía en toda la historia es que ninguno de ellos lo deseaba. El gran Metatron, el magno ángel caído, el origen de todo mal, él despiadado, tenía hijos que solo deseaban la paz o en el peor de los casos una oportunidad de huir.

Nadie jamás les creería, es más; nadie nunca lo sabría porque jamás se acercarían lo suficiente como para ver en sus corazones. Estaban solos, eran únicamente ella y Niall contra el bien y el mal. ¿En que los convertía eso? No deseaban formar parte de esa guerra, no elegirían un bando, ellos estaban en medio ¿Eso los convertía en algo? Y si era así, ¿En qué?

_ ¿Estas lista?_ Kilian se sentó a un lado de Clío. Tenía mucho tiempo observándola y se encontraba muy intrigado._ Hace mucho estas aquí sentada sin moverte.

Clío lo miro con desconfianza._ No sabía que tenía permitido moverme con libertad, se supone que soy una prisionera.

_ Claro, pero iras con nosotros y tienes que prepararte para cualquier cosa que podamos encontrar a dónde vamos.

El ceño de la chica se frunció, no lograba comprender que intentaban hacer con ellos. Primero los trataban como escoria, viles traidores hijos de Caín y dos minutos después les mostraban amabilidad.

_ No necesito nada_ Respondió cortante.

_ ¿Una espada? ¿Un arco?_ Kilian seguía insistiendo. Trataba de conseguir algo más de ella pero era como una caja de acero sellada con siete candados sin llave._ No veo que lleves...

_ No necesito ningún arma._ La mirada de Clío lo atravesó y sintió como si su alma le estuviera dejando el cuerpo._ Deja de molestarme con eso.

_ Yo solo trataba de ser...

_ ¿Amable?_ Lo interrumpió verdaderamente molesta._ ¿Por qué? somos sus enemigos.

Kilian guardo silencio y bajo la mirada a sus manos, pensaba ¿si ellos eran sus enemigos porque no los sentía de esa manera? No le agradaba Niall porque era demasiado arrogante y sarcástico para su gusto pero no sentía odio a desagrado. Miro de reojo a Clío. Ella incluso le caí bien, le recordaba a Arwen y a su carácter indomable.

_ Me recuerdas a alguien._ Kilian lo dijo sin pensar.

De pronto Clío se sintió mal, ella no era mejor que ellos. Tampoco estaba intentando ver en sus corazones o comprender que los inspiraba para luchar.

_ Fue secuestrada por los demonios que sirven a tu padre._ La mirada de Kilian se fijó a la de Clío. La joven se estremeció con lo que vio en su oscura mirada, no había resentimiento, solo una gran ausencia de amor y melancolía._ La extraño.

Todo dentro de Clío se retorció dolorosamente ¿Qué estaban haciendo? ¿Por qué colaboraban con aumentar el dolor y la angustia de esas personas? Ella y su hermano sabían lo que era el sufrimiento, vivir con la incertidumbre de si el futuro traerá luz y la angustia de que la muerte los llegara a separar. Nadie tenía derecho a jugar con la vida, los sentimientos y la fragilidad de otros.

_ Yo..._ quería disculparse ¿Pero de que serviría?_ quisiera poder decirte algo que te hiciera sentir mejor_ inconscientemente coloco su mano sobre la de Kilian._ pero no sé cómo hacerlo, no soy buena con esas cosas ¿Cómo podría? Solo soy la hija de Metatron.

El toque de Clío estaba despertando en Kilian una sensación de paz y esperanza que viajaba por su cuerpo como una onda de calor. Era verdaderamente agradable y lo hacía tener confianza en que todo marcharía bien.

_ Creo que eres diferente._ Murmuro Kilian._ Creo que solo naciste en el lugar equivocado.

Pero no era cierto, Clío había nacido en el lugar indicado y en el tiempo correcto.

***

Los Arcángeles se situaron en lo alto de la torre Este, desde ese punto tenían una vista completa del patio de entrenamiento en donde ahora sus hijos y los guerreros de las siete aldeas se encontraban reunidos esperando a que Raziel les abriera un portal de luz que los llevara a sus próximos destinos. Gabriel no apartaba los ojos de su hijo, ya no era un muchacho, se había convertido en un hombre y él apenas lo notaba. Quizás fue el ritual o la manera en que enfrento a Raziel, no, fue mucho antes. Su hijo se convirtió en un hombre frente a sus ojos y él no lo noto hasta este momento en el que estaba a punto de marcharse en una misión de suma importancia y de gran peligro.

_ Se han convertido en grandes guerreros._ Comento Zadquiel a todos._ Solo mírenlos, la fiereza y el valor brilla en sus ojos, están dispuestos a pelear hasta la muerte.

_ ¿Ya no te preocupas por Lugh?_ Pregunto Jophiel sabiendo que la desaparición del muchacho había golpeado muy profundo a su compañero.

_ No, Lugh se convirtió en un hombre hace ya mucho tiempo, donde quiera que se encuentre estará bien.

Mikael volteo para ver a Zadquiel.

_ Tu hijo nunca se dará por vencido, lo has educado muy bien y te aseguro que luchara hasta la muerte exactamente como tú. Siéntete orgulloso amigo mío porque tienes un hijo excepcional.

Todos asintieron y regresaron su atención al patio donde Raziel ya había abierto el primer Portal de luz. Fueron Nael y Arif quienes cruzaron el portal hacia las ciudades de los hijos de Adán acompañados por un grupo de los mejores guerreros de la corte Celeste y también por Tristán y sus mejores Jӓger.

Los siguientes en cruzar fue el grupo de Aria, Jovanka, Alaric, Gallagher, Kavi y Cedric, su destino la isla de Muraki. Los jóvenes se despidieron de sus amigos y cruzaron, la última en hacerlo fue Aria quien se detuvo antes de cruzar y levanto la mirada hacia la torre Este donde se encontraba su padre observándola.

_ Regresare pronto, padre._ Murmuro solo para ella.

Mientras ella atravesaba el portal Raphael dejo escapar una lagrima, hacia tanto tiempo que no lloraba que se le había olvidado lo que se sentía, pero en ese momento al ver partir a su hija convertida en una valiente mujer y además en una fuerte guerrera sintió un gran orgullo en su corazón.

_ Te estaré esperando, hija mía._ Murmuro Raphael.

Finalmente llegó el turno del equipo liderado por Kayden. Raziel abrió un nuevo portal para ellos. Los primeros en pasar fueron Gideon y Kilian. Cuando Caeli fue a pasar Raziel la detuvo asiéndola por el brazo, sus miradas se encontraron.

_ Caeli, tienes que recordar quien eres._ Le dijo Raziel a la joven sin soltarla._ Tu eres la hija de uno de los Arcángeles mas poderoso, que en el cielo nadie lo olvide y en la tierra que nadie lo dude.

Caeli no comprendía totalmente aquellas palabras pero asintió con una sonrisa, Raziel la soltó dejándola ir mientras era seguida por su hermano Owen, Clío y Niall. A este último también lo detuvo.

_ Hijo de Anac, haz lo correcto.

Niall frunció el ceño molesto con Raziel.

_ Querrás decir, hijo de Caín. No te confundas.

Raziel se limitó a sonreír.

Kayden se detuvo frente a Raziel, inclino su cabeza como señal de respeto hacia el ángel y luego se volteó hacia donde los siete Arcángeles lo observaban, los siete elevaron sus espadas que resplandecieron con la luz del sol. En ese momento Kayden pensó que aquellas espadas en las manos de sus verdaderos dueños parecían más impresionantes y más vivas. Tomo a su espada y la desenfundo elevándola al cielo, luego le dedico una mirada a su padre y cruzo el portal que lo llevaría muy lejos en tierras desconocidas y peligrosas.

Los Hijos de Anac - Las Marcas Sagradasजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें