Siempre serás una buena compañía

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JONATHAN

No hace falta decir que quise destruir el maldito televisor en ese momento. Bueno... las cosas sucedieron así. Sherwin vino a mi casa, prendí el televisor y justo dio en la noticias. Que gran suerte tengo ¿no?

Me quedé confundido al ver como él miraba con detenimiento el televisor... Hasta que me di con la sorpresa que la razón por la que Sherwin estaba así era porque vio a su madre.

—Sherwin, ¿estás seguro que no quieres que...?

—Está bien así, Jonathan.

Me levante del sofá queriendo traer un poco de comida, pues era obvio que él hasta ahora no había comido y... ¡¿Donde está...?! No puedo creer que lo perdí estaba aquí hace un momento.

¿Cómo diablos terminó ahí?

Bien. Para empezar no sé como demonios llegó esa carta a la casa de Sherwin, se supone que hace dos días yo estaba con...

—Entonces... me dices que últimamente te sientes "raro".

—Sí. No sé si sea la palabra correcta pero no tengo otra forma de expresarlo.

—¿Qué tanto escribes? Que yo sepa soy yo el que esta sacando información del tema.

—No es nada... ¿Tanto te demoras?

—¡Agradece que lo estoy haciendo! Tengo sed, tráeme agua.

—¿Qué? ¿Estas mandando a tus mayores, pequeña sabandija?

—¡Tengo sed!

—Ok, ok ya lo traigo.

No debí irme de mi habitación dejando a Javier allí. ¿Quién es ese pequeño diablo? Pues es difícil de creer pero solo lo conocí hace cuatro días y parece como si fuéramos amigos de infancia. Javier... ¿Willson? Creo que ese es su apellido. Es nuevo en la escuela, es por eso que nos entendemos un poco y ¡tiene doce años! Al pobre lo adelantaron dos malditos grados... Pero a pesar de esas circunstancias ese chico nos gana a todos si se trata de inteligencia, parece que nació diciendo todas las vocales.

—¿Y esa sonrisa?

—Nada... Oye... ¿sabes quién es Sherwin? El profesor de literatura me dijo que trabajaría con él la próxima semana.

—¿Ah sí? Ah pues él es...

Sí, le conté quien era, según él nunca lo había visto, era de esperarse, ya que Sherwin solo fue un día al colegio y luego nunca apareció, le conté que vivía a mi costado, pero no quise decirle de la trágica muerte de sus padres. Él solo sonrió y cuando se iba a regresar a su casa, agarró uno de los chocolates que deje en mi escritorio, y me dijo.

—Ya veo por qué te sientes "raro", no todas las personas somos iguales, Jonathan... me lo agradecerás en estos días, eso creo, si no llegas a matarme antes, por supuesto.

¡Por amor a Dios! Esa carta por poco lo lee él, no sé que hubiera hecho si eso hubiese sucedido, creo que ya estuviera ahogándome en el propio río de la vergüenza.

—¿Jonathan?

—Ah sí, solo quería recoger esto, ya sabes es... Una de las cuentas de mi madre, los dejó por allí y... Y tengo que guardarlo bien ¿no?

Sherwin me miró extrañado por los nervios que yo estaba mostrando, fijé mi vista en la cocina y salí corriendo hacia allí, me fijé que la noticia de la "ocurrencia de ese día" al fin ya había acabado, así que el chico pelirrojo ya estaba al menos más tranquilo.

sɪᴇᴍᴘʀᴇ ᴀ ᴛᴜ ʟᴀᴅᴏ •ɪɴ ᴀ ʜᴇᴀʀᴛʙᴇᴀᴛ• [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora