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Ya había pasado un par de horas hasta que  él salió de su oficina.

Sus ojos estaban  cansados, sus cuello algo entumesido.

Salió a la sala, y busco a (___) con La mirada, ella no podría escapar, la puerta estaba trabada, todo estaba bien cerrado, pero con ella no se sabía nada con exactitud.

Al no verla en la sala la busco en la cocina, al no estar ahí, fue al comer, del comedor a los cuartos superiores... nada, ni un solo rastro de ella.

Ya tenía el ceño fruncido.

Ha vuelta a escapar, pensó 

Bajo a toda velocidad las escaleras rumbo hacia la puerta. Pero unos ruidos lo detuvieron.

Ahí estaba ella. Dormida en el sofá. Como es que  no la había visto?

Regreso con cuidado entre sus pasos y llegó hasta el sofá que la mantenía refugiada. El sonrío y luego se golpeó mentalmente.

Esta era la oportunidad de volver a llevarla a su cuarto, estaba indefensa, no pondría resistencia.

Él la cargo, pero ella gruño.

-- no -- dijo aún con los ojos cerrados-- es muy frío -- sus manos se diriquieron al cuello de Jimin -- muy frío... -- él no entedia, ella hablaba dormida. No era muy complicado.

-- es necesario, volverías a escapar si no te... -- hablo en susurros, muy cerca de ella.

-- no lo haré, no huire, hace frío -- hablo muy bajo y enterró su rostro en el torso de Jimin.

-- como creerte? -- volvió a susurrar para no despertarla.

-- por polit, te lo prometo por polit -- sus ojos se abrieron por un instante -- polit -- susurro antes de volver a cerrar los ojos. Jimin estaba sorprendido, "polit" ella lo prometió por polit.

Él la subió y la dejo en un nuevo cuarto, este era diferente. Este no parecia un calabozo.

-- polit -- repitió él -- juegas sucio.

Sin decir nada salió del lugar y dejo la puerta sin seguro.

Polit, era un recuerdo, un muy hermoso recuerdo. Ella y él eran sus padres, lo habían encontrado en una caja en la plaza. Un hermoso cachorrito, uno con las orejitas algo caídas, sus pequeños ojitos  oscuros como la noche más oscura, su pelaje de un negro con una mancha blanca en el estómago. El pobrecito estaba muerto de sed y al parecer tenía mucha hambre. Ambos niños se miraron, ella lo tomo y lo cargo. Él simplemente miro, le tenía algo de miedo a los animales.
Con el pasar del tiempo "polit" se fue ganando un gran espacio en el corazón de Jimin. Ambos cuidaban de el. Pero un día, polit, se fue, había enfermado.
Los aún  pequeños lloraron su perdida. Ese era el hermoso recuerdo, polit era como un hijo para ellos. 






Era eso de las 18:30 de la tarde, ella se removió, sintió la suavidad de las mantas, estas no eran ásperas, poserían una fragancia algo conocida para ella. No quiso abrir sus ojos, aún quería permanecer en la comodidad de aquella cama.

Pero su estómago la obligó a abrirlos, al hacerlo sus párpados se movieron un par de veces, aclaró su vista. Se sintió sorprendida al estar en un cuarto más lindo que el otro, este tenía muebles de roble, sus  paredes eran más luminosas que las otras, las cortinas también eran más bonitas.

Por la ventana se veía como los árboles, muy a lo lejos, mecian sus copas. El cielo estaba nublado, sin duda el clima últimamente estaba algo frío. Y era de esperar ya estaban en invierno. Cuanto había pasado?.

No quería salir del calor de las mantas, no quería sentir el frío en sus huesos, pero un pensamiento la hizo saltar de la cama.
Con la cara casi desesperada fue hasta la puerta, dudo en tomar el picaporte, no quería volver a estar encerrada. Respiro y se armó de valor. Para su suerte la puerta estaba sin seguro, sonrío y salió del lugar.

Camino por los pasillos y descendió las escaleras.
Al llegar sus fosas nasales sintieron el olor a una rica sopa. Con el hambre que tenía y con el frío que hacia era lo ideal para comer.

Cerrando los ojos se guió por el olor.

Él la vio entrar. Ella era sin duda todo un personaje.

-- que Bien huele! -- exclamó ella

Él no dijo nada, simplemente le sirvió la comida y salió a la sala.

-- alto ahí!! -- una de sus manos se aferró completamente a la muñeca de Jimin. -- tenemos que hablar!

-- No hay nada de que hablar.

-- si hay.. y vamos a hablar ... pero después de comer. -- obligándolo, lo Sentó.-- tu no comes ??

Jimin estaba extrañado por la actitud de la joven, no entendía por que actuaba de esa manera, después de todo. Él la había secuestrado.

La observó comer, cada facción de esa chica era un misterio. Donde había quedado la niña con los cachetes regordetes... La la niña que jugaba con él. Y la respuesta era simple. Ya no era una Niña, ahora era una mujer.  Su vista no se despegaba de ella, algo que incómodo a (___) no le gusta mucho que la vieran. Ella no era el centro de atención de nadie.

-- tengo algo en la cara?? -- pregunto ya arta de la mirada del chico.

-- una hoja de acelga esta entre tus dientes... -- esa oración bastó para que (___) se pusiera roja de la vergüenza. Él sonrío burlesco y se levantó.

Ella quería ser enterrada viva, siempre pasaba el ridículo en todo.

Al terminar de comer, se dirigió a la sala, ahí está Jimin, jugando con lo que parecía un cubo de madera, tenía algo grabado en sus caras, pero no distinguió bien que era.

Carraspeo su garganta y camino hacia él.

-- hablemos.

-- habla.

-- hablaremos los dos..

-- No tengo nada que decir.

-- me parece que tienes mucho que decir -- su postura era sería, sus manos estaban en jarra al borde de su cintura.

Tomó asiento justo enfrente de él. Sus ojos se conectaron, ninguno de los dos bajaría la vista, ninguno de los dos cedería.

-- No perderé!!

Él no respondió y simplemente asintió.

No queria admitirlo pero ella se había perdido en los ojos de Jimin, y él en los de ella.

-- Jimin.

-- (___).

-- se sincero conmigo por favor...

Venganza.Where stories live. Discover now