D O C E

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Capítulo 12

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Capítulo 12.— Falsas apariencias. 

Al día siguiente despierto temprano, a tiempo para la universidad. Elijo mi vestimenta de hoy que consistía en un pantalón negro, una blusa gris, una sudadera azul y unos botines al estilo militar negros. Me maquillo lo más poco posible y me coloco desodorante. Finalmente tomo mi mochila y bajo, en la cocina Healy preparaba el desayuno mientras escuchaba las noticias de hoy.

Ha sido encontrado el cuerpo de una mujer que oscila entre los veinte, veinticinco años de edad; mutilado. El cuerpo presenta serias condiciones de maltrato y abuso sexual. Se sospecha pueda tratarse de un asesino serial en ascenso pues el cuerpo presenta las mismas condiciones con las que se fue hallado el pasado mes a dos mujeres más, abandonadas y mutiladas en la ciudad de Richmond, Virginia. Se aconseja tener precaución y de ser posible, no exponerse a la oscuridad.

— Qué horror —se limita a decir.

Por mi parte me dirijo a la canasta sobre la barra y tomo una manzana. Sin nada que añadir me despido de Healy con un asentimiento de cabeza.

Había un asesino en la ciudad.

Por un momento desee preocuparme, o sentirme aterrada pero eso no sucede cuando tus manos también han sido manchadas de sangre, más de lo que podría incluso imaginar.

Era en definitiva una de las últimas cosas por las que debía preocuparme.

Al final del día había cumplido con lo propuesto

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Al final del día había cumplido con lo propuesto..., logré ponerme al tanto de los trabajos y proyectos que se debían entregar al final del mes de noviembre. Tomo mi mochila dispuesta a salir sin embargo me quedo en mi lugar cuando siento el celular vibrar en mi bolsillo trasero.

¿Salimos hoy?

El mensaje era de John. Me debato un poco antes de finalmente responder que sí. Conecto los audífonos a mi celular y reproduzco en aleatoria las canciones. Guardo mi celular y salgo del aula. Pumped up kicks comienza a sonar a través de los auriculares y no evito esbozar una pequeña sonrisa de ironía.

Camino durante un largo rato hasta llegar a casa de René. Entro y como comienza a ser usual, Lobo me recibe con brincos y ladridos juguetones. Me acerco a sus tazones para asegurarme de que todavía tiene agua y croquetas, limpio sus desechos biológicos en el jardín y finalmente subo a mi habitación. Una carta doblada descansa sobre el mueble de noche.

Aún sigo pensándote, perdóname por favor.

Mis músculos se tensan de inmediato.

Aquellas palabras las había leído antes, en una nota que Garrett dejó para mí en mi casillero en Giammatti, hace más de un año; muchísimo antes de desaparecer.

Arrugo la carta en mi puño.

No está pasando. No está pasando.

Sin embargo la carta seguía en contacto con mi mano. No estaba soñando.

— ¿Ianthe? —la voz, que me costó reconocer al inicio, me sacó de mi trance de golpe.

— ¿Qué haces...aquí? —balbuceo mientras de poco, me doy vuelta para encararlo. Ahí estaba él, con el cabello despeinado y con una expresión calmada en su rostro. Una pequeña sonrisa maliciosa apareció de repente en su rostro. Collin avanza dos pasos hacia mí, y yo retrocedo uno.

— ¿De pronto me tienes miedo? —inquiere con diversión en su tono de voz; no evito rodar los ojos ante eso.

— No has respondido mi pregunta —y mientras el rubio pensaba qué responder, aproveche para dejar caer la bola que había hecho de la carta al suelo y con mi pie, la impulso debajo de la cama.

— No hemos hablado desde...—Collin guarda silencio de pronto, y entonces escucho por qué..., alguien estaba abajo. Nos echamos una rápida mirada antes de salir en silencio al pasillo. Relajamos nuestros músculos cuando descubrimos que de quién se trataba no era nada menos que René y Xavier, que venía con el brazo apoyado sobre los hombros de René y con el otro, se aferraba al mango de un bastón metálico.

— ¿Cuándo será finalmente que me digas por qué demonios te han atacado directamente? —dice René de pronto, sin mirar a su hijo a la cara—. Donde me entere que has vuelto a estar en malos pasos Xavier soy capaz de...

— ¿De qué? ¿de volverme a exiliar a un puto centro de rehabilitación lejos del país? —Xavier suelta una risa amarga antes de, con mucho esfuerzo, quitar el brazo de los hombros de su padre. El azabache se tambalea un poco sin embargo logra recuperar la postura—. Estoy harto de tus mierdas, y además, no hace falta recordarte cómo has conseguido el empleo en la universidad ¿o sí, padre? —parece ser que el comentario de mi medio hermano ha dado en el punto pues René se tensa en su lugar, lo veo apretar los puños.

— La presencia de Ianthe aquí comienza a dejar sus estragos sobre ti. Me lo temí en un principio, pero pronto me haré cargo de ella también —y sin más, de una media vuelta sale por la casa azotando la puerta por detrás. Collin me mira serio, sin inmutarse en su lugar.

Así que, en todo este tiempo jamás te independizaste, querido Xavier. Tú estabas recluido en un centro de rehabilitación y tu madre; me había mentido descaradamente. ¿Por qué?

Veo al azabache gruñir unas cuantas palabras inaudibles para más tarde sacar su celular del bolsillo del pants que vestía, mientras hacía esto se sacó con dificultad la sudadera, y entonces no pude evitar fijar mi vista sobre sus brazos hasta su cuello pues, estaban llenos de arte corporal. ¿Quién lo pensaría? Perfecto para guardar las apariencias. Eché un vistazo atrás solo para ver que Collin estaba más atento a la vista que mi parte trasera le proporcionaba.

— Si ya terminaste de admirarme el culo, bajaré. Veté, lo distraeré —aunque el objetivo principal de esto era abordar a Xavier y sacarle la verdad. Collin asintió a regañadientes, pero entonces esperamos. Había olvidado que Xavier esperaba respuesta, que acababa de obtener, a través del celular.

— Es tiempo de decidir, Myr. Planeo huir de la ciudad, incluso considero la idea de salir del país..., no aguanto más toda esta mierda —esperó unos segundos, supongo que escuchando lo que la voz de la otra línea le decía al respecto—, lo sé suena loco mi amor pero ¿de verdad piensas seguir viviendo con el imbécil de tu hermano? No quiero ponerte en esta posición pero, o es él o soy yo —su tono de voz había tomado un tono un poco más duro. Y no necesitaba tanta inteligencia para saber que la persona del otro lado del teléfono era la misma chica con la que me topé en el hospital—. De acuerdo, te veré en el aeropuerto a las diez ¿está bien? Buscaré el primer vuelo que encuentre... Si, te amo —Xavier colgó la llamada y devolvió el celular a su bolsillo. Finalmente recorrió con la mirada toda la estancia hasta fijar la mirada en la mía, mierda, nos había descubierto.

No me queda más que hablar.

— No busques excusas —me adelanto a él—.Te ayudaré pero a cambio responderás unas preguntas —Xavier exhaló un aire con gesto de rendición—. Collin ayúdame con las maletas —por suerte el rubio seguía por detrás, sin decir nada asiente. Le indico la habitación de Xavier y enseguida el rubio se aleja. Por mi parte, bajo las escaleras y me posiciono frente a Xavier.

— ¿Qué quieres saber?

— Todo. 

B R O K E NWhere stories live. Discover now