Suspiró apagando la luz mientras sentía que las ganas de llorar y romper todo se apoderaban de nuevo.

-No ha sido tu culpa, cariño-recordó como un montón de veces se lo había repetido Lanie.

Lanie y Javi habían intentando consolarla y animarla, pero desde que habían ido al Rockefeller Center la noche anterior y había tenido un ataque de pánico al confundir a un simple muchacho con Richard Castle, se había encerrado en su apartamento.

Encendió la televisión a sabiendas que no podría volver a conciliar el sueño dejando las noticias pero sin sonido y abrió de nuevo la carpeta del archivo.

Hacía una semana que Rick había desaparecido de su vida y una semana que llevaba dándole vueltas al caso…

Y por suerte, había encontrado una respuesta a todo. La respuesta estaba en el nombre de él: Castle.

Aquél tipo que en su día se cruzó en el despacho del señor Patrick… Sabía que tenía algo que ver.

Sólo necesitaba una pequeña confirmación y tendría el caso resuelto.

Rick golpeó una vez más el saco de boxeo que tenía frente a él y soltó toda su rabia. Un golpe tras otro dejaba escapar toda la frustración y desesperación que sentía desde que se había separado de Kate.

Se sentía un idiota. Se sentía mal con él por no haber sido capaz de decir que la quería, por no luchar por ella.

Se separó del saco y se quitó los guantes buscando una toalla para secar su sudor cuando sintió unas manos en su pecho, acariciándolo desde la espalda.

Se giró medio molesto y miró a Gina.

-Quiero estar solo.

-Rick tu… No eres así… Sabes, no te gustaba el boxeo… Te encierras en ti… No hablas. Ni siquiera te abres con tu madre, cariño.

Castle le miró molesto y agarró uno de los guantes tirándolo al suelo enfadado. Gina lo quería moldear a su gusto y él no la dejaría.

-¡DEJAME EN PAZ!

Gina le miró asustado.

-¿Qué es lo que no entiendes Gina? He pasado años encerrado… No recuerdo casi nada… Ha pasado mucho tiempo y pretendes que esté igual? ¡ESTOY ROTO! Ya no soy el mismo… Ni siquiera… Sabes qué… LÁRGATE.

Gina no dijo nada y asintió saliendo del gimnasio que tenían los Castle en su propia casa.

Subió las escaleras y se dirigió al despacho de Jeff Castle.

Castle miró a la nada molesto y bufó. Cómo podía haber regresado a su 'hogar' con esa mujer… Cuando empezaba a recordar todo lo sucedido a su lado.

-No creo que haya sido buena idea… Jeff-suspiró Gina sentándose en el sofá del despacho de su 'suegro'.

-Es lo mejor que has podido hacer, querida.

Gina alzó una ceja.

-Acabaremos con él… Tal y como necesitábamos. De una vez por todas… Todo el dinero y las empresas serán nuestras.

Gina rió.

-Tendrás todo lo que deseabas de los Castle, querida.

Kate se mordió el labio y sonrió. Alzó los brazos y miró a sus compañeros por fin en paz consigo misma.

-¡Lo tenemos!

Después de haber escuchado el resto de las cintas y escuchas que habían conseguido gracias a unos compañeros que habían conseguido infiltrarse para meter todos los micros, tenían todo lo necesario para encerrar a Jeff Castle, al gobernador y a Gina por un tiempo indefinido.

Por fin había conseguido acabar con el caso.

-¿Vendrás?

Kate miró a Javi y Kevin que la miraban orgullosos.

Ella negó con un movimiento de su cabeza.

-No puedo.

Kevin fue a hablar pero Javi le detuvo agarrando su brazo.

-Haremos nosotros todo el trabajo jefa, y te informaremos-sonrió Espo- Pero el merito es tuyo.

-Gracias chicos-Espo y Ryan abrazaron a Kate durante un rato y luego el rubio se separó para ir a terminar de preparar la operación.

-Kate… -Javi carraspeó -¿Quieres que hable con él?

Beckett lo pensó un momento y finalmente negó.

Durante toda la semana de Navidad la detención del gobernador y de uno de sus mejores amigos y empresarios del momento Jeff Castle estuvieron en todos los noticieros de todos los canales.

Kate no podía ver la televisión porque eso significaba tener que revivir de nuevo su historia con Castle.

Había acudido a terapia para conseguir conciliar el sueño y comenzaba a ver la luz al final del túnel, concediendo también con el final del año.

-No, no iré Tía Teresa… Lo siento, no pienso pasar fin de año en la cabaña en el bosque haciendo un ritual contigo para atraer el amor y la buena suerte para el año que viene.

Kate jugueteaba con Chris mientras hablaba con su tía por teléfono.

-Sí, lo vi. Si… Lo sé… Sé que es merito mío y que cerré uno de los casos de la última década.

Kate rodó los ojos. Le había repetido a su tía miles de veces que no quería hablar de eso… Pero ella insistía.

-Sí, estaba implicada mucha gente en el secuestro de Rick… Al parecer era un tipo importante… Y su madre no había querido contarle todo lo de la herencia… Bueno ok, nos vemos pasado mañana.

Colgó y se recostó para descansar de su tortuosa conversación, pero no pasaron ni dos segundos que volvió a recibir una llamada.

Esta vez de Lanie.

-Lane, ya pasé Acción de Gracias y Navidad con vosotros, por favor, tenéis que disfrutar del fin de año… No, en serio estaré bien.

Kate escuchó atenta la respuesta de su amiga al otro lado del teléfono.

-Estaré bien sola… No te preocupes… Ok, yo también os quiero.

Colgó y miró a Chris sonriendo. Lo agarró y lo espachurró contra su pecho.

El gato acabó escabulléndose de ella y desapareció en su habitación. Kate miró su casa, en silencio y suspiró.

Miró a la calle y a pesar de que se notaba que hacía frío, necesitaba salir y despejarse… Necesitaba no pensar. No pensar en él.

Se cambió y se puso unos vaqueros, una camiseta de la NYPD sin siquiera sujetador y un jersey con adornos navideños que su tía le había regalado.

Se calzó las botas y un abrigo y se dirigió a la puerta agarrando las llaves. Cerró la puerta de un solo portazo y bajó las escaleras de dos en dos completamente motivada para despedir el año y olvidarse de todo.

Pero todo cambió cuando llegó al final de las escaleras y salió a la calle.

Sin esperarlo, se topó de golpe con el causante de su malestar.

-Rick-jadeó.

Se quedó paralizada mirándole. No le esperaba allí.
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N/A: Una vez más gracias por leer y comentar. Intentaré seguirlo pronto ;-)

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