—Oí un rumor— me contó.

—¿Ya el primer día? Wow, nuevo record. —exclamé.

—Sí, pero ese no es el asunto. Me enteré que hay dos chicas nuevas, y según los chicos están muy buenas.

—¿Y eso que tiene? A los chicos de esta escuela todas les parecen buenas. — solté cansada.

—Escuché decir a uno de ellos que eran mil veces más lindas que tú.

Eso sí llamó mi atención.

—¿Qué? —pregunté esperando haber oído mal.

—Fue lo que dijeron.

—¿Quiénes son? —interrogué algo desesperada.

—No lo sé, aun no las he visto.

—¿Al menos sabes sus nombres? —inquirí.

— Se llaman Callie y Annabelle, o algo así. No estoy muy segura. —contestó.

—¿A qué te refieres con que no estás segura? Dios Harper, eres una inútil. — chillé.

—Lo siento... yo— tartamudeó.

—Déjalo así. —exigí— Iré a buscar información sobre esas zorras por mi propia cuenta.

Tras eso cerré mi casillero con fuerza.

—¿La piyamada en mi casa este fin de semana sigue en pie? —se estremeció al hacerme esa pregunta.

Solté un suspiro, le dediqué una ojeada al cuerpo tembloroso de la castaña.

—Sí— confirmé.

Harper me regaló una sonrisa tan grande, tan pura y tan amigable, que yo no pude hacer otra cosa más que responderle con otra parecida antes de darme la vuelta con la intención de localizar a mis objetivos.
______________________________________

Mi búsqueda, fue complicada. Era difícil buscar a dos chicas de las cuales desconocías el rostro, el nombre y... bueno prácticamente, todo.

La solución llegó a mí en forma de secretario de la directora, Chase, quien amablemente me contó que era mi turno de hacer de guía a uno de los nuevos.

Me tocó enseñarle la escuela a una chica, una tal Calipso.

Descubrí que ella era una de las zorras que buscaba cuando la mitad de los chicos, en vez de coquetear conmigo, me rogaron cambiar a Calipso por quien sea que les haya tocado a ellos. Sus argumentos se basaron en que, según ellos, serían el gran guía que esa chica se merecía.

¡Por favor! Apenas y se saben el nombre. Son patéticos.

Así que aquí estoy yo. Dirigiéndole una falsa sonrisa a esta chica de largo cabello color caramelo, ojos marrones y piel clara, a la que algunos idiotas la llegaron a creer más linda que yo. Pff, como si eso fuera posible.

—¡Hola! — saludé con un fingido entusiasmo— Bienvenida, espero que no te hayas sentido incómoda en tu primer día. Soy Tasha Queen, un gusto.

—Hola. — su sonrisa me permitió ver sus parejos y blancos dientes—Soy Calipso, gracias por mostrarme la escuela, eres muy amable.

Evité decirle algo como que de todas formas estaba obligada a hacerlo.

—Es un placer. — dije— ¿Comenzamos?

Mientras la mayoría estaba en clase, yo le enseñé a Calipso el patio, la biblioteca, el gimnasio, los baños y los casilleros. La chica hacía demasiadas preguntas, es decir, ¿a quién le interesa cuando se fundó la escuela? Y si de verdad eso le importa que saque su celular y lo busque.

Percabeth entre mortalesWhere stories live. Discover now