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Después de aquel beso, nadie dijo nada, las miradas hablaban por sí solas.

Eran las 02:13 de la madrugada, Jimin no dejaba de dar vueltas en su cama. No conseguía dormir.

Sus manos recorrían el borde de sus labios. Recordando como había sido aquel intenso momento. Suspiro con frustración. Odiaba admitirlo pero ella era lo que necesitaba ahora.

Bajo a la cocina por algo de beber, no quería seguir pensando.

Al llegar se dio cuenta de la pequeña silueta.

(___) estaba ahí.  Camino hacia la heladera fingiendo la mayor naturalidad del mundo.

(___) lo vio y casi escupe toda el agua que tenía contenida en la boca.

Jimin estaba solamente con el pantalón de  su pijama, su torso estaba totalmente descubierto. La poca luz servía para ver los músculos de aquel sujeto.

Casi se cae al ver como tomaba el agua, le pareció la cosa más sexy que había visto desde hace mucho tiempo.

Sin querer dejo caer el vaso de metal  haciendo que este rebotara y provocará un sonido que hizo eco en la cocina.
Él se volteó a verla. La veía tan indefensa, tan vulnerable a él.
La sola idea de atacarla en ese mismo instante era muy tentadora.

Avanzó un par de pasos hacia estar al frente de ella.

La miro con fijadesa y la analizo de arriba hacia abajo.

-- estas bien?

-- Si -- su voz sono tan temblorosa que ni  ella misma se había dado cuenta que sus pasos la acercaban más a él.

Era mínima la distancia entre ellos.
Sus respiraciones se mezclaban.

Ya no agunataban más.
Y como si se necesitarán para respirar cada uno tomó poder de los labios del otro. Esta vez estaban más sedientos que en un principio.

Las manos de ella jugaban con la cabellera sedosa de su compañero.

Él la sujeto y la levantó del suelo, instintivamente ella se aferró a él con sus piernas.

No querían separarse el uno del otro.

-- por que provocas todo esto? Como controlo mi deseo hacia ti.

-- Jimin..-- su nombre en los labios de aquella mujer lo volvían loco.



La mañana había llegado.

El sol había comenzado a brillar. Él estaba abrazado a aquella mujer. Ambos yacían acostados en la cama. Con el solo goce de dormir y sentir el calor del otro.

Una llamada telefónica fue el fin para toda aquella tranquilidad.

Su secretaria le había informado de los últimos acontecimientos.

Él no tuvo que hacer nada, Irene ya había logrado lo que él se proponía.

Todos aquellos se hundiría en la misma bolsa.

-- (___) despierta... -- la movió un poco -- es hora del gran cambio.

Ella bostezo y abrió sus ojos. Son río al verlo a su lado.

Ese fue el chico que robó su crazón tiempos atrás.

-- tenemos que hacer muchas cosas.

-- como que ?

-- te lo contaré todo en el desayuno.

Y así fue, le contó sobre lo que estaba pasando. Lo de Irene, lo de Siwoon.

Venganza.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora