Capítulo 3

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N/E: Espero que os guste este capítulo... Y sobretodo muchas gracias por leer y por comentar, y por la paciencia que teneis!
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-No puedo hacerlo.

Lanie mira una vez más a su amiga. Ella había decidido acompañarla hasta el hospital para que estuviera más tranquila, sin embargo, Kate no las tenía todas consigo y no era para menos, nadie podía obligarla a convivir con un desconocido... Mucho menos un desconocido peligroso.

-Beckett...

-No, Lanie, no puedo. Es medio peligroso, no habla, no sé...

Kate se llevó una mano a la frente y miró la puerta de su habitación.

-Eres policía, Kate. Puedes con eso y mucho más... Es tu oportunidad... Después de esto podrías ascender más si lo desearas.

Beckett se mordió el labio.

La puerta se abrió y Lanie alzó la ceja al ver al doctor que se acercaba a ellas. Moreno, con un cabello envidiable y una sonrisa encantadora.

-Detective-le saludó.

Kate alzó la vista.

-Doctor Davidson... -dijo algo incomoda-¿Alguna novedad?

Josh asintió.

-De hecho si y menos mal que ya está aquí... Nos preguntábamos si podía ayudarnos...

Kate le miró sin comprender.

-Hemos tenido que agarrarle porque está agresivo y nos gustaría asearlo antes de darle el alta esta tarde.

Kate miró a Lanie.

Su corazón se había encogido cuando escuchó la petición del doctor. Ella no estaba preparada para aquello. No quería tener que lidiar con eso, sin embargo asintió. Lo hizo lentamente en un movimiento de cabeza ascendente y descendente, casi sin ser consciente de ello, pero lo hizo: aceptó.

Su amiga la despidió diciendo que la esperaría en la cafetería del hospital y Kate siguió a Davidson hasta el interior de la sala esterilizada donde esperaba el paciente y el testigo de su caso, un despojo de hombre.

Dentro se encontraban dos enfermeros esperando al doctor. El desconocido se retorcía mientras las ataduras de sus muñecas a la cama le apretaban haciéndole gruñir más.

-Hemos tenido que atarlo para sacarle sangre y para ponerle el suero-informó uno de los enfermeros-.

Kate se quedó lo más alejada posible de la cama sin interferir, con su espalda prácticamente pegada a la pared.

Los enfermeros y el doctor intentaron por todos los medios, pero el hombre se resistía, gritaba nervioso y gruñía.

Beckett sentía su corazón latiendo a mil por hora, asustada. Pero cuando el individuo alzó la vista y la clavó en ella, se sintió intimidada. El anónimo se calmó al ver los ojos de ella y Kate sintió como su pulso disminuía. Entrecerró los ojos sintiendo como por un segundo, habían conectado. Había sido una sensación extraña, pero le había hecho comprender que no tenía nada que temer y que ella era capaz de encararlo a él y a todo lo que se propusiera.

Lentamente, tratando de no asustarlo, se acercó. Las fuerzas de él eran cada vez más débil.

-Hey... Soy yo...-habló bajito para no alterarlo. Los enfermeros la miraron y enarcaron sus cejas sorprendidos por la pasividad de ella mientras que el doctor los miraba algo alejado- ¿Te acuerdas de mí?

El hombre se tranquilizó mirando a Kate.

-Escucha-susurró cada vez más cerca de él- No te van a hacer daño... Sólo... Quieren-carraspeó-Queremos ayudarte.

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