Rick le miró molesto, pero sabía que tenía razón y también sabía que debía dejarle investigar, que estaba mal leer sus archivos a escondidas de ella y que por supuesto debía encontrar la justicia y resolver el caso.

Debía recuperar su antigua vida aun con el riesgo de perderla a ella. Tenía que enfrentarse a su futuro tan incierto como era el caos de su 'nueva vida'.

-¿Y si no me gusta lo que era antes?

Adam suspiró.

-Tienes que enfrentarte a ello, Rick. Yo sé que eres capaz.

Los dos se quedaron callados durante unos minutos y finalmente Rick se levantó cuando Adam le avisó que la sesión se había finalizado.

Se despidieron quedando en verse la semana siguiente y ambos se desearon un buen fin de semana y un buen acción de gracias, el cual se celebraba ese mismo jueves.

Rick recordó que Kate le pasaría a recoger por el edificio y la esperó en la entrada. Cuando llegó ambos fueron juntos a hacer las últimas compras para la cena con sus amigos y la Tía Teresa.

Aquel último jueves de noviembre, Kate se despertó relajada después de haber dormido abrazada a Rick.

Se había vuelto una rutina entre ellos, porque aunque no se habían vuelto a acostar, los besos y las caricias robadas seguían presentes en su día a día igual que dormir juntos.

Se estiró sintiéndose relajadísima y se mordió el labio cuando sintió el miembro duro de él contra su cadera.

Meditó la idea de dar rienda suelta a su deseo hasta que recordó que a pesar de no tener que ir a trabajar debía levantarse, ducharse y arreglarse para enfrentar a su familia y amigos en un buen día de acción de gracias.

Le miró de reojo y sonrió tiernamente. Ambos estaban terminando de arreglarse en la habitación de Kate después de ducharse. Se habían retrasado un buen rato en la ducha ya que Rick se había colado cuando ella se estaba duchando, asustándola pero acabando jugueteando bajo el agua entre besos y caricias.

Kate se miró frente al espejo. Estaba radiante. Llevaba el cabello recogido en un moño alto y un vestido negro con algo de escote y por encima de las rodillas. Como complemento llevaba unos zapatos de un color morado y una gargantilla que había pertenecido a su madre, con unos brillantes del mismo color.

Apenas llevaba maquillaje.

Se echó unas gotas de perfume detrás de la oreja y volvió a mirar a Rick, sin poder evitar soltar una risilla.

El hombre la miró directamente frunciendo el ceño.

-Ven aquí.

Se arrastró, aun descalzo hasta quedar frente a ella, ambos ladeados frente al espejo.

Kate deslizó su mano por el rostro de él, suave, recién afeitado y acarició su mentón tenuemente, obligándole a acercarse para depositar un beso en sus labios.

Beckett sonrió y bajó su mano por el pecho de él, por sobre la camisa negra.

Había tenido que esforzarse en no despojarlo de la ropa cuando le había visto aparecer primero en calzoncillos negros –que ella misma le había comprado- Y luego ataviarse en ese traje negro y camisa negra…

Luego no había podido evitar mirarle de reojo y reír cuando él estaba peleando con la corbata morada.

A juego con sus zapatos.

Pasó la prenda alrededor de su cuello y mirándole a los ojos azules se dedicó a hacerle el nudo lentamente.

Su corazón latía con fuerza. Ninguno de los dos podía separar la mirada del otro. Kate terminó de anudarle la corbata y la dejó perfecta.

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