¡Oh! ¡Un iPhone!

Start from the beginning
                                    

Había un dicho que siempre estaba rondando en mi cabeza en estas circunstancias: "En mi casa lo puedo leer" ¡Oh, estuviera bañandome en dinero si me dieran un dólar por cada vez que dije eso y no lo cumplí! , siempre he subestimado a este curso y creo que lo seguía haciendo.

—Ese cuento no me servirá de nada—pensé sacando la punta a mi lápiz —Estos ejercicios, sí. 

—Eddy  Patterson.

Había conseguido resolver un ejercicio que antes todo el salón decía que era imposible, así que por más que la molesta cara de Urbina este frente mío no haría que mi felicidad se vaya al vacío. 

—¿Me puedes decir que crees que estás haciendo en mi curso?

—Ahhmm... — sonreí sin saber que responder, ¡¿Qué debería decirte, Edward?! — Nada.

—¿"Nada"? Eddy, no estás concentrado. ¿Sabes al menos de que estamos hablando?

Oh, esa pregunta ya me tiene hasta...

—Ehmm... ¡Sí! De...

—Oh, Patterson, no se que será de ti en un futuro, no estaré atrás tuyo para siempre, ya no eres ese niño que antes yo podía-

¡Tenías que decirlo enfrente de todos! Maldición, Urbina, ¿Por qué tenías que ser así?

—No sigas, Edward— susurré para que solo él me escuchara.

"¡Eddy, pero que malcriado eres! ¿Como carajos tienes las bolas para tutear a tu profesor?", sí, creo que es lo que cualquiera pensaría si escuchara como trato a este tipo. ¡Hey! ¡Hey! Pero todo tiene su explicación.

—Solo presta atención ¿Bien? —suspiró y volvió abrir el libro ese— como iba diciendo...

Y todo comenzó cuando yo tenía unos cinco años de edad, mis padres andaban como locos buscándome un niñero, ya que Óscar se iba a retirar por unos meses. Y ahí es donde entró Edward, él tenía trece en ese entonces, y creo que su gran reputación por el vecindario fue  necesario para convencer a mis padres que sería un gran "niñero". ¡Me cuidó tres meses! Así que prácticamente es como un hermano que nunca tuve, eso creo... ¡Oh vamos! Los hermanos no se tratan  con cariños, y eso aquí todos los sabemos.

—¡Eddy!

—¡Ahh, santísima María, qué pasó!

—Atiende a la clase, idiota, estoy repartiendo las prácticas mientras tú estás... ¡¿Estás en matemáticas?! Oh, no sé cómo hace el profesor para soportarte. No me pidas las claves.

—Pero, Javier... —sostuve la hoja que me dio — ¿No me ayudarás ni una?

—No — ¡Maldición! ¡Por eso me senté atrás tuyo, niño!

Sacarás la mínima nota JAJAJAJA — y como si no fuera poco tenía que soportar sus risas —  Buena suerte.

Está bien, está bien, seguro estoy exagerando, esto no ha de estar tan difí... ¡¿QUÉ CARAJOS?! No, no, no, no puede ser...

Pss... Javier...

Él volteo tan solo un poco y susurró — Eddy, creo que fui muy claro cuando te dije que no te iba ayudar.

—Ugh... que miedo das. Solo pásame la 6.

—¿Cómo demonios no vas a saber de Hestia? Ni que tuviera tanta historia.

—Por favor...

—Eres un idiota... Sale la D.

—Gracias, enano, al menos no tendré cero.

sɪᴇᴍᴘʀᴇ ᴀ ᴛᴜ ʟᴀᴅᴏ •ɪɴ ᴀ ʜᴇᴀʀᴛʙᴇᴀᴛ• [BORRADOR]Where stories live. Discover now