Capítulo 16

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Kate, cabizbaja y temerosa de mirarlo, clavo su vista en el suelo y posteriormente en su mano.

De repente el suelo era mucho más interesante que el bullicio que se podía escuchar a unos metros, fuera de la sala de descanso de la planta de homicidios de la doce.

Suspiró y finalmente se armó de valor ignorando el fuerte martilleo de su corazón y le encaró.

Alargó la mano, casi temblorosa, esperando la suya.

-Espero que tengas mucha suerte, Richard Castle.

Rick se quedó parado delante de ella sin mover un ápice su mano. Suspiró y finalmente alargó la mano tomando la de ella.

-Kate...-masculló ronco.

-Seguro que todo te irá muy bien-le estrechó la mano con fuerza pero Rick permaneció inmóvil mirando a la chica- De verdad. Me alegro por ti.-hizo una mueca y sintió como su voz cada vez estaba más rota.

Separó lentamente su mano de la de él, sintiendo un último roce de sus dedos con los suyos, provocándole un escalofrío.

Beckett se giró y salió de la sala.

Kate golpeó varias veces con sus uñas la mesa de la sala donde se iba a reunir con esa misteriosa persona que había aparecido reclamando a Rick.

Estaba nerviosa.

Repiqueteó de nuevo y paró ante un leve y casi insonoro carraspeó.

-Lo siento-se justificó- Estoy algo...

-Ya-interrumpió Lanie, de pie contra la pared.

Había acudido con ella para darle apoyo moral a su amiga.

-No deberías estar aquí-Beckett se levantó moviéndose por la sala- Tú no trabajas aquí... Es festivo, tus padres están en casa... ¡Ni siquiera tu marido, mi compañero, está aquí!

Lanie se encogió de hombros y le sonrió con tranquilidad.

-Eres mi amiga. Estoy aquí como ello. Tú tampoco deberías estar aquí.

-Estás embarazada, Lan.

-Ya. Y por eso estoy aquí-sonrió-No quiero que a la madrina de mi hija le dé una apoplejía antes de que nazca.

Kate sonrió y se mordió el labio mientras agradecía con la mirada el gesto. Desde luego ser participe en la vida de Espo y Lanie era algo de lo que siempre se había enorgullecido. Ser la madrina de su futuro bebé sería todo un honor.

-¿Hija?-preguntó.

Lanie asintió.

-Javi está deseando un pequeño Javier pero ni de coña. Tendremos una pequeña bailarina-sonrió.

Y justo el momento en el que Kate fue a hablar, su capitana apareció por la puerta.

-Detective. Ya ha llegado.

Kate se levantó de la silla. Lanie se despidió de ella diciéndole que le esperaría sentada en su escritorio y Beckett asintió.

No esperaba que ella se quedara en la sala para recibir a quien fuera que estuviera buscando a Rick y tampoco había podido negarse a que abandonara su cena de acción de gracias como ella había hecho.

Tras una breve charla con su superior, se quedó sola unos segundos hasta que por la puerta apareció una mujer.

Kate no esperaba aquello para nada.

Pero tampoco se había hecho una idea fija a lo que podía atenerse antes de llegar allí, cuando un par de horas atrás había recibido la llamada en mitad de la cena de acción de gracias.

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