: veintiocho :

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bufé. Melissa seguí parloteando acerca de Ethan en el teléfono.

— ajá. – hablé con desgano, mientras continuaba mis caricias en el cabello de Toby, que estaba acostado en mi regazo y jugando con el borde de mi falda.

— ¿acaso no estás prestando atención, Bonnie? – dijo en tono ofendido, probablemente llevándose una mano al pecho.

— lo hago, pero esta charla se está volviendo aburrida. – le contesté y ella soltó un bufido a través del teléfono. – lo siento, mejor amiga.

— descuida, tienes razón, seguramente te tengo harta. – solté una pequeña risa, al igual que ella. – bien, dime, ¿qué tal las cosas con Toby?

— oh. – de inmediato llevé mi vista a él, parecía estar bastante entretenido. – bastante bien, considerando que está durmiendo en mis piernas. – lo escuché reír, antes de que continuara jugando con mi falda.

— hmm... — "dijo" en tono juguetón. apostaría mil dólares que estaba subiendo y bajando sus cejas. – para que lo sepas, estaba haciendo la "mirada perver". – una sonrisa tiró de mis labios al escuchar aquello, hace mucho tiempo no utilizábamos ese término cuándo alguien subía y bajaba sus cejas.

escuché que mamá gritó mi nombre y él de Toby, por lo que ambos soltamos un bufido.

— lo escuché, adiós. – habló mi mejor amiga antes de que yo pudiera explicarle la situación. simplemente dejé mi teléfono sobre mi cama y bajé las escaleras. Max y Lizzy sostenían a las bebés, su mirada estaba fija en nosotros.

Toby y yo alzamos las cejas, mirando a los cuatro adultos frente a nosotros. Lizzy se acercó a Toby y colocó a Mia en sus brazos, que empezó a jugar con la nariz de él. y Max se acercó a mí para colocar a Ava, quién se acurrucó de inmediato.

— iremos a una cena, serán niñeros. – dijo mamá y yo alcé una ceja de nuevo, con incredulidad. ¿de verdad nos dejarían a cargo de bebés que ni siquiera han cumplido su primer mes?

— no es tan difícil. – dijo Max, mientras Lizzy soltaba leves risas. – créanme, tengo experiencia.

negué con la cabeza con diversión.

— los biberones, pañales, juguetes y ropa están en nuestro cuarto. – dijo mi hermana. acercándose para besar la frente de sus hijas en un acto tierno. – cuídenlas o me las pagarán. – nos dedicó una amplia sonrisa antes de salir de la casa.

Toby y yo nos miramos y luego a las bebés en nuestros brazos. tenían aquella mueca que todo bebé pone cuándo va a comenzar a llorar. y segundos después, el llanto comenzó.

genial, tendremos un largo día.

:: :: ::

miré a Mia, quién no quería dormirse desde hace rato. ella simplemente estaba muy concentrada en jugar con uno de los tirantes de mi overol.

— ¡Ava se volvió a hacer en los pañales! – gritó Toby con disgusto desde el sofá. yo volví a suspirar. habíamos cambiado de gemela desde hace un rato, pero Ava parecía no querer a Toby y Mia realmente me odiaba.

— cámbiala. – le devolví el grito, mientras comenzaba a preparar el segundo biberón de las gemelas, según el horario que Lizzy me había mandado mediante un texto.

— ¡pero no quiero! – dijo y yo alcé una ceja.

— ¡hazlo! – volví a decir y él de inmediato buscó otro pañal para Ava, quién solamente jugaba con sus pies, mirando a Toby con diversión.

Mia estaba balbuceando, mientras batía sus pestañas varias veces. realmente no sé cómo éstas veces hacen para mantenerse despiertas, yo cuándo era así de pequeña solo dejaba que me cargaran en el canguro, lloraba cuándo las personas gritaban y vivía tomando siestas.

— ¿no podrías convertirte en una mini-Bonnie, cariño? – hablé en tono divertido mientras miraba a Mia. – dejando de lado el hecho del llanto, sería tan bueno que no lloraras nunca. – solté una pequeña risa, tomando uno de los biberones y comenzando a caminar hacia Toby, quién había terminado de cambiar a Ava.

luego de eso, fui por el segundo y me senté junto a él en el sofá, comenzando a darle el biberón a Mia, que se quedó tranquila, mientras sus manos continuaban jugando con el tirante de mi overol. por su parte, Ava había colocado sus manos en el pecho de Toby y no las había movido, mientras continuaba tomando el biberón.

— ¿te imaginas cuándo nosotros tengamos un bebé? – preguntó Toby y yo alcé una de mis cejas. – sería realmente tierna o tierno.

— preferiría un perro, gracias. – dije y Toby rodó los ojos, dejando el biberón de lado cuándo Ava lo soltó y comenzando a darle suaves palmadas en la espalda.

— es que, ¿no te lo imaginas? una bebé rubia con ojos azules, o un bebé castaño con ojos verdes. – sonrió ampliamente. – serías buena madre, y yo... los llevaría a pasear con correas.

no pude evitar comenzar a soltar carcajadas ante su última frase, negando con la cabeza, cómo si no pudiera lidiar con él.

— eres increíble. – dije, al mismo tiempo que comenzaba a darle palmadas a Mia en la espalda. Toby asintió con la cabeza, sin borrar su sonrisa y acercándose hasta unir sus labios con los míos.

correspondí aquella unión, sintiendo aquel peculiar cosquilleo en mi vientre, siempre me pasaba cuándo estaba con Toby. él sonrió en el beso.

pero me separé bruscamente al sentir cómo Mia se removía en mi regazo.

para luego vomitarme.

— ¡ew, Mia! – bufé, haciendo una mueca de disgusto y logrando escuchar las carcajadas de Toby. antes de que Ava hiciera lo mismo que su gemela, ahora la que se carcajeaba era yo.

bo

Hola, Bonnie.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora