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Ya había pasado una semana desde  aquel incidente con los cólicos.

Jimin desde ese momento se mostró más distante a ella. Algo había cambiado.

Ella ya se había acostumbrado a estar encerrada en ese cuarto.

Moriría pronto si seguía a ese paso. El aburrimiento la estaba matando.

Lo único que tenía que hacer era mirar y contar los pétalos que estaban bordados en las cortinas.

-- 67, 68, 69, 70... que cosa más aburrida.... -- tomó aire y siguió -- 71, 72, 73, 74...

La tormenta de nieve era muy fuerte.
Los cristales estaban cubiertas con copos de nieve.

Su cuarto se mantenía frío, pero no se quejaba, su mente estaba en otra cosa.

Desde afuera se escuchó el rugir del motor del auto de Jimin.
Era muy temprano como para que él regresará del trabajo.

No le dio la mayor importancia y siguió con lo suyo.

-- por donde iba ? Ah! Si! 75, 76, 77, 78,....

Estaba agotada, pero varias preguntas rondaban por su mente. Por que?
Por que Ella? Qué tenía ella que ver? Qué había echo ella para estar ahí, sola, encerrada.??

Aún no entendía mucho la situación. No había nadie que logrará calmar sus dudas.

Estaba en una nube.

Le molestaba no saber la razón; le molestaba que Jimin hiciera lo que haciese.

La puerta se abrió y dejo ver a un Jimin algo molesto, esté tenía el ceño algo fruncido su boca se mantenía en una línea recta y sus ojos eran oscuros. Algo no andaba bien.

-- come -- ya era costumbre de  que él le llevará el almuerzo, al parecer no había nadie más en esa gran mansión, salvo él y ella.

-- Que es hoy?  -- ya se sabía los menús, todos los Santos días Ramen o camida rápida. -- sabes?, si quieres que  siga con vida tienes  que alimentarme Bien, Mi cuerpo no puede vivir de comida chatarra siempre... unas frutas y Santos cielos jamás creí decir esto pero un par de verduras no me vendrían nada mal... -- rodo los ojos y dejo caer su cabeza en la cabecera de la cama. Estaba cansada de  comer siempre lo mismo.

-- Es lo único...

Y así como llego se fue. Algo no había marchado como él quería.
Y efectivamente eso paso.

La noticia le cayó con un balde de agua fría.

No quería creer, la situación se había descontrolado un poco.

Siwoon había armado una estrategia para poder arreglar su situación económica, ya había perdido millones de dólares en el exterior. Una empresa ya había tocado fondo. Pero el mi ruin había podido salir ileso de aquello.

Una copa de cristal fue a parar en uno de los muros de esa impotente mansión.
Jimin estaba cabreado, no creí que el muy canalla se saliera con la suya.

No podía arriesgarse. Había gente inocente metida en el asunto.

Él no lastimaria a nadie que no lo mereciera.

[...]

-- brindemos por la felicidad... -- ambos sostenían una copa con el mejor vino de su bodega.

-- Aún no entiendo como fue que lo lograste... -- Irene también jugaba con su Copa. -- ahora sólo falta el tema de nuestra hija...

El momento se volvió silencioso, el aire pesado. Ese era el único tema que les faltaba solucionar.

Nadie les robaba, y menos a su hija.

Desde aquella foto, no se supo más de ella.
Ya había pasado un tiempo considerable. Y aún no conseguían dar con ella.

Habían contratado a un investigador privado, pero por el momento no había nada.

-- ese tema esta en proceso, no hay por que preocuparse, si lo que quieren es hacernos daños atra vez de nuestra hija están muy equivocados... nadie juega conmigo.

-- ojala mi niña este bien.   No quisiera que nada malo le pasará. Me he encariñado mucho con ella.

-- ha crecido, dejó de ser una niña... -- ambos suspiraron  y siguieron tomando.

Era cierto que Jimin después de aquella foto no les había vuelta a enviar nada.
Él seguí a siendo un atacante misterioso que destruiría a Siwoon  y a Irene.

[...]

La casa estaba sumida en silencio, (___) se encontraba dormida, ya se había cansado de luchar inútilmente con las esposas.

Jimin estaba en su despacho arreglando unos balances y viendo el tema de Siwoon.

Frotaba su pelo con frustración, caminaba de una lado a otro.

Su teléfono móvil sono apagando el silencio en  ese cuarto.

-- Si?

-- Señor, tengo el reporte...

-- Y bien?? -- paro de caminar y se dejo caer en el enorme sillón de su escritorio.

--  se asoció con una empresa de Taiwán. El empresario es nuevo e invirtió en las empresas del Señor Siwoon. Puso como fondo la mitad de su cuenta bancaria, eso fue lo suficiente como para que él se recuperará.-- Jimin bufó por lo bajo, tirando un montón de  juramentos.

-- Buen trabajo! --luego de  eso corto.

Él muy hijo de **** tenía varias mañas para salir a flote.

Jimin, precisamente no era un ser con paciencia. Así que arrojó todo lo que tenía en frente, en ese momento era un huracán de emociones.

(___) despertó al sentir esos ruidos, ya que al estar ellos dos en esa casa, los ruidos por mas mínimos que fueren se escuchaban.

De la nada sintió su puerta abrirse. Era Jimin.

Como siempre su semblante seguía siendo de piedra.

Él la cogió fuertemente de los hombros.

-- por que mierda lo hacen tan complicado !! ?? -- su agarre era demasiado fuerte.

-- ya!! Sueltame!!  Me lastimas!! -- comenzó a moverse pero  fue inútil, el agarre era demasiado para ella. -- que Mierda te hice yo!!?? Por que yo!!?? ... ¡¡ni siquiera te había visto!! ... hace años que no te veia Park Jimin!!

Y ahí estaban los dos. Ella estaba lo suficientemente enojada como para reprimir todo lo que Sentía. Le importaba una Mierda todo. Ya se había cansado de estar de esta manera. Era inútil toda acción que hacia Jimin siempre era igual.

Él, él estaba atónito, oír su Nombre, saber que ella lo sabía, era un punto bajo, ella lo recordaba.

Su agarre disminuyó y su miradas fueron fijas, en ningún momento se cortó la tensión entre ambos.

Esto ya era lo suficientemente duro para los dos.

Venganza.Where stories live. Discover now