Capitulo 11

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_ Es de mala educación espiar a los demás.

Aria salto chocando con el fuerte pecho de Lugh, la sorprendió espiando a Caeli y a Kayden. Sabía que estaba muy mal pero no había resistido la curiosidad, además estaba cansada de los juegos de Caeli con su amigo, le enfurecía que lo lastimara una y otra vez y él simplemente se lo permitía.

_ Quiero entrar ahí y patear su trasero._ Confeso Aria enfurecida._ No soporto ver lo que le hace. Además, tu padre nos ordenó vigilarla.

Lugh enarco una ceja inquisitivamente, en cualquier otro momento habría pensado que Aria estaba celosa, pero la conocía mejor que nadie y por eso no dudaba de que las preocupaciones de su amiga eran genuinas, más cuando todos ellos pensaban igual.

_ A ella, no a Kayden._ Lugh se recostó a la pared con los brazos cruzados sobre su pecho._ Además, no podemos hacer nada, es su vida, su elección.

No, Aria no pensaba igual. Para ella la idea de que uno eligiera sufrir y exponer su corazón al dolor por gusto propio no solo era ridícula sino también enferma. Apreciaba a Kayden con todo su corazón, lo admiraba por su fuerza, su valor y por la bondad de su alma. Su amigo merecía que lo amaran con locura y no estar recibiendo las migajas de un corazón que nunca le pertenecería.

_ Ella no es como nosotros._ Lugh enarco una ceja ante el comentario de su amiga._ No me mires de esa manera, tú lo mencionaste primero. Ella simplemente no encaja con nosotros.

_ La queremos, Aria, es nuestra amiga.

Aria resoplo molesta, claro que la querían pero eso no borraba el hecho de que no encajaba con ellos de ninguna manera.

_ Lo sé, pero eso que le hace a Kayden no es justo.

Finalmente Lugh le dio la razón, no era experto en relaciones o en nada concerniente al amor pero sabía muy bien que no quería para su vida lo que Kayden permitía para la suya.

_ Tampoco me gusta, pero no hay nada que podamos hacer al respecto, eso solo le corresponde a Kayden, a nadie más.

Aria resoplo tres veces seguidas muy enojada, pero Lugh tenía razón. Le hizo una señal a su amigo con la cabeza y comenzaron a alejarse por el pasillo. Le incomodaba hasta el alma lo que Caeli le hacía a Kayden pero no podía intervenir o se arriesgaría a perder a su amigo, prefería callar y estar ahí cuando él se diera cuenta que no merecía nada de eso.

***

Los arboles le susurraban las viejas historias de la séptima ciudad, le cantaban al oído sobre sus habitantes de corazones nobles y espíritus leales a la Fuente, le contaban sobre aquella hermosa mujer que nació entre santos y que robo el corazón del más grande ángel entre los Caídos. Aquella mujer indomable por quien la ciudad fue reducida a cenizas, la principal razón de que Connan desapareciera por completo.

_ Aun escucho su voz._ Dijo hacia la nada, pero sabiendo que era escuchado._ Nunca la apartaras completamente de mí.

En ese momento el viento soplo con mayor fuerza agitando los sedosos y oscuros cabellos del gran Metatron, los árboles gritaron con más fuerza azotando sus oídos con los gritos desesperados de los miles de Santos que murieron por su ira y su dolor, pero él no se perturbo, una sonrisa complacida se dibujó en sus labios.

_ Puedes intentarlo, pero sabes que al final solo seremos tú y yo._ Extendió sus brazos al aire e inclino su cabeza hacia atrás al tiempo que cerraba sus ojos._ Nunca fue sobre ellos, y siempre sobre nosotros.

Lentamente el viento se fue calmando y el murmullo de los árboles se convirtió en un silencio acogedor, Metatron bajo sus brazos y lentamente fue abriendo sus ojos al mundo. Pensó en su hijo, en el futuro que se estaba cerniendo sobre su cabeza y que pronto lo sorprendería obligándolo a tomar decisiones, pensó en sí mismo y en las decisiones que debería tomar para llegar a su objetivo.

_ Algún día lo verán.

Era lo que se decía una y otra vez para consolarse.

Los Hijos de Anac - Las Marcas SagradasWhere stories live. Discover now