¡Malditas hormonas!

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JONATHAN

—¡¿Guidmer?!

Me horroricé completamente cuando vi al niño todo sonriente y con una pequeña mochila ¿Acaso tendría que soportar a este demonio en mi camino hacia la escuela? 

—Tío, ¿Jonathan irá con nosotros?

¡Hey! ¡Yo debería preguntar si tú irás con nosotros! 

—Así que te pusieron de niñero.

—Solo por hoy debo ir a dejarlo, no es para tanto.

Terminé enterándome que el pequeño engendro tendría una visita de estudio y es por eso que Sherwin, al saber que su hermano y Diana estarían ocupados ese día, se ofreció a llevarlo y ubicarlo para que no se perdiera. 

Pero al parecer el que terminó llevando al niño fui yo, Guidmer de un momento a otro me jaló de la manga de mi camisa y empezó a correr, yo para no caerme solo me quedo seguirle, aunque también tenía la opción de frenar pero sentía que si lo hacía terminaríamos lastimándonos.

—Espera, espera necesito agua ¡Espera! 

Yo sin duda casi me caigo cuando Guidmer frenó en seco , pobre de mi nariz ya estuviera rota en pedacitos si eso hubiese sucedido. Con la voz entrecortada y pasándome la mano por la frente me detuve aún tratando de no perder de vista al pequeño demonio, no podía creer que después de correr todo ese tramo Guidmer parecía como si hubiese tomado 10 tazas de café. 

—¡Hey! ¿Dónde está Sherwin? 

¡Oh, diablos volví a olvidar a Sherwin!  ¡¿Dónde diablos estamos?! Este mocoso me llevó por un lugar por donde nunca en mi vida había pisado. Ahora... ¡mi celular!

—Mocoso, mi celular. 

—Yo no tengo tu celular. 

—Sí lo tienes. 

—Que no. 

—Que sí.

¡Oh, Jonathan! Llegarás tarde a tus clases... otra vez. Maldito niño, sabe que si tiene mi celular y no me lo quiere dar. 

—¿Y por qué sonries entonces? 

—Ahmm... No lo sé. 

—Dame mi celular. 

—Que no lo tengo. 

—Bien, si no me das mi celular no vamos a llegar a... 

—Hay un corazóncito en la conversación que tienes con mi tío. —Guidmer entrecerró los ojos y se acercó más a la pantalla —Dice: Te... veo... pronto... Sher...

—Trae para acá niño, ni siquiera puedes leer.

—¡Sí se leer!

Sherwin no me había escrito ni nada, pero Guidmer aún así vio —aunque al parecer no las leyó —las conversaciones que habíamos tenido antes.

—¿Por qué el corazón?

—Porque si.

—Jonathan... ¿Tu vas a ser mi otro tío?

¿Qué carajos, niño? Pensé que los niños de ahora solo sabían decir "mamá y papá".

—Ahmmm... ¿Qué?

Hacerme el tonto es lo único que me puede salir bien en estas situaciones, pero la expresión de mi rostro hacía que me delatara por completo.

sɪᴇᴍᴘʀᴇ ᴀ ᴛᴜ ʟᴀᴅᴏ •ɪɴ ᴀ ʜᴇᴀʀᴛʙᴇᴀᴛ• [BORRADOR]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant